WALTER WILLIAMS
Urgente24, 31 de May de 2017
En 1798, Thomas Malthus escribió: 'Un Ensayo Sobre el
Principio de Población'. El autor predijo que la tasa de natalidad humana
superaría nuestra capacidad para producir alimentos, y que ello conduciría a
una hambruna masiva.
La erróneas predicciones de Malthus no disuadieron al
profesor Paul Ehrlich, de la Universidad de Stanford, a la hora de compartir
similar criterio anticipatorio.
En su best-seller de 1968, 'La Bomba Poblacional' -que
vendiera más de dos millones de copias-, Ehrlich advirtió: 'La batalla para
alimentar a toda la humanidad ha llegado a término. En los años setenta y los
años ochenta, centenares de millones de personas morirán de hambre, sin
importar cualquier plan de emergencia que se implemente ahora mismo'.
Este fraude derivó en subsidios de miles de millones
de dólares destinados a combatir la superpoblación.
De acuerdo a la
definición estándar del término, la superpoblación humana tiene lugar cuando la
huella ecológica de una población humana en una locación geográfica dada excede
a la capacidad inherente del sitio ocupado por ese grupo.
Ahora, bien; observemos un aspecto de aquella
descripción -como ser, la densidad poblacional.
Pongámosle a Usted, lector, una prueba. Intente
determinar qué país es rico y cuál es pobre, solo citando la densidad
poblacional de dos naciones.
La densidad poblacional de Corea del Norte es de 518
personas por milla cuadrada, mientras que la de Corea del Sur poco menos que la
duplica, con 1.261 personas por cada milla cuadrada.
La densidad poblacional de Hong Kong es de 16.444,
mientras que la de Somalia es de 36.
Congo cuenta con 75 personas por cada milla cuadrada,
mientras que Singapur tiene 18.513.
Al ver al PBI de estos países, uno tendría que estar
loco para creer que una población más pequeña conduce a mayor riqueza.
Aquí hay algunos datos sobre PBIs, expresados en
millones de dólares estadounidenses: Corea del Norte ($17.396), Corea del Sur
($1.411.246), Hong Kong ($320.668), Somalia ($5.707), Congo ($41.615), y
Singapur ($296.967).
El mito de la superpoblación ha llevado a horrendos
programas de control poblacional. El Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas ha
ayudado a gobiernos a negar a las mujeres el derecho a elegir el número de
hijos que desean tener -en tanto se fija desde el Estado el tiempo que habrá de
transcurrir para que tengan un segundo hijo.
Las preocupaciones en torno de la superpoblación
llevaron a China a poner en marcha una política brutal de un sólo hijo. La
esterilización forzada es un método de control poblacional en un número de
países. Casi un cuarto de millón de mujeres en el Perú fueron esterilizadas.
El gobierno de los Estados Unidos de América, por
intermedio del Fondo de Poblaciones de la ONU, está involucrado en programas de
'moderación de población' alrededor del mundo, incluyendo en la India,
Bangladesh, Paquistán, Nigeria, México, Indonesia, Brasil, las Filipinas,
Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía y Colombia.
La premisa global detrás del control poblacional se
respalda en la lógica fallida de que los seres humanos no son recursos
valiosos.
El hecho puntual es que los seres humanos son lo que
el desaparecido Julian L. Simon supo calificar como el recurso definitivo.
El dato se vuelve concreto, al ponderarse la siguiente
pregunta: ¿por qué es que el General George Washington no tenía celulares para
comunicarse con sus tropas, ni lanzamisiles para hundir a los navíos británicos
anclados en la Bahía de Nueva York?
Seguramente, la totalidad de los recursos físicos
-como ser aleaciones de aluminio, cobre, hierro y propelentes químicos-
necesarios para construir teléfonos móviles y lanzamisiles se hallaban en el
terreno, en los tiempos de Washington. De hecho, estaban por todas partes,
también en la época de los hombres de las cavernas.
Existe sólo una respuesta para contestar por qué los
teléfonos celulares, los lanzamisiles y millones de otras cosas están hoy por
aquí, pero no estuvieron presentes hace tiempo.
El crecimiento registrado por el conocimiento humano,
el ingenio humano, la especialización laboral y el comercio, dieron lugar a la
industrialización, conjuntada con las libertades personales y los derechos a la
propiedad privada; entre todas estas variables, lo hicieron posible.
Los seres humanos son recursos valiosos y, mientras
más de ellos tengamos, pues, mejor.
La mayor amenaza contra la prosperidad de la humanidad
es el gobierno -y no el crecimiento poblacional. Por ejemplo, Zimbabwe es una
nación agriculturalmente rica pero, dada la interferencia del gobierno, fue
reducida a un escenario en donde la hambruna está a la vuelta de la esquina.
Cualquier país que enfrenta una masiva interferencia
gubernamental puede ser conducido hacia la hambruna. El culpar a la
superpoblación como causante de pobreza no solo elude la responsabilidad de los
gobiernos, sino que también pone en marcha la implementación de mecanismos
inhumanos y perjudiciales.
La pobreza que hoy puede verse en el mundo poco tiene
que ver con la superpoblación. Las características más comunes de las naciones
más ricas son: mayores libertades individuales, derechos de propiedad, Estado
de Derecho, y un sistema económico más cercano al capitalismo que al comunismo.
Allí radica la receta para la prosperidad.
Artículo original en inglés, en
Walter E. Williams es Doctor en Economía en los
Estados Unidos de América, y autor de una extendida serie de libros con el foco
puesto en la defensa del libremercado y el librecomercio. Publica
periódicamente -en inglés- en el sitio web The Daily Signal. Más sobre el autor
en éste link.