Encuentra.com, 25 mayo 2015
Entre los católicos mismos, incluso en casas de
retiro, seminarios y centros de formación para religiosos, se han popularizado
nuevas formas de afirmación psicológica del individuo. Al mismo tiempo, hay una
nostalgia y una curiosidad crecientes por la sabiduría y los rituales de
antaño, lo cual explica en parte el notable aumento de la popularidad del
esoterismo y del gnosticismo.
Es indudable que hoy en día muchos hombres buscan a
Dios y la trascendencia pero lo hacen por caminos que no llevan a buen fin.
Ya lo advirtió la Santa Sede: “En la cultura
occidental en particular, es muy fuerte el atractivo de los enfoques
«alternativos» a la espiritualidad. Por otra parte, entre los católicos mismos,
incluso en casas de retiro, seminarios y centros de formación para religiosos,
se han popularizado nuevas formas de afirmación psicológica del individuo. Al
mismo tiempo, hay una nostalgia y una curiosidad crecientes por la sabiduría y
los rituales de antaño, lo cual explica en parte el notable aumento de la
popularidad del esoterismo y del gnosticismo. Muchos se sienten especialmente
atraídos por lo que se conoce –correctamente o no– como «espiritualidad» celta,
o por las religiones de los pueblos antiguos. Los libros y cursos sobre
espiritualidad o sobre religiones antiguas u orientales son un negocio
floreciente y con frecuencia reciben el apelativo de «Nueva Era » por razones
de carácter comercial. Pero los vínculos con dichas religiones no siempre están
claros. De hecho, con frecuencia se niegan.”
(Pontificio Consejo para la
Cultura, Jesucristo Portador del Agua de la Vida, 1).
No debemos engañarnos pensando que ese movimiento
pueda llevar a una renovación de la religión.
Una de esas manifestaciones es el “Eneagrama” o
“Enneagrama”.
¿Qué es el Eneagrama?
Un documento de la Santa Sede, lo explica:
“Eneagrama: (del griego ennéa = nueve + gramma =
signo) el nombre designa un diagrama compuesto por un círculo con nueve puntos
en su circunferencia, unidos entre sí por un triángulo y un hexágono
circunscritos. Originariamente se utilizó para la adivinación, pero
recientemente se ha popularizado como símbolo de un sistema de tipología de la
personalidad que consta de nueve tipos caracterológicos básicos. Se hizo
popular tras la publicación del libro The Enneagram de Helen Palmer, pero la
autora reconoce su deuda con el médico y pensador esotérico ruso G. I.
Gurdjieff, el psicólogo chileno Claudio Naranjo, y el autor Óscar Icazo,
fundador de Arica. El origen del eneagrama permanece envuelto en el misterio,
si bien algunos sostienen que procede de la mística sufí.”
El citado documento advierte sobre el Eneagrama:
(La Nueva Era) es solamente un nuevo modo de practicar
la gnosis, es decir, esa postura del espíritu que, en nombre de un profundo
conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra sustituyéndola por
palabras que son solamente humanas. La gnosis no ha desaparecido nunca del
ámbito del cristianismo, sino que ha convivido siempre con él, a veces bajo la
forma de corrientes filosóficas, más a menudo con modalidades religiosas o
pararreligiosas, con una decidida aunque a veces no declarada divergencia con
lo que es esencialmente cristiano ». Un ejemplo de esto puede verse en el
Eneagrama, –un instrumento para el análisis caracterial según nueve tipos– que,
cuando se utiliza como medio de desarrollo personal, introduce ambigüedad en la
doctrina y en la vivencia de la fe cristiana.
(cfr. Pontificio Consejo para la Cultura, Jesucristo
Portador del Agua de la Vida 1.4)
Algo más del Eneagrama
Así, lo explica un sacerdote jesuita:
“El Enneagrama proviene del griego enna (nueve) y gram
(linea que dibuja) es un sistema para clasificar los diferentes tipos de
personalidades basado en la figura de un circulo con nueve puntos, cada uno
conecta con el otro mediante líneas. (P. Mitch Pacwa, S.J. en su libro
“Catholics and the New Age”, Servant Publications, Ann Arbor, Mich).
“Cada punto representa a un ego/ tipo con su
distintiva y característica virtud o vicio. Cada un puede empeorar o mejorar
según se mueva la flecha. Continua Father Pacwa, “A mi se me enseño el
enneagrama en 1972 siendo un estudiante de teología en el seminario Jesuita, lo
usábamos en nuestra vida espiritual y social. Poco a poco notábamos que
estábamos tipificando incorrectamente a las personas y perdimos interés en
continuar con este método. En los 80s vi como la industria del enneagrama se
desarrollaba pero había muchas versiones contradictorias y por tanto decidí
estudiarlo e investigarlo a profundidad. El enneagrama es supuestamente la
antigua sabiduría de los SUFIS, que tiene más de mil años pero los SUFIS son
místicos musulmanes y no tienen tal antigüedad”
“El diagrama del circulo es del siglo XIV o XV y fue
descubierto en 1890 en Asia Central por un ocultista griego/armenio llamado
George Gurdjieff. El obtuvo de la hermandad secreta de los Sufis llamada
Naqshbandi, que la usaba para la adivinación numerología.
“Este hombre empapado de gnosticismo, enseño a sus
discípulos este círculo como símbolo del cosmos. El murió en 1949 pero dejó
seguidores, en concreto Oscar Ichazo, un chileno que afirma haber tenido
experiencias transcorporales desde su niñez y que ha estudiado todo tipo de
prácticas psíquicas, en los 60s Ichazo dio el sistema de personalidad de nueve
tipos, cada uno con un símbolo animal correspondiente y lo enmarco en el
enneagrama. Claudio Naranjo, otro admirador de Gurdjieff, Psicólogo del instituto
Exhalen de California, promovió este método enormemente.
“A los nueve puntos del enniagrama le llaman las nueve
caras de Dios que se convierten en nueve demonios si se les voltea boca abajo.
La forma en que esta enseñado el anagrama es pelagiana, antigua herejía según
la cual el hombre podría alcanzar la salvación por sus propios medios, sin
necesidad del auxilio de la gracia Divina. Se niega el pecado original y se
considera que con la propia voluntad humana se llega a la santidad.”
San Agustín dedicó los últimos dos decenios de su vida
a combatir esta herejía condenada por la Iglesia en numerosos sínodos
particulares y finalmente en el tercer concilio universal de Éfeso. Esta
herejía propugna por un orgulloso individualismo centrado en un endiosamiento
inmanente del propio yo que significa la adoración de uno mismo.
Este es un sistema psicológico que no ha sido aprobado
por los psicólogos profesionales y muy serios porque no se ha comprobado su
veracidad. Como resultado los expertos en enniagrama, que no están
necesariamente enterados de sus aspectos de “ocultismo” dan sus propias
interpretaciones de acuerdo al público que tienen y de forma totalmente
irresponsable.
No existen por tanto expertos en el tema sino que se
basan en simples anécdotas y no ven el potencial de abuso que existe al
etiquetar a las gentes a través de sus supuestos “números enneagramicos”
Los problemas sociales que se suscitan al tipificar a
las personas bajo este sistema ya se han filtrado negativamente incluso entre
seminaristas y religiosas ya que este método se promovió en los 70’s en
Universidades Católicas como la de Loyola en Chicago en donde se propago como
un “método autorizado” de catequesis en Norte América y Canadá para llevar,
según ellos, a comunidades e individuos a la madurez de la fe, estrangulando
con este método la verdadera fe.
Actualmente varios teólogos Católicos como Scott Hahn,
Patrick Madrid , Malachi Martin entre otros, lo consideran una de las amenazas
mas letales para la verdadera Fe Católica.
El Psiquiatra Enrique Rojas en su libro “El Hombre
Light” comenta “En los últimos años ha empezado a triunfar el consumo
psicológico, encaminado a cultivar cada vez mas el narcisismo, los horóscopos,
la quiromancia , la opinión de psiquiatra o del sicoanalista. Cada uno quiere
saber como es la geometría de su personalidad, pero ello no suele acompañarse
de un deseo de cambio, es decir conocerse mejor para rectificar, cambiar el
rumbo y corregir errores de conducta. Es una nueva bohemia: Yoga, Meditación
Trascendental, Zen, Terapias de Grupos, Expresión Corporal…como reafirmación de
determinadas posturas y satisfacción personal. Todo esto suele estar teñido de
filosofías orientales.”
¿Por qué atrae tanto?
Muchos quieren recorrer un camino fácil para encontrar
la felicidad. Otros, no conocen en verdad la religión católica. Jordi Rivero lo
ha explicado bien diciendo:
El eneagrama atrae por la misma razón que los
horóscopos: a la gente le encanta un medio para rápidamente obtener
conocimientos secretos sobre personas y eventos. Ofrece una “espiritualidad”
ligera.
1. La doctrina sobre el pecado se redefine en términos
de limitaciones del tipo de personalidad y, ya que todas las personalidades
tienen sus limitaciones intrínsecas, el pecado se percibe como algo inevitable
y fuera de la responsabilidad personal.
2. La naturaleza del hombre. Enseña que nacimos
divinos, pero cuando teníamos unos tres años cubrimos la divinidad con un tipo
de ego. Uno de los 9 pecados capitales (aunque la iglesia enseña que los
pecados capitales son 7, los promotores del eneagrama enseñan 9), según el
eneagrama esta en el centro de cada tipo de ego.
3. La salvación. Si el pecado es causado por la
personalidad, la solución que propone el eneagrama es compensar a base de
cultivar la personalidad opuesta. Se olvida la necesidad de la redención por
Cristo, del arrepentimiento y la conversión.
Debemos reiterar que hoy y siempre, es Jesucristo
quien nos revela la verdad sobre el hombre y nos da la gracia para ser
plenamente humanos. El eneagrama pretende ayudarnos a “descubrirnos a nosotros
mismos”, basado en un método que no concuerda con las enseñanzas cristianas ni
tiene fundamento alguno en la ciencia.
Para terminar quisiera citar el libro “New Age, La
Utopía Religiosa de Fin de Siglo” de Roberto Bosca en donde a su vez cita a
Manuel Guerra contando la anécdota del Judío El Sik, un hombre pobre de
Cracovia que según cuenta la narración… “en sueños recibió la orden de ir a
Praga, ahí le esperaba un tesoro enterrado bajo el puente del Rey, pero había
centinelas de día y de noche. No se atrevió a excavar bajo el puente sino que
lo hizo alejado de este. Los Centinelas lo vieron y lo interrogaron hasta que
contó el sueño. El jefe de la guardia se hecho a reír pero recapacitando
refirió que en sus sueños el había recibido la orden de ir a Cracovia pues en
la casa de un rabino llamado El Zik, detrás del horno, hallaría un fabuloso
tesoro escondido. Apenas oyó su nombre, el Judío regreso a Cracovia, excavo en
su propia habitación detrás del horno de su casa y encontró un inmenso tesoro.
El Cristiano puede soñar la tentación de “abandonar la casa del Padre” para
hallar la armonía interior y la felicidad, pero el verdadero tesoro –la
contemplación de Dios y el gozo del Espíritu en el mas acá y en el mas allá de
la muerte- lo tiene en su misma casa: en la Iglesia, en la riqueza inagotable
de la Fe Cristiana”.
Por Raquel Gutiérrez