y Vacunas Covid, preocupa estudio en USA
PAOLO GULISANO
28-6-21
Un estudio
observacional, publicado por el New England Journal of Medicine, sobre mujeres
embarazadas vacunadas en Estados Unidos con Pfizer (que desaconseja la vacuna
para ellas) o Moderna señala que el 14% de los embarazos terminaron con la
muerte del feto. Datos que preocupan y deben llevar a una mayor prudencia a
madres y ginecólogos.
El abanico de las
experimentaciones con vacunas se amplía cada vez más: además de las heterólogas
y de los ensayos que se están llevando a cabo actualmente para rebajar la edad
de vacunación hasta los bebés, también encontramos otro ámbito de
experimentación: el del embarazo. Un área que debería implicar una considerable
prudencia.
Desde que existen
las vacunas, siempre se ha prestado especial atención a no administrar vacunas
que -como muchos otros fármacos- podrían interferir en los mecanismos de la
embriogénesis y causar malformaciones a los niños no nacidos. Sólo en años muy
recientes se ha dado luz verde a la vacunación contra la
difteria-tétanos-pertoxemia (trivalente) en mujeres embarazadas, pero sólo
después de la semana 28 de gestación, precisamente para evitar esos daños al
embrión. Una segunda vacuna permitida en el embarazo es la de la gripe. No se
administran otras vacunas.
En el caso de las
nuevas vacunas contra el Covid, debido a sus características de fármacos
autorizados con carácter extraordinario y a los escasos estudios sobre su
eficacia y seguridad, se requería una precaución aún mayor en su uso. Así fue,
pero sólo al principio. La ficha técnica de Comirnaty, la vacuna de Pfizer, que
no ha sido modificada desde su aprobación, indica claramente que la vacuna no
debe administrarse durante el embarazo, y ni siquiera durante la lactancia. La
otra vacuna con ARNm, Moderna, es un poco más matizada, porque se afirma que no
hay estudios sobre los efectos de la vacuna en los fetos, y deja la decisión de
administrar o no el producto al médico vacunador.
En consecuencia,
si el fabricante de la vacuna más utilizada no dudó en desaconsejarla a las
mujeres en el embarazo o el puerperio, cada vez más ginecólogos parecen
contradecir en sus decisiones las prudentes indicaciones de la empresa. De
hecho, cada vez son más las futuras madres a las que su ginecólogo les propone
la vacuna, definida como “absolutamente inofensiva”, y por lo tanto, para que
se las apliquen. Una vez más, como en el caso de los muy jóvenes y los niños,
se ignoran por completo los datos epidemiológicos, que ven a las personas en la
franja de edad entre los 20 y los 40 años (la edad habitual en la que se
produce la concepción y el embarazo) con niveles muy bajos de mortalidad y
letalidad, por no hablar de la misma morbilidad.
Los ginecólogos
pro-vacunación -que parece están dando una mano a la institución sanitaria
pública a través de circulares y nuevas directrices que eliminarían por
completo cualquier referencia a las indicaciones de las mismas empresas
farmacéuticas- también deberían hablar a sus pacientes de los riesgos de esta
vacunación, que a diferencia de la que se realiza contra la
Difteria-Tétanos-Pertoxis podría realizarse en cualquier edad gestacional,
incluso al principio, cuando el proceso de embriogénesis es muy delicado.
Los riesgos están
ahí, están documentados, y las cifras son realmente impresionantes. Basta con
ver una reciente publicación en el New England Journal of Medicine, una de las
revistas médico-científicas más prestigiosas del mundo. El artículo en cuestión
se titula Preliminary Findings of mRNA Covid-19 Vaccine Safety in Pregnant
Persons [Hallazgos preliminares de la seguridad de la vacuna mRNA Covid-19 en
personas embarazadas].
Se trata de un
estudio observacional de mujeres embarazadas vacunadas con las dos vacunas de
ARNm en Estados Unidos, desde finales de diciembre de 2020 hasta finales de
febrero de 2021. Dos meses de vacunación. Los investigadores utilizaron datos
provenientes de farmacovigilancia, implementados a partir de informes
espontáneos de los pacientes, un sistema llamado VAERS, es decir, Vaccine
Adverse Event Reporting System [Sistema de Notificación de Eventos Adversos a
las Vacunas]. Por lo tanto, los datos podrían estar subestimados.
El número de casos
examinados fue de 35.691. Sin embargo, lo que más impresiona de los resultados
del estudio, que constató los efectos adversos habituales de las vacunas, es el
número de abortos espontáneos que se produjeron tras la vacunación: el 14% de
los embarazos se interrumpieron con la muerte del feto. Además, se han registrado
varios efectos adversos neonatales, con un 10% de nacimientos prematuros y un
3% de bebés con bajo peso.
Si se quisiera
entender, en el ámbito de la gran experimentación de la vacuna, el efecto de la
administración en mujeres embarazadas, se diría que ya hay datos significativos
sobre los que reflexionar, para evitar un 14% de abortos, muertes absolutamente
evitables. El Covid puede tratarse, pero el daño prenatal es mucho más letal.
Pensemos en los ginecólogos que aconsejan vacunarse y, sobre todo, pensemos en
las madres que se preocupan por sus hijos.
Publicado
originalmente en italiano el 23 de junio de 2021, en https://lanuovabq.it/it/aborti-spontanei-e-vaccini-covid-studio-usa-preoccupa
Traducción al
español por: José Arturo Quarracino