rechazan la promoción del aborto
como supuesto valor
Aica, 15 Jul 2017
El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos
del Canadá (CECC), monseñor David Douglas Crosby OMI, obispo de Hamilton,
remitió una carta de tres páginas de extensión a la ministra de Asuntos
Exteriores del Canadá, Chrystia Freeland, en la que critica los términos
empleados por la funcionaria en un discurso en la Cámara de los Comunes y
refutó con claridad la calificación del aborto como un supuesto "valor
canadiense".
"Si la política exterior del Canadá necesita una
base estable, no puede ser ésta la defensa del aborto y los 'derechos sexuales
reproductivos'", declaró el prelado en su misiva. "Y si la dignidad
de la mujer va a tener un fundamento moral universal, éste no puede estar
basado en principios que pasan por encima de los derechos del niño no
nacido".
La CECC indicó que comparte la preocupación por el
respeto a los derechos de las mujeres, pero calificó los términos empleados por
la ministra como "erróneos, confusos y desorientados". Pretender que
la promoción del aborto se encuentre "en el núcleo" de la diplomacia
canadiense fue señalado como algo inaudito. "No existe precedente que
apoye semejante afirmación", expresaron los obispos. "De hecho, usted
ofreció muchos ejemplos en su discurso de una tradición de política exterior
canadiense marcada por las metas de la paz internacional, el justo orden, el
libre comercio, la ayuda externa y la estabilidad global".
Los obispos canadienses señalaron que el aborto
vulnera gravemente los derechos de las mujeres, tanto mediante su eliminación
directa en el vientre (incluso motivado por el hecho mismo de ser mujeres) como
por las graves consecuencias que acarrea para las mujeres que se someten a él.
El considerar el aborto como un "valor
canadiense" tampoco tiene ningún sustento para los obispos, que señalaron
la jurisprudencia de la Corte Suprema local que rechaza que pueda ser
considerado como un supuesto derecho. Exportar el aborto a través de la
política exterior contradice las palabras de la propia ministra en su discurso,
quien afirmó que "claramente no es nuestro papel imponer nuestros valores
en todo el mundo" y que "nadie ha sido nombrado policía del
mundo". A pesar de estas palabras, la ministra apoya la participación en
el Consejo de Seguridad de la ONU, basada en "nuestro deseo de ser
escuchados" y difundir los "valores nacionales ampliamente
defendidos".
"¿Qué pasó con la larga tradición del Canadá de
respetar las culturas, los valores históricos, incluyendo las diferentes
tradiciones religiosas y morales?", cuestionó la carta. "¿Ha olvidado
Canadá que para una población considerable (tanto en Canadá como fuera de ella)
el niño no nacido es valorado como un ser humano creado por Dios y digno de
vida y amor?". Los prelados cuestionaron que se clasifique el aborto como
núcleo de la política exterior cuando no existe una base legal para esto y
cuando es "completamente contrario a las convicciones profundamente
defendidas de muchos".
Los Obispos denunciaron que el compromiso del Primer
Ministro con la ideología feminista justifique un aporte gubernamental de 650
millones de dólares para la promoción del aborto en el mundo en el mes de marzo
mientras que colaboró con apenas 119 millones para aliviar la grave falta de
alimentos en Sudán del Sur, Yemen, Noreste de Nigeria y Somalia. "Una
diferencia de 530 millones", se lamentaron los prelados. "La ONU,
mientras tanto, estaba calificando la situación en esas regiones como la más
grande crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, con 20 millones de
personas en riesgo de inanición".+