El gobierno
socialista de Francia anunció la creación de un "Observatorio Nacional de
Laicidad", una iniciativa que en la práctica se traduciría en una
violación a la libertad religiosa con la deportación de musulmanes, judíos y
cristianos que sean considerados portadores de una "patología religiosa".
El presidente
Francois Hollande, que en su campaña electoral ofreció legalizar las uniones
homosexuales equiparadas al matrimonio, dijo el 10 de diciembre que en el año
2013 se establecerá el citado Observatorio.
Este organismo,
señala un comunicado oficial de la presidencia, "tendrá como tarea
formular propuestas sobre la transmisión de la ‘moral pública’ para darle un
lugar digno de ella en la escuela".
Aunque el comunicado
no precisa los alcances del Observatorio, ha sido el Ministro del Interior,
Manuel Valls, quien explicó su misión. El funcionario indicó que "el
objetivo no es combatir las opiniones con la fuerza, sino detectar y comprender
cuando una opinión se hace potencialmente violenta y llega al exceso criminal.
El objetivo es identificar cuando es bueno intervenir para lidiar con lo que se
convierte en una patología religiosa".
Valls –cuyo gobierno
permite la pornografía con muchachas de 18 años de edad– resaltó que el
Observatorio se enfocará en extremistas de todos los credos y puso como ejemplo
al grupo lefebvrista Civitas, cuyas acciones consideró "en los límites de
la legalidad", cuando ha protestado en más de una ocasión contra el
aborto, la ley de uniones gay y en defensa de la libertad religiosa.
Sobre esta iniciativa
del gobierno francés, la agencia Reuters señala que "Francia deportará a
imanes extranjeros y radicales desbandados de grupos religiosos, incluyendo a
los tradicionalistas católicos de línea dura, si una nueva política de
seguridad revela que sufren de una ‘patología religiosa’ y pueden hacerse
violentos".
Valls dijo además que
"los creacionistas en Estados Unidos y en el mundo islámico, los
extremistas musulmanes y los católicos ultratradicionalistas y los judíos
ultraortodoxos quieren vivir separadamente del mundo moderno".
Con este
Observatorio, el gobierno de Francia sería quien decida quiénes son los
católicos "que se portan bien" cuando en el país se debate una ley
para legalizar las uniones homosexuales que fue rechazada el pasado 17 de
noviembre por una marea humana de un cuarto de millón de personas,
aproximadamente, que salío a las calles de las principales ciudades del país.
PARÍS, 13 Dic. 12 /
04:25 pm (ACI).-