Alertan sobre la gravedad de esta pandemia
silenciada
24 DE JUNIO, 2021
BUENOS AIRES (AICA)
La Iglesia se
pregunta qué "silencios cómplices" agravaron la pandemia de las
drogas y las adicciones en tiempos de Covid-19, al presentar un documento sobre
esta problemática.
La Familia Grande
Hogar de Cristo, Cáritas Argentina y la Pastoral Nacional sobre Adicciones y
Drogadependencia se preguntaron qué “silencios cómplices” contribuyeron a que
drogas y adicciones sean hoy “la otra pandemia silenciada”, y lamentaron que 14
años después del Documento de Aparecida se siga sin dimensionar la gravedad del
problema que el episcopado latinoamericano advirtió en 2007. En ese marco,
llamaron a la dirigencia política y a la sociedad toda a poner la mirada en
esta otra pandemia, porque aquí también "está en juego la vida".
Referentes del
sector hicieron esta reflexión durante la presentación del documento
"Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano
Integral" que se hizo hoy vía "streaming" a través de los
canales de YouTube de la Familia Grande Hogar de Cristo y del Consejo Episcopal Latinoamericano
(CelamTV).
En el comienzo del
encuentro, y luego de rezar por los jóvenes víctimas de las drogas, se hizo
presente monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y
secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), que con un
video animó a "recibir la vida como viene" y ver a Cristo en nuestros
hermanos, servir, acompañar y estar.
La presentación
estuvo a cargo de Romina Santomingo, acompañante Hogar Madre de Lourdes,
Familia Grande Hogares de Cristo; María Elena Acosta, referente nacional de
Hogares de Cristo; Beatriz Ballario, responsable del área Abordaje Pastoral y
Comunitario de las Adicciones de Cáritas Argentina; el presbítero José María Di
Paola, coordinador de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y
Drogadependencia y presidente de la Federación de Hogares de Cristo; y el
presbítero Guillermo Torre, párroco de Cristo Obrero en el barrio porteño Padre
Mugica.
La actividad contó
con la presencia del obispo de Merlo-Moreno y delegado episcopal para la
Pastoral de Adicciones, monseñor Fernando Carlos Maletti, que se unió a la
transmisión por Zoom.
La presentación se
enmarcó en el Día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico
ilícito de drogas establecido por la Organización de las Naciones Unidas en
1987 para el 26 de junio de cada año.
Los expositores
destacaron la importancia de estas reflexiones sobre las adicciones en el
camino de la Asamblea Eclesial a la que está invitando el Celam y tomando la
mirada que ya en 2007 marcó la V Conferencia de los episcopados
latinoamericanos en Aparecida, Brasil.
“El problema de la
droga es como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras, ni
geográficas ni humanas. Ataca por igual a países ricos y pobres, a niños,
jóvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres. La Iglesia no puede
permanecer indiferente ante este flagelo que está destruyendo a la humanidad,
especialmente a las nuevas generaciones. Su labor se dirige especialmente en
tres direcciones: prevención, acompañamiento y sostén de las políticas
gubernamentales para reprimir esta pandemia”, citaron.
“Francamente nos
sentimos interpelados por esta declaración en la que se utiliza el término
‘pandemia’ en relación con la droga y las adicciones porque, en este presente
de COVID-19, es cuando comprendemos la verdadera dimensión de esa palabra”,
afirman en el texto del documento, y se preguntan "qué silencios cómplices
habrán logrado que, 14 años después de aquel claro alerta de los obispos, siga
siendo esta ‘la otra pandemia’, silenciada, la que lastima a nuestros pueblos y
se constituye como un terrible obstáculo para el logro del Desarrollo Humano
Integral. Especialmente de los más pequeños, los más pobres, en quienes
reconocemos una valía que tienen para desplegar y que constituye un don para
toda la sociedad".
La Familia Grande
Hogar de Cristo, Cáritas Argentina y la Pastoral Nacional sobre Adicciones y
Drogadependencia fundamentan sus reflexiones “en el cotidiano encuentro con
este dolor que asoma, en primer lugar, cada vez que llegamos a una comunidad”.
Tras afirmar que
“es allí donde encontramos relatos de desgarro, desesperación, impotencia o
vivencia de desamparo”, alzan fuerte su voz “para repetir las palabras de
Aparecida y llamar la atención sobre el agravamiento de la pandemia de las
drogas y las adicciones en tiempos de COVID-19”.