By Stefano Gennarini, J.D.
NUEVA YORK, 1 de julio2016 (C-Fam)
Las Naciones Unidas premiaron a Carmen Barroso, quien se desempeñó durante muchos años como ejecutiva de Planned Parenthood, por su tarea de promoción de «la salud y los derechos sexuales y reproductivos» durante una ceremonia celebrada en la sede de la ONU la semana pasada.
La emblemática defensora del aborto dedicó el galardón a los médicos y proveedores de salud que practican abortos ilegales y explicó cómo el móvil de la labor de su vida era personal. Bailando al ritmo de una melodía brasileña mientras recibía el Premio de Población de la ONU, Barroso dijo que esos médicos son «héroes no reconocidos».
El director del Fondo de Población de la ONU, Babtunde Osotimehin, elogió a Barroso por sus cuarenta años defendiendo «la salud y los derechos sexuales y reproductivos, incluyendo el derecho de los adolescentes a la educación sexual integral y a los servicios de salud reproductiva».
Barroso dijo que quedó embarazada al comienzo de su matrimonio. La vida bajo el régimen militar de Brasil era «insoportable», afirmó, y añadió que ella y su esposo querían posponer el hecho de tener familia para buscar «los pequeños placeres de la vida», así como la «libertad y la justicia social».
Ella no se sentía «cómoda con la dosis diaria» de anticonceptivos hormonales, así que pasó a usar un dispositivo intrauterino, que le produjo «períodos abundantes con dolores menstruales». Mientras usaba el DIU, tuvo una falta.
«Quedé paralizada de terror», exclamó con fuerte voz. «El castillo de mi futuro se desmoronaba», y añadió que estaba en tal estado que comenzó a sentir que su marido era un «monstruo inseminador» que había «perdido una malvada esperma» que ahora atacaba sus «indefensos ovarios».
Llegó a la conclusión de que «solo había una salida». «Interrumpir el embarazo».
Barroso dijo que encontró a un médico «muy religioso», pero que «vio que yo estaba en serios problemas». Él le dio un tratamiento y le dijo que fuera al hospital y dijera que era un aborto espontáneo, para evitar preguntas.
El médico le dijo que la medicación era necesaria porque el DIU se había dislocado, pero Barroso cree hasta hoy que él inventó todo eso «para justificarse de hacer algo que era contrario a su creencia».
Barroso dijo que su «supuesto aborto espontáneo» fue «un infierno», pero llegó a la conclusión de que, en general, era necesario. «Estaré eternamente agradecida. Mi esposo y yo pudimos hacer realidad el futuro en el que soñábamos».
El Premio de Población de las Naciones Unidas se otorga cada año a personas u organizaciones en reconocimiento de «su destacada contribución a la sensibilización sobre las cuestiones de población y su solución».
El primer premio, en 1983, fue para Indira Gandhi, Primera Ministra de la India responsable de implementar programas de control demográfico coercitivos en su país, y a Qian Xinzhong, Ministro de Salud de China, creador de la política de hijo único. Más recientemente, Bill y Melinda Gates recibieron la distinción por invertir sumas de dinero sin precedentes en políticas de fertilidad en África y Asia oriental.
Antes de dirigir Planned Parenthood para el hemisferio Oeste, cargo que acaba de dejar, Barroso fue directora de la Fundación MacArthur, donde trabajó para relacionar las agendas de control demográfico y salud reproductiva.
Llegó a decir que «Proveer de planificación familiar a quienes la desean podría proporcionar hasta un 29 % de la reducción necesaria de emisiones de carbono», a pesar de que expertos en población de la ONU han rebatido argumentos similares.
Barroso es miembro de la comisión de The Lancet para la salud adolescente y preside el grupo de evaluación de expertos independientes que pertenece a la Estrategia Mundial de Salud de las Mujeres y los Niños, designada por el Secretario General de la ONU.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano