Por Mons. Juan C. Sanahuja
NOTICIAS GLOBALES, 17
junio 2014
El aborto sea
quirúrgico o producido por medios químicos o mecánicos, es matar a un inocente.
Las afirmaciones de Melinda Gates no debe llevarnos a error.
Afirmar que la
multimillonaria Fundación Bill y Melinda Gates no financia el aborto es un
“engaño absoluto”, afirmó el P. Shenan J. Boquet, presidente de Human Life
International.
El comentario
apareció en algunos informes de prensa para indicar un cambio en la posición, a
raíz de la carta de la
Fundación fechada el 2 de junio pasado, en la que los Gates
afirman mantenerse al margen de la discusión del aborto, por lo menos desde
2010.
“La afirmación de
Melinda Gates, que la
Fundación Gates ha decidido no financiar el aborto no debe
ser aclamado como una buena noticia por los pro-vida, porque es un engaño
absoluto”, dijo el P. Boquet en un comunicado de prensa.
Boquet sostiene que
la pretensión de no financiar el aborto está en contradicción con las decenas
de millones de dólares que la organización reparte a los grupos pro-aborto,
incluyendo varios afiliados a Planned Parenthood de todo el mundo y Marie
Stopes International. La fundación también tiene una estrecha asociación con el
Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), que ayuda con la política de
un solo hijo en China.
Si bien la Sra. Gates afirma que
la política de la Fundación
sólo se centró, desde 2010, en los anticonceptivos, no tiene en cuenta que
estos pseudo medicamentos y dispositivos, tienen potencial para causar abortos
en las primeras etapas del embarazo, dice el P. Boquet en su comunicado.
"En muchos casos, la concepción se produce aún cuando se utilizan estos
métodos, y la nueva vida es destruida”, continúa el presidente de Human Life
La cuestión de la
financiación del aborto no es nueva. La Fundación dio ocho millones de dólares a Family
Care International en el año 2000. Family Care se describe a sí misma como una
asociación que "trata una serie de cuestiones urgentes de salud, incluida
la salud materna, la salud sexual y reproductiva de los adolescentes, la
planificación familiar, el aborto inseguro y la violencia contra las mujeres".
Todas estas palabras son eufemismos para no hablar de aborto.
Anticoncepción o
aborto
A la vez, si Melinda
Gates y la Fundación
Gates no procuran el aborto, cabría preguntarse ¿qué hacía
Melinda en la
Conferencia Women Deliver, la “cumbre abortista”; o tomando
parte de iniciativas de “vacunación anticonceptiva”, un modo eufemístico de
referirse al aborto temprano; o haciendo inversiones en el abortivo inyectable
Depo-Provera?, y esto sólo a modo de ejemplo.
El Magisterio
Por otro lado,
debemos recordar las palabras de San Juan Pablo II en la encíclica Evangelium
vitae, n. 13: “La anticoncepción y el aborto, desde el punto de vista moral,
son males específicamente distintos: la primera contradice la verdad plena del
acto sexual como expresión propia del amor conyugal, el segundo destruye la
vida de un ser humano; la anticoncepción se opone a la virtud de la castidad
matrimonial, el aborto se opone a la virtud de la justicia y viola directamente
el precepto divino «no matarás». A pesar de su diversa naturaleza y peso moral,
muy a menudo están íntimamente relacionados, como frutos de una misma planta
[...] Lamentablemente la estrecha conexión que, como mentalidad, existe entre
la práctica de la anticoncepción y la del aborto se manifiesta cada vez más y lo
demuestra de modo alarmante también la preparación de productos químicos,
dispositivos intrauterinos y «vacunas» que, distribuidos con la misma facilidad
que los anticonceptivos, actúan en realidad como abortivos en las primerísimas
fases de desarrollo de la vida de un nuevo ser humano”
Lo había afirmado
años antes, “resulta insensato querer superar el aborto fomentando la
anticoncepción [...] se da pábulo así a la mentalidad que está en el origen del
aborto y de la que éste continúa nutriéndose. Por otra parte, no desconoceréis
ciertamente que en los métodos más recientes, los límites entre contracepción y
aborto son muy difíciles de precisar”, (Juan Pablo II, A los Obispos de Austria
en visita ad limina, 19-VI-87).
Ante las noticias de
estos días, podemos preguntarnos, si no se está intentando armar una operación
de prensa para lograr colonizar intelectualmente a los incautos.