llamó a ser una Patria de
corazón grande “para acoger a todos”
Aica, 10 Mar 2020
La Pastoral Social de la
diócesis de Villa María emitió un comunicado en defensa de la vida por nacer.
En sus palabras, recordaron: “Hemos acompañado los diversos procesos sociales
de nuestra comunidad ofreciendo espacios de reflexión en torno a la Doctrina
Social de la Iglesia difundiendo, de manera especial el pensamiento social del
Papa Francisco”.
“Hemos propuesto trayectos de formación como lo fue la Diplomatura en
Conducciones de Organizaciones Sociales. Nos ofrecimos como un ámbito de
encuentro y escucha para todos y, con nuestras limitaciones, hemos acompañado
las voces de aquellos que reclamaban por sus derechos, fundamentalmente por el
derecho al trabajo y al trabajo digno”, detallaron.
“Hoy queremos ser la voz de
aquellos que no tienen una organización social, ni sindical, ni empresarial, ni
profesional, ni educativa que los haga escuchar y defienda. La voz de aquellos
que no pueden realizar medidas de fuerza para presionar, la voz de aquellos que
no pueden cortar rutas, ni violentamente agredir para reclamar lo que entienden
son sus derechos”, expresaron.
“Hoy queremos ser la voz
silenciada de aquellos débiles inocentes que desde lo más profundo del seno
materno gritan: ‘quiero vivir’, ‘tengo derecho a nacer’, ‘vos que naciste no me
hagas daño’, ‘no soy un problema de salud pública, soy un ser humano’, ‘no soy
tu cuerpo, tengo una vida propia, tengo un ADN propio’, ‘no soy tu agresor, soy
inocente’, ‘te pido que me quieras, me aceptes, me incluyas, me cuides, me
mimes’”.
“Y a esta voz la elevamos en
nombre del Dios de la vida, que nos dice ‘desde el seno materno te llamé; desde
las entrañas de tu madre recordé tu nombre’ pero también elevamos nuestra voz
en nombre de la biología, de la ciencia, de los tratados internacionales con
rango constitucional, que nos dice que hay vida humana desde la concepción”,
explicaron.
En ese marco “de
racionalidad científica y humana”, se hicieron eco de las palabras del entonces
presidente uruguayo Tabaré Vázquez (médico), en su carta del 14 de noviembre de
2008, dirigida al Congreso de la Nación, cuando dio las razones de su veto a la
ley del aborto aprobada por aquel parlamento:
“La legislación no puede
desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de
gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia. La biología ha
evolucionado mucho. Descubrimientos revolucionarios, como la fecundación in
vitro y el ADN con la secuenciación del genoma humano, dejan en evidencia que
desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo
ser”.
“El verdadero grado de
civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados.
Por eso se debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio no es ya el
valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la
utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia”.
Siguiendo con las palabras
del expresidente uruguayo, recordaron: “Esta ley afecta el orden constitucional
y compromisos asumidos por nuestro país en tratados internacionales, entre
otros el Pacto de San José de Costa Rica y la Convención Sobre los Derechos del
Niño. El Pacto de San José de Costa Rica contiene disposiciones expresas, como
su artículo 2º y su artículo 4º, que obligan a nuestro país a proteger la vida
del ser humano desde su concepción. Además, le otorgan el estatus de persona”.
“De acuerdo a la
idiosincrasia de nuestro pueblo, es más adecuado buscar una solución basada en
la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole
la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos”,
añadieron.
“Es menester atacar las
verdaderas causas del aborto en nuestro país y que surgen de nuestra realidad
socioeconómica. Existe un gran número de mujeres, particularmente de los
sectores más carenciados, que soportan la carga del hogar solas. Para ello, hay
que rodear a la mujer desamparada de la indispensable protección solidaria, en
vez de facilitarle el aborto”, citaron.
Finalmente suplicaron “a
quienes tienen la grave responsabilidad de legislar, que cuiden la vida en
todas sus etapas, desde su concepción hasta su muerte natural”, considerando
que “no hay grandeza, ni progreso, ni civilización en una Nación que en su
legislación no custodie la vida de los inocentes y se aproveche de aquellos que
no pueden defenderse. El creernos con el derecho a decidir quién debe nacer y
quién no, quién debe vivir y quién no, sólo es caldo de cultivo para mayores
males”.
“Que en nuestra sociedad
podamos vivir el gozo de quienes tienen un corazón grande para acoger a todos,
especialmente a los más pobres, débiles y sufrientes. Sólo el amor, que se hace
ofrenda de la vida para incluir a todos puede ser el fundamento de una sociedad
justa y fraterna, ya que ‘la defensa de la vida por nacer está íntimamente
ligada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de que un
ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada
etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver
otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y
permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos
a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno’”, concluyeron,
citando al papa Francisco.+