Los auténticos derechos humanos se fundan en la
naturaleza humana
NOTIVIDA, Año XVI, Nº 1014, 16 de julio de 2016
En su habitual columna en el programa “Claves para un
Mundo Mejor”, Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, reflexionó sobre el
Bicentenario, una ocasión oportuna para “volver hacia lo mejor de nosotros
mismos”.
Tenemos que “recuperar la referencia a lo esencial”.
El fundamento de los auténticos derechos humanos “es el orden de la creación,
la naturaleza del hombre”. Destacó que el orden natural se puede “camuflar”
(cirugías, vestimenta…) pero “no se puede violar”.
El prelado platense reiteró que en la última década se
han aprobado “leyes injustas” “que han destruido el matrimonio y
consiguientemente la familia”. Hay leyes y sentencias judiciales que le niegan
al niño el derecho “a ser criado y educado por un padre y una madre”. “A veces
se asumen como leyes caprichos individualistas que son impulsados por los
lobbys”, resaltó.
Esas leyes inicuas van conculcando los genuinos
derechos humanos. Recordemos que el mes pasado Franja Morada denunció ante el
Consejo Directivo de la Facultad de Derecho de la UNT, al profesor Pascual
Viejobueno porque en clase tildó de antinatural a la ley de “matrimonio
igualitario”. Los reclamos de Franja Morada llegaron después al INADI y si no
han avanzado más es porque el último y más preciado de los objetivos de lobby
homosexual -una ley antidiscriminatoria que contemple “orientación sexual” e “identidad
de género”- aún no se aprobó. Si eso ocurriera se cercenarían entre otras, la
libertad de pensamiento, la de expresión, y la de enseñar y aprender (Vid
Notivida Nº 1005).
A continuación el texto completo de la alocución
televisiva de Mons. Aguer:
“Hemos vivido la celebración del Bicentenario de
nuestra independencia y, debo decirles que estoy realmente conmovido porque ha
sido una buena celebración. La necesitábamos. Y sobre todo porque ha sido una
ocasión oportuna para pensar lo que viene: el Bicentenario es un punto de
llegada pero tiene que ser también un punto de partida”.
“¿Y un punto de partida hacia dónde? Miren les voy a
decir una cosa que puede parecer paradojal: nosotros tenemos que experimentar
una nostalgia de futuro. ¿Qué significa nostalgia? Nostalgia significa “pena de
verse ausente de la patria”, también significa “tristeza originada por el
recuerdo de una dicha perdida”. La raíz “algia” ustedes la conocen bien y
significa dolor. Uno puede tener una neuralgia y muchas otras algias podemos
tener. Y “nóstos”, en griego, quiere decir regreso, vuelta a la patria; el
nombre implica que es posible volver, ponerse en salida, comenzar el viaje”.
“¿Cómo es posible que volvamos hacia el futuro? Lo que
quiero decir es que nosotros tenemos que volver hacia lo mejor de nosotros
mismos. No vamos a hacer ahora cálculos pero épocas mejores vivió la Argentina
ciertamente y sobre todo porque sabemos que es más la gente honrada que los
vivillos, los aprovechados, los mafiosos, los corruptos. ¡Es esa gente honrada
la que tiene que surgir, salir a superficie!”
“Lo que debe extenderse en la Argentina de una manera
bien clara es el fundamento serio de los auténticos derechos humanos sino no va
a haber justicia verdadera. ¿Cuál es el fundamento de los derechos humanos? El
fundamento es el orden de la creación, la naturaleza del hombre porque Dios ha
hecho al hombre con sabiduría y con amor y eso nos confirma que hay límites que
no se pueden franquear. Me estoy refiriendo a las leyes injustas que se han
votado en la última década que han destruido el matrimonio y han destruido
consiguientemente la familia. El otro día vi un fallo de un juez que otorga la
adopción a un pseudomatrimonio de dos mujeres pero ese niño tiene derecho a ser
criado y educado por un padre y una madre.
A eso me refiero cuando hablo del fundamento de los derechos humanos,
del orden de la naturaleza”.
“Necesitamos volver a lo mejor de nosotros mismos.
Especialmente y ya que nosotros somos cristianos debemos volver a Dios que es
el fundamento y no sólo los católicos estamos embarcados en esto. Sartre decía
que si Dios no existe todo está permitido y tiene razón porque no se podría
dividir el bien del mal. Hay muchos creyentes de otras religiones en la
Argentina, hay gente que es bautizada pero tiene una idea lejana de Dios.
Tenemos que recuperar esa referencia a lo esencial aún aquellos que no creen en
Dios tienen que admitir que en la naturaleza del hombre hay un orden y ese
orden no se puede violar. Se lo puede camuflar de muchas maneras y sabemos que
lo hacemos con cirugías, con vestidos o lo que fuera pero el verdadero orden no
se puede violar. Eso es fundamental. A veces se asumen como leyes caprichos
individualistas que son impulsados por los lobbys pero eso no hace a una
sociedad justa y a una verdadera república democrática”.
“Yo creo que el Bicentenario es una ocasión
importantísima para pensar en todo esto,
para experimentar esa nostalgia del futuro que es regresar a lo mejor de
nosotros mismos. Los argentinos siempre tuvimos la inclinación un poco soberbia
de creernos los mejores del mundo. Sabemos que no somos los mejores del mundo
pero tampoco somos los peores. Volvamos a lo mejor de nosotros mismos y
pidámosle a Dios que nos ayude en los años que siguen”