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SUICIDIO COLECTIVO

Se habla de narcotráfico pero no de adicciones

Por Urgente 24, 06 de julio de 2017

Desde el punto de vista de la opinión pública, satisface uno de los datos que surgen del 3er. informe anual del Observatorio de Prevención del Narcotráfico, que tanto Fundación UADE como la organización Voices! no quieren politizar pero es inevitable, para cualquier periodista, alcanzar conclusiones que rozan la coyuntura del año electoral.

El informe deja constancia de que la mayoría de la opinión pública insiste en que hay 'trabajar sobre la oferta', o sea los narcos, en especial los extranjeros. Son muchos menos quienes reconocen que lo más eficaz es educar a la población sobre los peligros de la droga y/o desarrollar programas de tratamiento de las adicciones.

Urgente24 entrevistó a la vocera del informe, profesora e investigadora de la Fundación UADE, Solange Finkelsztein, quien reflexionó: “Llama la atención que cuando se indaga sobre las medidas más adecuadas para combatir la problemática del narcotráfico, la educación queda entre las medidas menos seleccionadas. Esto implícitamente podría estar mostrando la dificultad para decir NO a la droga".

La sociedad  padece un grave problema cuando considera como grave el narcotráfico pero es indulgente con las adicciones porque, en ese caso, supone que prefiere delegar en terceros (las fuerzas de seguridad y los funcionarios del Poder Judicial) la respuesta en vez de intentar asumir en protagonismo en la búsqueda de resolver el problema (la lucha contra las adicciones, que comienza con la prevención, que es educación, y avanza hacia los tratamientos terapéuticos de los consumidores de sustancias adictivas).

El 3er. informe anual del Observatorio de Prevención del Narcotráfico, que funciona en el ámbito de cooperación entre el Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales, de Fundación UADE; y la organización Voices! Research and Consulting consideró un universo de 1.001 entrevistas de alcance nacional con un margen error ± 4.2% para los totales, con un nivel de confianza del 95%, con un método muestral probabilístico, basado en entrevistas personales domiciliarias, en marzo 2017.

Y Solange Finkelsztein deslizó un dato complicado: para la mayoría de los entrevistados la problemática del narcotráfico en la Argentina es muy grave, aunque en relación al año 2015 esta percepción ha bajado del 78% al 66% aún cuando aumentan las noticias acerca de detenciones, procesamientos y condenas de narcotraficantes, allanamientos a sus infraestructuras y decomiso de cargamentos, y 30% de cada 10 entrevistados conocen alguna persona o sitio donde se comercializa droga. En 2015 eran 27%.

Pero un tema que sorprende a Urgente24 es la escasa disposición del líderes de la sociedad a trabajar en la concientización de los graves problemas que ocasionan las adicciones, prefiriendo debatir el aspecto delictivo (el narcotráfico) y no la cuestión profunda (el consumo).
Instituciones como Proyecto Cambio -impresionante la contribución de la institución creada por Susana Barilari y Gastón Mazieres- realizan una contribución que merecería una difusión mucho mayor, en especial la concepción de que es la familia trabajando con el adicto quien produce/coprotagoniza una sanación de conflictos expresados en una adicción.

Una lástima que Fundación OSDE, por dar un ejemplo de organizaciones con extensión territorial y recursos suficientes, no hayan tomado el caso de Proyecto Cambio para lograr darle una mayor visibilidad (oportunidad que debería considerar Víctor Cipolla).
Resulta muy descuidada una sociedad que reacciona según los impactos informativos y no por el análisis reflexivo de las consecuencias de los acontecimientos que le suceden tal como la disminución -explicó Solange Finkelsztein- de la percepción del daño que produce la mayoría de los estupefacientes, en especial de los tranquilizantes, probablemente porque se ha generalizado su consumo, y las personas no quieren declararse ni culpables ni culposos.

Luego aparece la banalización del debate sobre la marihuana -en esto, Proyecto Cambio podría brindar información precisa en base a sus propias experiencias terapéuticas-, al suponer una porción considerable de la sociedad que debe considerarse el impacto físico de la adicción y no el alcance psicológico, y las consecuencias en la red de relaciones cercanas del individuo.
La banalización del debate sobre la marihuana, cuya percepción del daño que produce bajó del 73% al 61%, mientras ha crecido la adhesión a la legalización de su consumo -casi 4 de cada 10 argentinos se dijeron a favor, cuando en 2015 eran menos de 3 de cada 10- lleva a conclusiones sociológicas erradas, sin fundamento, que propician la flexibilidad por una hipotética propiedad medicinal.

Existe un amplio consenso acerca de que es muy dañino consumir paco (93%), éxtasis (89%), cocaína (89%), inhalables (87%) y alucinógenos (85%). Más abajo se encuentra el consumo de cigarrillos (68%) y aún menos la marihuana (61%), convertida en el producto de consumo masivo de la sociedad adictiva. A este paso, en breve, la marihuana será considerada casi un placebo. Es un debate tan esencial como el de la publicidad masiva de bebidas alcohólicas, cualquiera sea su graduación etílica.
Y no es verdad que las consecuencias resulten tan mínimas o triviales.

Tal como lo explica Proyecto Cambio, en 1er. lugar, cada persona es diferente y lo que para uno no es adictivo, para otro sí puede serlo.
En 2do. lugar, todo aquello que provoque mutaciones en las conductas resulta perjudicial, aunque lo practique la mayoría.

Es casi una obviedad que los menores de 30 años son quienes más menosprecian el daño de las sustancias psicoactivas, fundamentalmente alcohol y marihuana, pero se observa o una escasa autoridad/liderazgo para oponerse, o cierto hartazgo/temor de parte del resto del tejido social.