Papa a Pontificia Academia
para la Vida: tecnologías bien utilizadas pueden dar buenos frutos
Griselda Mutual – Ciudad del
Vaticano
En la conclusión de la
Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida, el Papa Francisco
envió su discurso a los participantes, que fue leído por Monseñor Vincenzo
Paglia, presidente de la Academia. “La inteligencia artificial", escribe
el Papa, “está en el corazón mismo del cambio de época que estamos
atravesando”, puesto que, de hecho, “la innovación digital toca todos los
aspectos de la vida, tanto personales como sociales”.
Decisiones resultado de
voluntad humana, también de algoritmos
En el discurso el Pontífice
observa que las decisiones, aun aquellas importantes como las médicas,
económicas o sociales, "son hoy en día el resultado de la voluntad humana
y de una serie de contribuciones algorítmicas”. Nota que a nivel personal “la
era digital cambia la percepción del espacio, del tiempo y del cuerpo”, y ello
“infunde un sentido de expansión de sí que ya no parece encontrar más los
límites y se afirma la homologación como el criterio de agregación prevalente”,
es decir, que “reconocer y apreciar la diferencia se hace cada vez más
difícil”.
Una asimetría que adormece
el pensamiento crítico
En el ámbito socio
económico, señala que “los usuarios suelen quedar reducidos a ‘consumidores’,
esclavos de intereses privados concentrados en manos de unos pocos”. A partir
de los rastros digitales difundidos en Internet – constata – los algoritmos
extraen datos que permiten controlar los hábitos mentales y relacionales, con
fines comerciales o políticos, a menudo sin nuestro conocimiento.
Se trata de una asimetría
por la cual “unos pocos saben todo sobre nosotros, mientras que nosotros no
sabemos nada sobre ello”, lo cual – advierte el Pontífice – “ adormece el
pensamiento crítico y el ejercicio consciente de la libertad”. El resultado de
ello es que las “desigualdades se amplifican inconmensurablemente, el
conocimiento y la riqueza se acumulan en pocas manos, con graves riesgos para
las sociedades democráticas”.
Nuevas tecnologías bien
utilizadas pueden dar buenos frutos
Francisco afirma que, sin
embargo, estos peligros “no deben ocultarnos el gran potencial que nos ofrecen
las nuevas tecnologías”, puesto que “son un regalo de Dios”, “un recurso que
puede dar buenos frutos”. Señala que las ciencias biológicas “están haciendo un
uso cada vez mayor de los dispositivos puestos a disposición por la
‘inteligencia artificial”, y que dicho desarrollo induce “a cambios profundos
en la forma de interpretar y gestionar los seres vivos y las características de
la vida humana, que es nuestro compromiso proteger y promover”.
Manifestando su gratitud a
la Academia Pontificia para la vida que ha “favorecido el diálogo entre las
disciplinas científicas diferentes” el Sumo Pontífice asevera que “debemos dejarnos interpelar como
creyentes, para que la Palabra y la Tradición de la fe nos ayuden a interpretar
los fenómenos de nuestro mundo, identificando caminos de humanización, y por
tanto de amorosa evangelización”.
Es necesario crear
organismos sociales que aseguren a los usuarios
A la luz de lo dicho, el
Papa Francisco destaca la necesidad “madurar fuertes motivaciones para
perseverar en la búsqueda del bien común, incluso cuando no hay un beneficio
inmediato que se pueda obtener de ello”. En otras palabras, resume, “no basta
sencillamente con confiar a la sensibilidad moral de quienes investigan y
diseñan dispositivos y algoritmos, sino que es necesario crear organismos
sociales intermedios que aseguren la representación de la sensibilidad ética de
los usuarios y los educadores”.
La nueva frontera: la
“algor- ética”
El Santo Padre retoma el
concepto de “algor-ética”, cuyo objetivo es “asegurar una verificación
competente y compartida de los procesos mediante los cuales se integran las
relaciones entre los seres humanos y las máquinas en nuestra era” para señalar
que éste puede ser enriquecido “por los principios de la Doctrina Social de la
Iglesia”, a saber, dignidad de la persona, justicia, subsidiariedad y
solidaridad. Son principios de la Doctrina Social que expresan “el compromiso
de ponerse al servicio de cada persona humana en su totalidad, sin
discriminaciones ni exclusiones” . Y la complejidad del mundo tecnológico –
escribe – exige una elaboración ética más articulada para que este compromiso
sea verdaderamente incisivo.
La "algor-ética" –
añade – podrá ser un puente para que los principios se inscriban concretamente
en las tecnologías digitales, a través de un efectivo diálogo
transdisciplinario.
Adelante con audacia y
discernimiento
Y porque “la profundidad y
la aceleración de las transformaciones de la era digital plantean problemáticas
inesperadas que imponen nuevas condiciones al ethos individual y colectivo”, en
la conclusión del discurso el Santo Padre anima a los participantes a ir
adelante “con audacia y discernimiento buscando formas de implicar cada vez más
ampliamente a todos aquellos que tienen en su corazón el bien de la familia
humana”.
En la Asamblea General de la
Pontificia Academia para la Vida participaron el Presidente del Parlamento
Europeo y el Director General de la FAO, además de otras autoridades y de
personalidades en el campo de la tecnología informática.