TN, 2 de Julio
de 2016
Científicos estadounidenses observaron las primeras
señales de que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida comenzó a
reducirse y estimaron que podría cerrarse por completo a mediados de este
siglo, según un estudio publicado en el último número de la revista Science.
La capa de ozono se encuentra a a una altitud de entre
20 y 40 de kilómetros y absorbe gran parte de la radiación solar ultravioleta,
que es dañina para los organismos, protegiendo de esa manera a los seres vivos
del planeta.
Un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT, por sus siglas en inglés) descubrió que el agujero de la capa de ozono se
redujo en más de cuatro millones de kilómetros cuadrados desde el 2000 (casi
dos veces el tamaño de la Argentina), cuando alcanzó su máximo.
Más de la mitad de esa reducción se debió únicamente a
la disminución del cloro atmosférico, precisó el estudio, que consideran
efectivas las medidas tomadas tras la firma en 1987 del Protocolo de Montreal.
"Ahora podemos estar seguros de que las medidas
internacionales que fueron tomadas impulsaron la sanación del planeta",
señala Susan Solomon, profesora de química y meteorología en el MIT.
UN AGUJERO DESCUBIERTO EN 1984
El agujero de la capa de ozono fue descubierto en 1984
y en 1987 y se determinó que los principales responsables de su aparición eran
los clorofluorocarbonos (CFC), una familia de gases que se usaban en la
industria de la refrigeración, los aerosoles y la limpieza en seco, entre
otros.
La concentración en la atmósfera de estas sustancias
químicas bajó de 10 a 15% con respecto al tope registrado a fines de los años
1990, de acuerdo con el último informe cuatrienal de la Organización
Meteorológica Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente,
publicado en 2015.
"La ciencia fue útil para mostrar el camino. Los
diplomáticos, países y la industria fueron increíblemente buenos en establecer
un camino para abandonar el uso de esas moléculas y ahora vemos que el planeta
se recupera. Es algo maravilloso", indicó Salomon.
En este sentido, Rubén Piacentini, director del área
de física atmosférica del Conicet, quien participó de los equipos científicos
implicados en el Tratado de Montréal, dijo a la agencia Télam que "este
éxito internacional debería tomarse como ejemplo para que se logre reducir el
aumento de la temperatura ambiente a nivel planetario, ya que está causando
serios problemas al presente y se agravarán en el futuro, si no se toman
medidas al respecto".