SANTIAGO, 30 Abr. 13 / (ACI/EWTN
Noticias).-
El Arzobispo de
Concepción (Chile) y miembro de la Pontificia Academia
para la Vida ,
Mons. Fernando Chomalí, "tildó de contraproducente y de no ir al fondo del
problema" a la disposición del Ministerio de Salud que establece, desde el
28 de mayo, se entregue la píldora del día siguiente a menores de 14 años sin
necesidad del permiso de los padres.
El reglamento, publicado
el mes pasado en el Diario Oficial, dispone de manera obligatoria que cuando un
menor de 14 años pida en un centro asistencial la píldora del día siguiente, el
funcionario de salud deberá entregársela sin ningún requisito. Luego podrá
contactar a uno de los padres o apoderados del adolescente para informar del
hecho.
"Será un día
triste para Chile porque, además del efecto abortivo de la píldora del día
después, le quita a los padres autoridad en un tema tan sensible y doloroso
como es el hecho que una menor de 14 años pida una píldora después de un acto
sexual", señaló el Prelado el pasado 27 de abril en declaraciones a ACI
Prensa.
Para Mons. Chomalí,
la medida expresa la banalización de la sexualidad y el respeto de la vida.
"Esto demuestra que estamos inmersos en una sociedad que soluciona los
problemas a través de medidas prácticas, incluso atentando en contra de la
vida, en vez de preguntarse realmente qué sociedad estamos construyendo",
comentó.
El Obispo recordó que
si bien la Iglesia
no dirige las políticas públicas del país, ella se dedica a formar las
conciencias y ayudar, amparado por la ciencia, a reconocer el valor de la vida
humana desde el momento de la fecundación.
"Si las
autoridades han promovido la entrega indiscriminada de la píldora del día
después, es porque hicimos mal nuestro trabajo, no los formamos adecuadamente.
Ello es muy doloroso", señaló.
El Arzobispo dijo
además que es fundamental recordar y enseñar acerca del carácter abortivo de la
píldora del día después. "Esta pastilla, bajos ciertas condiciones, impide
la anidación. Eso es un aborto procurado. Lo dice las instrucciones del mismo
fármaco en todos los lugares del mundo donde se vende".
"Me parece que
es un argumento suficiente para no permitirla, sobre todo en un país donde la Constitución protege
la vida del que está por nacer", concluyó.