Entrevista
Tomando con decisión
la iniciativa de una nueva “política de comunicación” del Instituto para las
Obras de Religión, IOR, el presidente del Consejo de Vigilancia del mismo,
Ernst von Freyberg, concedió una serie de entrevistas con representantes
cualificados de la prensa internacional, que se publican hoy, 31 de mayo. La
entrevista para Radio Vaticano fue realizada por el padre Bernd Hagenkord,
responsable de la sección alemana. Es la
siguiente:
Pregunta: Recordamos
que Ernst von Freyberg fue nombrado presidente del IOR, el 15 de febrero por el
Consejo de Cardenales de vigilancia del Instituto, después de un largo y cuidadoso
proceso de selección de los candidatos.
Respuesta: Es un gran
privilegio trabajar aquí, es el ambiente más estimulante que te puedas imaginar
trabajar en el Vaticano … Y también es un gran reto para servir al Papa en el
restablecimiento de la reputación de esta institución.
Pregunta: ¿Cómo había
imaginado su trabajo aquí, antes de iniciarlo?
Respuesta: De manera
muy diferente. Cuando llegué aquí, pensé que iba a tener que oncentrarme en lo que se define normalmente
“hacer limpieza” y “poner en orden” las cuentas corrientes irregulares. Hasta
hoy no hay nada de todo esto que yo haya podido detectar. Esto no quiere decir
que no haya nada, sino más bien que ésta no es nuestra principal preocupación.
Nuestra principal preocupación es nuestra reputación. Nuestro trabajo – mi
trabajo – se refiere a la comunicación, mucho más de lo que había pensado en un
principio. Hay que hacer mucha más comunicación dentro de la Iglesia : no se ha hecho
suficiente en el pasado. El trabajo comienza en nuestra casa, con nuestros
propios empleados, con los que trabajan para la Iglesia de Roma, con los
que están en la Iglesia
en todo el mundo. A ellos debemos primero transparencia y una explicación clara
sobre lo que hacemos y de cómo intentamos servir.
Pregunta: Hablemos de
reciclaje: imagino que hay normas que se han de aplicar…
Respuesta: La Santa Sede se ha
comprometido en respetar las normas internacionales. Nosotros aplicamos las
leyes y los más altos estándares exigidos por nuestros bancos correspondientes.
Personalmente, me encuentro en la mesa cada semana todos los casos sospechosos
y tengo reuniones semanales con el responsable encargado contra el lavado de
dinero. Además, aplicamos una política de tolerancia cero con respecto a los
clientes y empleados involucrados en actividades de reciclaje de dinero negro.
Pregunta: ¿El IOR es
un banco?
Respuesta: No somos
un banco. No prestamos dinero, no hacemos inversiones directas, no operamos de
contraparte financiera. No especulamos en divisas o bienes. Nuestro principio es
que recibimos dinero y lo invertimos en bonos de Estado, en obligaciones y en
el mercado interbancario, en el que depositamos a una tasa de interés
ligeramente superior a lo que recibimos con el fin de poder devolver el dinero
a nuestros clientes en cualquier momento.
Pregunta: ¿Cuál es el
servicio que hace que el IOR sea único?
Respuesta: Lo que es
realmente único es que nosotros entendemos perfectamente el mundo de la Iglesia y la misión de la Iglesia. En el IOR hay
112 personas que atienden a 19.000 clientes. En la gran mayoría, son monjas o
religiosos y muy a menudo conocen a la persona que se hace cargo de ellos en el
IOR desde hace 20, 30 años. Sabemos exactamente lo que necesitan y ellos aquí
encuentran una persona de confianza, y es esta relación personal que los motiva
a venir aquí.
Pregunta:
¿Transparencia es la palabra clave?
Respuesta: La
transparencia es clave, pero no solo la transparencia; sino lo que se es una
vez convertidos en transparentes: a saber, que somos completamente limpios,
como es necesario ser, si se quiere ser aceptado en el sistema financiero
internacional.
……………
El IOR, en su forma
actual, fue fundado por Pío XII en 1942 “para mantener y administrar los bienes
activos transferidos o confiados al Instituto por personas físicas o jurídicas,
con el fin de obras de religión o de caridad.” El Instituto, ubicado en la Ciudad del Vaticano, en la
actualidad administra fondos por un valor total de unos 7 mil millones de
euros; cuenta con cerca de 19.000 clientes (5.200 instituciones católicas,
titulares de más del 85% de los fondos administrados, y 13.700 personas, entre
ellas empleados del Vaticano, así como religiosos y otras categorías
especificas autorizadas, como diplomáticos acreditados ante la Santa Sede ).
Ecclesia, 31-5-13