Por Altagracia Suriel
El Día, Santo Domingo -19
marzo, 2020
La pandemia del coronavirus
ha evidenciado nuestro nivel de humanización, pero también retrata el miedo, la
desinformación, la exclusión y la capacidad de dañar, no solo del virus sino
del mismo ser humano, que presa del pánico, tiende a centrarse en su
supervivencia como único fin.
A nivel político, el
coronavirus nos demuestra que la verdad hay que aceptarla y enfrentarla, que es
mejor prevenir que lamentar, que hay que proteger la economía, pero sobre todo
a las personas.
El coronavirus también nos
recuerda la fragilidad humana y que tenemos una responsabilidad colectiva e
individual de cuidarnos y de cuidar.
1. Aceptar la verdad:
El problema del coronavirus
se agudizó en China ante la incredulidad de que un nuevo virus se estaba
expandiendo.
El médico Li Wenliang, que
en diciembre alertó a sus colegas de la aparición de un virus similar al SARS,
en vez de ser escuchado, fue investigado por la policía por “propagar rumores”.
2. Prevenir antes que
lamentar:
Las medidas de contención
del virus no se realizaron de forma oportuna. En algunos países caló el mantra
de que solo se trataba de una gripe y se minimizó el problema, mientras los
contagios superaban el 2.5%, cobrando vidas día tras día.
3. Proteger la vida y la
salud:
La economía está al servicio
del hombre como lo plantea la Doctrina Social de la Iglesia. Aunque se
paralicen las economías del mundo, salvar la vida y proteger la salud de los
seres humanos deber ser la prioridad.
Las economías pueden
recuperarse, pero las vidas perdidas no.
4. La fragilidad y finitud
humana:
El coronavirus nos enrostra
en la cara nuestra fragilidad humana. Nos recuerda la única realidad
inexorable: la muerte.
La impotencia ante una
posible muerte genera dolor, miedo y hasta terror. Enfrentarnos con la muerte
debe llevarnos a valorar lo que realmente importa: las relaciones, no las
posesiones.
5. Somos responsables de
cuidar y de cuidarnos:
La contención del
coronavirus implica una responsabilidad colectiva e individual ineludible de
cuidar y de cuidarnos. Cuidar significa aislarnos y tomar las medidas
preventivas que detengan el contagio. Cuidarnos también implica no propagar
noticias falsas o hacer manipulaciones políticas que contribuyan al pánico y
generen desasosiego.