Noticia de La Voz del Interior y análisis
crítico
Este país es el
responsable de revaluar la toxicidad del herbicida para que la Unión Europea decida
recategorizar o no a esta sustancia. Un nuevo informe europeo indica que el
glifosato, uno de los herbicidas más usados en el mundo, no representa un
riesgo para la salud.
Esta sustancia se usa
en combinación con semillas modificadas genéticamente para resistir al
glifosato. De esta manera, cuando se aplica el producto, se eliminan todas las
hierbas a excepción del cultivo transgénico.
El trabajo fue
realizado por el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos, por
encargo de la Unión
Europea (UE). La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria
entregará este borrador a otros expertos para una evaluación final, con el
objetivo de renovar el estatus del glifosato como herbicida autorizado.
La sustancia obtuvo
la aprobación en la UE
en 2002, pero ahora debe renovar su validez ante este organismo.
El trabajo confirma
los hallazgos de la evaluación previa. Según el instituto alemán, el glifosato
no presenta propie-dades carcinogénicas ni mutagénicas.
Tampoco tiene efecto
tóxico sobre la fertilidad, la reproducción o el desarrollo fetal y embrionario
en los animales de laboratorio, y se considera que no presenta riesgos para la
salud humana. Para llegar a estas conclusiones, la institución alemana evaluó
150 nuevos estudios toxicológicos y examinó los 300 ya existentes. En este
borrador se tuvieron en cuenta 900 publicaciones científicas.
En Argentina, el
Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) siguió el mismo
criterio.
Críticas
Desde sectores
ambientalistas, aseguran que los estudios científicos en los que se basa esta
clasificación son realizados por las mismas empresas que venden el producto,
con lo cual existe un conflicto de intereses. Y sostienen que el herbicida es
responsable de muchos problemas de salud en pueblos argentinos afectados por la
fumigación aérea de los campos aledaños.
El investigador
argentino Andrés Carrasco desató una polémica en 2009 con una investigación en
la que demostra-ba que el glifosato tenía un efecto teratogénico y provocaba
deformaciones en embriones animales.
En 2012, la Justicia de Córdoba
encontró culpables a productores y fumigadores por el uso indebido de
plaguicidas, entre ellos, glifosato. Aún falta que se eleve a juicio la causa
madre para determinar si esas fumigaciones ilegales provocaron daños en la
salud de los vecinos del barrio Ituzaingó.
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COMENTARIO DE FAEC:
El redactor de La Voz del Interior sigue la
norma alarmista que este diario tiene desde años en temas relacionados con la
ecología, el ambiente, el cambio climático, y otros variados mitos que conviene
explotar para mantener la imagen políticamente correcta que caracteriza a este
diario desde hace años. El mencionado estudio del Dr. Andrés Carrasco fue un
fiasco que hasta el mismo CONICET salió a desautorizarlo en todos sus términos.
Las críticas recibidas por el estudio y el Dr. Carrasco de la comunidad
científica fueron demoledoras. No se puede inyectar a un embrión de ninguna
especie con alguna sustancia y esperar que no suceda nada. Porque el
experimento de Carrasco consistió en inyectar mediante agujas especiales, dosis
de glifosato dentro de los embriones de ranas, pollos, y otros animales. Los
resultados fueron catastróficos como cualquier médico o biólogo puede imaginar.
Luego, a esta
aberración pseudocientífica se pretendió darle categoría científica
publicándola en la revista estadounidense Chemical Research in Toxicology (Investigación
Química en Toxicología) donde "se confirma que el glifosato produce
múltiples malformaciones" y, con análisis científicos como prueba,
advierte: “Los resultados comprobados en laboratorio son compatibles con
malformaciones observadas en humanos expuestos a glifosato durante el
embarazo”. La parte del
estudio publicado dice:
Embryos injected with pure glyphosate showed very similar phenotypes.
Moreover, GBH produced similar effects in chicken embryos, showing a gradual
loss of rhombomere domains, reduction of the optic vesicles, and microcephaly. This
suggests that glyphosate itself was responsible for the phenotypes observed,
rather than a surfactant or other component of the commercial formulation.
En una conferencia de
prensa un periodista le preguntó al mismo Carrasco: "¿Qué hubiese sucedido
si en vez de glifosato le hubiese inyectado Coca-Cola a los embriones?". Y
la respuesta de Carrasco fue la correcta: "Hubiese sucedido lo
mismo."
Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
Fuente: Mitos y Fraudes
Estrucplan, 7-3-14