Laura Serra
La Nación, 16 de junio de 2018
En el histórico debate sobre la legalización del
aborto , el miércoles y jueves pasados en la Cámara baja, el protagonismo fue
de las diputadas . Sin embargo, contrario a lo que uno hubiera podido imaginar,
el voto femenino no fue mayoritariamente a favor del proyecto: según el
registro de la votación nominal, el 50% de diputadas no apoyó la legalización.
En efecto, aquel jueves a la mañana votaron 100
legisladoras, es decir, la totalidad del universo femenino de la Cámara baja.
De ellas, 50 votaron a favor, mientras que otras 49 votaron en contra. Una sola
se abstuvo, Alejandra Vigo, esposa del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.
Esta división por mitades que evidenció la votación
femenina pone en discusión hasta qué punto hay coincidencia en que el aborto es
parte de la agenda de género.
De hecho, muchas legisladoras que son reconocidas en
su lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres votaron en contra
del proyecto.
"Soy mujer -enfatizó la diputada Gabriela Burgos
(Cambiemos), opositora a la legalización del aborto-. Defiendo los derechos de
las mujeres y me siento identificada con la lucha que llevan adelante, pero no
considero que seré más mujer simplemente por tener el derecho de prohibir la
vida a otro. Por eso, no puedo acompañar esta iniciativa. No creo que sea más
mujer por contar con la posibilidad de tomar esa decisión o por tener ese
poder".
No opina lo mismo su compañera de bloque Silvia
Lospennato, una de las más férreas impulsoras del proyecto. Para ella, la
legalización del aborto forma parte de la agenda de género, y así lo planteó en
el recinto.
"Estamos conquistando el poder de decidir sobre
nuestros propios cuerpos. Es la autonomía de las mujeres. Es el derecho a
elegir sobre nuestros proyectos de vida", exclamó en su discurso.