por Alfredo Nobre Leite
Informador Público, 13-6-18
Señor Director:
Llama poderosamente la atención que el presidente de
la comisión de Legislación general de la Cámara de Diputados, Daniel LIpovetzky
(PRO), haya advertido que ante una eventual declaración de inconstitucionalidad
de la ley una vez aprobada (refiriéndose a una supuesta despenalización del
aborto), que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
"ratificó que no es inconstitucional, porque la única base sería el inicio
de la vida desde la concepción y la interpretación es que esa es una
generalidad (sic) y que los países pueden reglamentarla con una
despenalización"; le informo que la vida que comienza con la concepción
está lejos de ser "una generalidad", sino que está comprobado por la
ciencia y por lo tanto toda ley que viola el artículo 75 incisos 22 y 23 de
nuestra Constitución, que garantizan la vida desde la concepción, es inconstitucional,
y toda ley violatoria de ese principio constitucional -reitero- no deja de ser
inconstitucional. Y por ende los legisladores abortistas deberían promover una
reforma constitucional sobre la norma mencionad, antes de cometer el craso
error de votar una ley, legalizando la despenalización del aborto.
"La ciencia ha demostrado -dice Alejandro R.
Caride, que sostiene que el aborto legalizado es uno de los resultados de lo
que Marquardt, en sus "Temas básicos de Derecho Penal", denominaba
"irracionalismo contemporáneo"- que desde la concepción hay vida
humana: personal, ontológicamente autónoma, irrepetible, sujeto -por ende- de
derechos, el primero de los cuales y condición para todos los demás es,
precisamente, el derecho natural de vivir". Por su parte, Jean Rostand,
Premio Nobel de Biología, ha señalado: el hombre, todo entero, ya está en el
óvulo fecundado. Está todo entero, con todas sus potencialidades. Por lo tanto,
todo aborto es, sin duda, un pequeño asesinato.(1) El cadáver -subraya Jerome
Ljeune- será muy pequeño, pero hay homicidio.
Además, el cardenal Joseph Ratzinguer (actual Papa
emérito Benedicto XVI) expresó: "No hay homicidios pequeños, porque toda
la vida humana, desde el momento de la concepción, es sagrada". (2)
Los legisladores deben considerar que "el
abortismo legal, legaliza una práctica clandestina, pero no lo legitima en el
sentido verdadero de la palabra. El abortismo legal es un humanicidio real. Y
lo real es siempre lo que es, y no lo que le interesaría que fuera al Poder. Si
una ley legaliza lo ilegítimo, esa ley no es verdadera ley, sino corrupción de
la ley. De la ley sólo tiene las formas, pero no la sustancia. Nunca, en tal
sentido, hay que obedecerla". (3)
Por lo expuesto, reafirmo al diputado Lipovetzky que
toda ley despenalizando el aborto, es indubitablemente inconstitucional.
Con cordiales saludos,
Alfredo Nobre Leite
DNI 18.221.024
1) Alejandro R. Caride: "En torno al delito de
aborto". Comunicación presentada en las VIII Jornadas Nacionales de
Derecho Penal, Río Gallegos.
2) Joseph Ratzinger: "La fuerza contra el
derecho" (ponencia presentada en el Congreso sobre "El derecho a la
vida y Europa", en ASD Prensa, año IV, edición Nº 95, 22/9/88.
3) Del libro "Aborto y sociedad permisiva",
en Cuestiones y Respuestas, por Pedro Juan Viladrich, Orientación Bibliográfica
S.A., Madrid, 1979, p. 122.
Citados por Alberto Rodríguez Varela, en "Derecho
a Nacer", Abeledo-Perrot, 1993, pp. 18, 22 y 26.