Nacen en Cuba y renacen en
Miami
Macky Arenas | Ago 16, 2017
Aleteia
Los Caballeros Católicos, una organización que lleva
por bandera la práctica de la caridad, el amor a la patria, la defensa de la
Iglesia y la protección de la familia, surgió en la ciudad de Sagua La Grande,
Provincia de Las Villas, en Cuba un 24 de febrero de 1926. Una circunstancia muy particular fue en
incentivo para organizar a los católicos.
Una fecha patriótica coincidió con una celebración
religiosa y las campanas de la Iglesia local repicaron para llamar a misa. Los
masones pensaron que los católicos se regocijaban con el recuerdo de la muerte
de uno de los próceres de la Independencia cubana y arremetieron contra el templo. Los católicos vieron en el incidente
un llamado a superar la dispersión e involucrarse en la defensa y protección de
su fe. Así nació un grupo que comenzó con poco mas de 70 hombres y, al llegar la
revolución comunista de Fidel Castro, contaban 176 uniones en toda la isla.
El fundador y animador de esta gran obra que catapulto
la participación del laicado cubano, precursores de la Acción Católica, fue un
notable apóstol seglar, Valentín Arenas y Armiñán, natural de Sagua La Grande,
educado en por los jesuitas y posteriormente egresado en Derecho Civil y
Canónico en la Universidad de Deusto en Bilbao (España). Al terminar sus
estudios emprendió un recorrido por Europa y le llamó la atención las organizaciones
de hombres católicos trabajando por la
Iglesia. Concibió la idea de hacer algo semejante en su Cuba natal y regresó
muy animado después de recibir la bendición de Benedicto XV.
En Cuba, el movimiento prosperaba a un ritmo
impresionante. Celebraron la primera de muchas Semanas Sociales, promovían
importantes obras de solidaridad y profundizaron en la formación de sus
miembros en la Doctrina Social de la Iglesia. Su influencia en la sociedad
cubana fue gradualmente incrementándose y llegaron a constituirse en
anfitriones de muchas actividades católicas del continente. Gran guía
espiritual desde el instante fundacional fue el virtuoso y sabio sacerdote R.
P. Esteban Rivas, sj.
Esto no podía agradar a un régimen comunista. La
Iglesia comenzó a convertirse en piedra dentro del zapato del régimen y pronto
comenzaron los problemas. Fidel Castro fue cerrando uniones en cada ciudad y
provincia de Cuba. Los Caballeros Católicos fueron dejando su patria, como
tantos cubanos aventados al exilio por un régimen de oprobio que no dudo en
fusilar y encarcelar desde el momento mismo en que se instaló.
Pero en Miami, asiento de la mayor parte de los
expatriados cubanos, Valentín Arenas, el exbanquero incansable volvió sobre sus
objetivos evangelizadores, reunió de nuevo a los católicos y refundaron la
asociación, siempre con el respaldo de los
jesuitas. Hoy, cientos de Caballeros Católicos expanden sus tareas a lo
largo y ancho del Condado de Dade y sus planes son ampliar su presencia en
otros países del continente americano. Ya han logrado recomenzar en Cuba e
instalar escuelas y asistencia en salud para los niños de Nicaragua.
Aquella aventura espiritual que comenzó en la Cuba de
hace mas de 90 años, prueba que el
esfuerzo y la oración dan sus frutos. Hoy, un nieto del fundador, el padre Francisco Hernández Arenas, párroco de St
Raymond en Coral Gables (Miami) es el capellán de Los Caballeros Católicos.