NOTIVIDA, Año XIV, Nº
933, 21 de junio de 2014
DECLARACIÓN DE CORRIENTES
Con motivo del Cuarto
Congreso Nacional de la
Red Federal de Familias, celebrado en la ciudad de Corrientes
los días 20 y 21 de junio de 2014, reiteramos nuestro compromiso –expresado
públicamente el 3 de abril de 2011, al cierre del Primer Congreso Nacional y
reafirmado en los congresos subsiguientes– de reconocer, difundir y promover la
vigencia, en el orden social, de los siguientes principios no negociables y
constitutivos del Ideario y la finalidad de la Red :
a) el respeto y la protección de la vida humana
en todas las etapas de su desarrollo, desde la concepción y hasta la muerte
natural;
b) la estructura natural de la familia fundada en el matrimonio de un
varón y una mujer, abierto a la transmisión de la vida;
c) el derecho y deber
originarios de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones
morales y religiosas; y
d) la procura y promoción del Bien Común como deber de
gobernantes y gobernados.
Advertimos, con
respecto a los años anteriores, que cada vez se torna más incierta la vigencia
de esos principios, amenazados seriamente y conculcados ya, en gran parte, por
la acción conjunta o separada de los diversos órganos del Estado Nacional y de
varios de los órganos correspondientes de las Provincias y Municipios de
nuestra Patria.
A todo ello
contribuyen el accionar de asociaciones y medios de comunicación masiva y de
opinión, en el orden nacional; y la activa intromisión de organismos,
asociaciones e intereses internacionales en los asuntos internos de la República.
En consecuencia, declaramos:
Las amenazas y
concretos ataques a la “sacralidad, inviolabilidad e intangibilidad de la vida
humana, desde la concepción y hasta la muerte natural, la dignidad de la
persona, todo el orden natural de la familia (conyugal, procreacional y educativo)
y un recto cuidado del Bien Común enraizado en la justicia”, se han visto
progresivamente agravadas en los últimos años y, en particular, desde la
clausura del último Congreso Nacional de esta Red Federal, el 22 de junio del
pasado año 2013 y que, en consecuencia, corresponde que todas las personas y
asociaciones participantes de esta Red profundicen y aúnen los esfuerzos para
aclarar los conceptos, esclarecer las conciencias y proponer soluciones que
tiendan a revertir la crítica situación actual que ha puesto a las
instituciones políticas y sociales fundamentales de la Patria y a las fuerzas
morales su población al borde de un cataclismo sin precedentes y de difícil
retorno, que urge nuestra acción.
Antes que nada,
reiteramos –pues expresamente queremos rechazar cualquier aceptación implícita
o tácita o cualquier acostumbramiento– nuestro repudio a todas las leyes,
resoluciones y sentencias ya dictadas, y a sus reglamentos o protocolos, que de
una manera u otra han contribuido a disminuir el valor intangible y la dignidad
de la vida humana desde el momento mismo de la concepción –rectamente entendida
como la fertilización del óvulo femenino, e inclusiva por lo tanto, de los
embriones no implantados, independientemente del modo que se haya producido su
fecundación–; y hasta la muerte natural –lo cual supone la ausencia de
cualquier modo artificial, directo o indirecto, activo o pasivo, de
provocarla–; y de todas aquéllas que tienden a debilitar el orden natural de la
familia, tanto en el campo de la unión conyugal, cuya máxima aberración es el
mal llamado ”matrimonio igualitario”, cuanto en los ámbitos del control de la
natalidad, del ejercicio de la patria potestad y de la educación de los hijos.
Consideramos que la fecundación artificial, normativamente autorizada por la
ley 26.862, afecta grave y directamente los valores proclamados y es desde todo
punto de vista rechazable, tanto por su intrínseca inmoralidad, como por la
instrumentalización y despersonalización de los seres humanos, convertidos en
mercancía y objeto de un infame lucro.
Reiteramos nuestra
condena a la ideología de género, que infecta todo el sistema educativo
nacional, perturba las conciencias, pervierte las costumbres de la población en
general y, particularmente, la salud física, psíquica, moral y espiritual de
los niños y de los jóvenes; y trastorna la identidad misma de las personas en
el campo legal y social, como expresamente lo hace llamada ley de identidad de
género, sancionada en mayo del año 2012, ley que, volvemos a decir, es otro de
los hitos en el camino de la destrucción del orden social, afecta gravemente
todo el espectro de las relaciones entre las personas y repercute en muchos
campos, como los señalados en este párrafo, así como los de la institución
matrimonial y la filiación, pilares básicos de un orden social recto.
Especialmente,
queremos expresar nuestro rechazo al proyecto de reforma y unificación de los
Códigos Civil y Comercial de la
Nación , que cuenta ya con media sanción del Senado de la Nación , que lo aprobó a
libro cerrado el pasado 28 de noviembre por 39 votos a favor y sólo un voto en
contra y que está ahora a consideración de la Cámara de Diputados.
Destacamos que, en
las materias que especialmente interesan a esta Red Federal y que dañan los
principios enunciados en esta declaración, la reforma afecta el derecho a la
vida del nonato, pese a la modificación del proyectado art 19, que ahora
reconoce que la existencia de la persona humana comienza con la concepción; ya
que en otros artículos hace referencias equívocas a la concepción y a la
implantación, dando lugar a que se excluya de la noción de persona al embrión
no implantado.
El Código Civil
proyectado profundiza los agravios que nos merece la ley de fecundación
artificial aludida en párrafos anteriores; consagra un injusto “derecho al
hijo” que conculca los concretos derechos del ser humano concebido y gestado
mediante prácticas artificiales; incorpora una nueva y arbitraria distinción
entre los niños concebidos por medio de estas técnicas y los niños concebidos
de modo natural; prioriza la llamada “voluntad procreacional” por sobre la
paternidad biológica, destruyéndose intencional y arbitrariamente los vínculos
de identidad de los niños “producidos” mediante técnicas de fecundación
artificial, quienes como regla general tendrán vedado el conocimiento de su
identidad genética; admite la “producción” de niños por la voluntad
procreacional de una sola mujer o un solo varón, un varón y una mujer, dos
mujeres o dos varones, con lo cual si bien se limita la posibilidad de vínculos
filiatorios a dos como máximo, podría darse el caso de que un niño llegue a
tener hasta cuatro o cinco personas involucradas en su “paternidad-maternidad”;
y deja en la incertidumbre el destino de los embriones no implantados.
En materia de
familia, el Código proyectado establece para el mal llamado “matrimonio
igualitario”, ya inicuamente equiparado al verdadero matrimonio, un idéntico
tratamiento en materia de adopción y de fecundación artificial, declara nula la
cláusula que determinare el carácter indisoluble de un matrimonio, elimina la
posibilidad de separase sin disolver el vínculo matrimonial y suprime el deber
de fidelidad de los cónyuges; deteriora aun más, si cabe, la solidez del
matrimonio al regular el divorcio sin causa y mediante un trámite sumamente
expedito y al equipararlo en la práctica con las llamadas uniones
convivenciales, sean éstas del mismo o diferente sexo; y suprime la patria
potestad, eje esencial de la familia, por una deletérea “responsabilidad parental”,
delegable en terceros y compartida de hecho con el Estado.
Estos y muchos otros
agravios que no caben en esta declaración, han sido consagrados ya por la media
sanción del Senado de la Nación ,
sin tener en cuenta para nada –como era de prever– las múltiples objeciones que
mereció en las audiencias públicas que se realizaron a lo largo y a lo ancho de
la República
y las también numerosas oposiciones expresadas por academias, casas de altos
estudios y notables juristas, pensadores y representantes de los diversos
campos del quehacer nacional, poniendo así de manifiesto la total desconexión
de los legisladores que lo aprobaron, con el servicio al Bien Común al que han
sido convocados y que constituye su razón de existir.
También queremos
destacar nuestra preocupación frente al anteproyecto de reforma del Código
Penal de la Nación ,
elevado a principios de este año, por la Comisión Redactora
encabezada por el juez Eugenio Zaffaroni, a consideración del Poder Ejecutivo
Nacional y que podrá llegar al Congreso cuando aquél lo disponga.
Este anteproyecto,
entre otras cosas, profundiza en la recepción de la ideología de género, avanza
con la despenalización del aborto, consagrando legislativamente el inicuo fallo
de la Corte Suprema
de Justicia del 13 de marzo de 2012 que introdujo el concepto de aborto no
punible para el supuesto de un embarazo causado por una violación; atenúa
sensiblemente las penas correspondientes al caso de filicidio cometido por la
madre con relación al homicidio; e introduce un nuevo supuesto de eutanasia,
que metafóricamente denomina “homicidio piadoso”; despenaliza el consumo de
estupefacientes, y reduce las penas en materia de trata de personas.
Reiterando
textualmente lo ya dicho en declaraciones anteriores, y sin que con esto pretendamos
agotar el inventario de los desafíos que nos propone este tiempo, no queremos
dejar de señalar, como ataques a la vida y a la integridad familiar y al bien
común de nuestra sociedad política, a las leyes, proyectos, planes y campañas,
en el orden nacional, provincial y municipal, de salud sexual y reproductiva,
de control de la natalidad, de injerencia del Estado en la vida familiar y en
la educación de los hijos y, en general, a todos los intentos –públicos y
privados– de introducir en las costumbres y en la jerarquía de valores de las
futuras generaciones de nuestra Patria una concepción materialista y hedonista
de la vida, puesta al servicio de la satisfacción egoísta de los caprichos del
individuo, en olvido del Bien Común de la sociedad a la que pertenece y de su
destino trascendente.
Tampoco queremos
dejar de expresar nuestra preocupación por el incremento en cantidad e
intensidad del menosprecio, la banalización, la burla y los ataques al recto
orden natural, a la familia, al amor a la Patria , a la Religión , a la moral y a las buenas costumbres y
a todos los principios “no negociables” que hemos enunciado al inicio de esta
declaración, de los que hacen gala los medios de comunicación masiva y la
propaganda y a los que adhieren órganos de opinión, institutos y casas de
formación y organismos públicos vinculados principalmente con la salud y la
educación; así como los notorios casos de desigualdad e injusticia que se
reflejan en nuestra sociedad actual, cuyo riesgo de desintegración advertimos
con alarma y angustia acuciantes.
Como Red Federal,
integrada por miembros provenientes de todo el espectro social y político de la Nación Argentina
y de todos sus rincones, nos atrevemos y nos sentimos obligados a convocar una
vez más y con mayor urgencia a todas las personas, familias y asociaciones
intermedias de nuestra Patria a avocarse a la defensa de los valores sagrados
que la constituyen y que hemos enunciado, a su difusión y enseñanza, a la
práctica individual y social de las virtudes que ellos suponen y a una
consagración más intensa y comprometida al servicio del Bien Común de nuestra
Patria y de los más pobres, pequeños y necesitados.
Así y todo, queremos
destacar que hay signos alentadores de que ello está ocurriendo. Ya hicimos
referencia a las audiencias públicas que se llevaron a cabo con motivo del
proyecto de reforma del Código Civil. Una nutrida y calificada lista de
personas, de diverso nivel intelectual y origen social, en una importante
cantidad de ciudades de nuestra Patria, acudió ante los legisladores a defender
aquellos valores, con valentía, con lucidez, con sacrificio, como lo hizo antes
en defensa del matrimonio, poniendo así de manifiesto la subsistencia de las
reservas morales e intelectuales de nuestra Patria. A todos ellos nuestro
reconocimiento.
Por otra parte, y
como una necesaria y condigna reacción frente a los atropellos denunciados,
advertimos que los movimientos provida y profamilia han crecido enormemente en
todo el territorio de la
Argentina. Muchas ciudades de la República han sido
declaradas ciudades provida y profamilia por parte de sus órganos ejecutivo o
legislativo, siguiendo el ejemplo que en marzo del 2011 dio Senillosa, en la Provincia del Neuquén.
Por supuesto no
podemos dejar de mencionar que nuestra anfitriona, la Provincia de Corrientes
ha sido declarada provida y se ha comprometido expresamente con los valores que
ello representa, por decreto de su Gobernador ratificado legislativamente.
Agradecemos la generosa hospitalidad brindada pero, sobre todo, el ejemplo que
esta noble Provincia presta a toda la
Nación y a su pueblo.
Estas cosas, así como
este Congreso y la existencia de nuestra Red y de las asociaciones que la
integran y las personas comprometidas nos permiten conservar la esperanza de la
restauración de los valores conculcados y de un renacimiento moral, social y
espiritual de nuestra Patria.
Hoy como ayer, la Red Federal de
Familias renueva su compromiso de poner como centro y fundamento de todo su
accionar a la familia, sus necesidades y sus sueños, en la constante y firme
convicción de que defender la vida y la familia, su dignidad, su naturaleza y
sus derechos, es servir al bien común y defender la Nación.
Corrientes, 21 de
junio de 2014.