o el derecho universal al aborto
Por Valentina Orte
Tradición Viva,
27-6-21
“El niño es
reconocido universalmente como un ser humano que debe ser capaz de
desarrollarse física, mental, social, moral y espiritualmente con libertad y
dignidad”
Así lo afirmaba
el 20 de noviembre de 1959, la Asamblea
General de las Naciones Unidas cuando aprobó la Declaración de los Derechos del
Niño. Este reconocimiento supuso el primer gran consenso internacional sobre
los principios fundamentales de los derechos del niño. La Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) tiene el
mandato de promover y proteger el disfrute y la plena realización, para todas
las personas, de todos los derechos establecidos en la Carta de las Naciones
Unidas y en las leyes y los tratados internacionales en materia de derechos
humanos.
En España el
artículo 15 de su Constitución establece que “todos tienen derecho a la vida”.
Ese derecho a la vida se vio limitado por primera vez, al menos en lo que al
nasciturus se refiere, mediante la Ley Orgánica 9/1985, de 5 de Julio, que
despenalizaba el aborto en tres supuestos: supuesto terapéutico (riesgo grave
para la salud física o psíquica de la madre), supuesto criminológico
(violación), y supuesto eugenésico (malformación física o psíquica del feto).
Fue un primer paso que, en principio fue de un caminar más o menos firme a una
carrera galopante sin freno ni defensa para el pobre niño al abusar de la
utilización de cualquiera de esos tres supuestos con la benevolente mirada
hacia otro lado de los jueces que en su dolce far niente, no se deciden a
sentenciar que un futuro bebé tiene, y más ahora que son un bien escaso, más
valor que un futuro pichón.
Bueno, pues en
esta desquiciada sociedad, si una vecina harta de la suciedad que dejan las
palomas en su terraza, quita y tira el nido con huevos que le han dejado, puede
ser denunciada y obligada a pagar considerable multa porque esos huevos son
futuros seres protegidos, pero, si esa misma persona se somete a un aborto,
esta sociedad progre y desnortada lo considera un acto lícito porque, al
parecer y en contra de la mencionada ley que dice defenderle, al futuro bebé no
se le considera ser protegido. ¿Cabe mayor aberración?.
El aborto, aunque
lo envuelvan en sus habituales eufemismos, no es la interrupción voluntaria del
embarazo, dando la sensación de que este proceso es como la acción del
interruptor de la luz, que lo puede apagar y volver a retomar como si nada. No,
esa interrupción porque no se puede retomar, es un asesinato que realiza la
madre contra su propio hijo, muchas veces con el consentimiento tácito del
padre o adoptando éste una cómoda actitud pasiva.
No hay
responsabilidad para la madre ni el padre, la responsabilidad es del pobre bebé
no querido, el inocente que no tuvo parte en el acto que dio lugar a su ser y
que solo fue consecuencia del mismo. Y ante tantas pomposas declaraciones sobre
derechos, uno se pregunta qué pasa con la declaración de derechos del niño.
Los que imponen
las reglas por las que los pobres mortales deben guiarse, dicen que antes de
nacer solo es un feto, no un ser humano, con menos valor que los huevos de
paloma o águila imperial, sin embargo, los científicos aseguran que desde que
se forma el nuevo patrimonio genético con la fecundación existe un ser humano
al que sólo le hace falta desarrollarse y crecer para convertirse en adulto.
Los miles de
nasciturus asesinados en todo el mundo parece que no les son suficientes, de
modo que han decidido en el Europarlamento declarar el aborto un derecho
universal. Es el llamado informe Matic (*) con el que ha dado el visto bueno
para instar a los países miembros a eliminar cualquier obstáculo en el acceso a
la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y considerarlo como un «derecho
humano». El denominado ‘Proyecto Matic’ sobre «la situación de la salud y los
derechos sexuales y reproductivos en la UE, en el marco de la salud de la
mujer» pretende además que esta práctica sea garantizada por la sanidad pública
de los países miembros, aunque ello suponga menoscabar el derecho a la objeción
de conciencia de los profesionales sanitarios, a los cuales se amenaza en el
artículo 37 al establecer que la objeción de conciencia de los médicos supone
una violación de los derechos de las mujeres y una denegación de la atención
médica.
No han servido de
nada las alegaciones de los grupos conservadores ante el poder de la masonería
que domina la ONU y la Eurocámara. En ese control de la población que está
imponiendo la temible secta, solo pueden existir aquellos que por su edad se
encuentren en mitad de la pirámide poblacional que son lo que podríamos llamar
“brazos útiles” necesarios como fuerza de trabajo, futuros esclavos quizá para
ese 2050 en que nos aseguran que “no tendremos nada (que puede ser muy cierto)
y seremos felices (lo cual dudamos).
No tendremos nada.
Efectivamente, ni libertad. Parece que con generosidad nos conceden derechos
pero en realidad, nos coartan la libertad que es el más importante de los
derechos.
Y no, no seremos
felices. Un mundo sin niños es un mundo sin futuro, las madres que abortan
recuerdan constantemente a lo largo de su vida el hijo que pudo ser y no fue y
los médicos, furiosos porque ven que este proyecto ataca directamente su
libertad de objetar según su conciencia y pisotea su famoso juramento
hipocrático. Sin embargo, con ser esto muy importante, se quejan de que ya
parece que existen listas relacionando a aquellos médicos objetores de conciencia
y temen que, aunque su finalidad no sea la que dieron a las suyas los del
gobierno de Companys, sirvan para que sean relegados de sus puestos y hasta
puedan perder el trabajo. Efectivamente cumplirán con la Agenda 2050. No
tendrán nada, pero ¿serán más felices?.
Y no duden de que
si Dios no lo remedia, así será, porque prohíben hasta que grupos provida se
reúnan para rezar el rosario en lugar próximo a las clínicas abortivas, lo que
les debe parecer una actividad sumamente peligrosa ya que el castigo con el que
amenazan supone penas de hasta dos años de prisión y multas de 30.000 Euros.
De modo que el
informe Matic, da carta libre al aborto universal pagado por la Sanidad
Pública, es decir, por todos los españoles, aún los provida, obligando a los
disconformes (sociedad provida y médicos no abortistas) a aceptar la terrible
situación que nos viene impuesta desde la ONU a través de la Eurocámara, por
mandato del poderoso grupo que ostenta el verdadero poder mundial y puede
imponer su programa de dominio. Así que los ciudadanos del mundo entero deben
ponerse en posición de saludo ante el poder superior que pretende dominar el
mundo.
Esta es la
libertad que nos permiten: libertad para matar futuros seres humanos porque
tienen menos valor que un huevo de paloma o de un lagarto, pero Vd. debe
callarse y tolerarlo porque no le permiten libertad ni para expresar su
disconformidad rezando.
(*) Aprobado en el
Parlamento Europeo por 378 votos a favor, 255 en contra, 42 abstenciones.