Por Héctor GIULIANO
[1]
Lo que sigue es un borrador
de ideas primario acerca de la real situación del Banco Central de la República Argentina
(BCRA) hoy y las consecuencias de haberlo puesto al servicio del financiamiento
del Estado para el pago de la
Deuda Pública.
La nueva ley le da así
“carta blanca” al gobierno para disponer de las reservas internacionales para
el pago de la deuda externa, para emitir dinero sin respaldo con los mismos
fines para deuda interna - a través del aumento de los Adelantos al Tesoro - y además
le da la consecuente cobertura legal a los funcionarios superiores responsables
que están a cargo de tales operaciones que desfinancian y/o descapitalizan al Estado.
CAMBIOS INSTITUCIONALES DEL
BCRA.
Dada la nueva Crisis de Deuda[2] por la que está pasando
hoy la Argentina ,
el gobierno Kirchner viene apelando a una serie de medidas de emergencia
monetaria, cambiaria y bancaria a los fines de evitar un nuevo default que
terminaría con su precaria estabilidad financiera y también con su estabilidad
política.
El eje de dichas medidas
está centrado actualmente en cumplir a rajatabla los compromisos de pago a
costa de la Deuda
Intra-Estado , que se utiliza para lograr una sistemática
conversión de deuda pública pagando las obligaciones con acreedores privados y
organismos financieros internacionales usando dinero que se toma de los grandes
entes oficiales, principalmente ANSES, BCRA y también Banco Nación (BNA).
La finalidad de este
mecanismo – tal como lo hemos explicado en trabajos anteriores - es cumplir los
compromisos con terceros por medio de “operaciones de administración de
pasivos”, esto es, refinanciaciones o novaciones de deuda, y tomar nuevos
compromisos.
Por esta vía se recicla
permanentemente la deuda cuyo vencimiento le va cayendo al Estado y se asumen
deudas nuevas, lo que determina el aumento constante - no el
“des-endeudamiento” del Estado - que se sigue así produciendo.
a)
El artículo 11 modifica
el 20 de la Ley
24.144 de CO BCRA para permitir que el BCRA duplique el monto de adelantos
transitorios al Tesoro, que se usan para el pago de gastos públicos en general
y de servicios de la deuda en especial. El dinero utilizado para ello se emite
sin respaldo, lo que presiona sobre el nivel de los precios ya que aumenta la Base Monetaria (BM).
b)
El artículo 22
modifica el 6 de la Ley
23.928 de Convertibilidad para posibilitar que el banco aumente las reservas
internacionales que le presta al Tesoro para el pago de deuda externa. Esto se
autoriza permitiendo que sea el sólo Directorio del BCRA - por el artículo 14
inciso q) de la nueva CO - quien determine la metodología de cálculo de las
Reservas de Libre Disponibilidad (RLD) o reservas excedentes de la cobertura de
la BM que pueden
ser prestadas. Con el agravante discrecional que el BCRA no informa dicha
metodología ni el monto de las RLD al que se llega con la aplicación de la
misma.
c)
El artículo 23,
como “disposición transitoria”, prorroga la vigencia del llamado Fondo de
Desendeudamiento Argentino (FDA) – creado por Decreto 298/10 para el pago de
deuda externa con reservas del BCRA – en forma prácticamente indefinida, ya que
dice que el mismo “subsistirá hasta cumplir el objeto para el cual fuera
instituido”, siendo que la finalidad del FDA, según el decreto, es “la
disminución del costo financiero por ahorro en el pago de intereses” utilizando
este fondo que “se destinará a la cancelación de los servicios de la deuda con
tenedores privados”.[3]
d)
El artículo 13
modifica al 28 de la CO BCRA ,
en favor de las entidades financieras, permitiéndoles que integren sus encajes
bancarios con títulos públicos, una medida que debilita seriamente la garantía
de los depósitos.[4]
e)
El artículo 22 modifica
al 6 – tercer párrafo – de la Ley
de Convertibilidad permitiendo integrar también las reservas internacionales
con títulos públicos nacionales, lo que debilita y expone aún más las reservas
externas del BCRA.[5]
Con esta batería de medidas
legales el Directorio del BCRA – dependiente ahora en forma directa del Poder
Ejecutivo – se encuentra facultado para disponer en forma cuasi irrestricta de
las reservas del banco para el pago de servicios de la deuda pública.
Como la nueva finalidad del
BCRA – según el reformulado artículo 3 de la CO – ya no es preservar el valor de la moneda
argentina sino promover... “la estabilidad monetaria, la estabilidad
financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social” (objetivos éstos
que corresponden más al Ministerio de Economía que al Banco Central) ello significa en la práctica que el BCRA,
despegado de la obligación legal de garantizar el valor del peso, pasa a tener
un nuevo y determinante rol como fuente de pago de los servicios de la deuda
pública, interna y externa.
La importancia de este
replanteo del papel institucional del BCRA va unida a la grave situación
financiera del banco.
CUADRO DE SITUACIÓN DEL
BCRA.[6]
El estado de situación
financiera y patrimonial del BCRA se ha venido deteriorando progresivamente en
los últimos tiempos – en particular a partir de la crisis de 2010 – y este
problema está directamente relacionado con la política de pagos de la deuda
pública del gobierno Kirchner utilizando los recursos del banco (lo mismo que
los del Fondo de Garantía de Sustentabilidad-FGS de la ANSES y otras agencias
oficiales); y todo ello en el marco de la mayúscula Deuda Intra-Estado que se
viene acumulando (una deuda para la que, por otra parte, no tiene capacidad de
repago).
Conforme los últimos datos
oficiales disponibles – según el Balance al 30.6.2012 - y tratando de resumir
los principales números en que se basan estas afirmaciones sobre la gravedad de
la situación del BCRA, vamos a circunscribirnos aquí al breve análisis sólo de
tres puntos clave: la posición de Reservas Netas, la Deuda del Tesoro con el
banco y el problema de la Deuda
cuasi-fiscal del banco.
a)
LA POSICIÓN DE RESERVAS.
Las Reservas
Internacionales del BCRA suman 46.300 MD. Si a este total se le restan 5.200 MD
por Depósitos en Moneda Extranjera, 23.400 MD por deudas de Lebac/Nobac[7] y Otros Pasivos[8] por unos 4.300 MD, el
saldo de Reservas Netas o efectivamente disponibles queda reducido a unos 13.400
MD.
Pero en este cálculo no
está considerado el problema clave del respaldo con Reservas de la Base Monetaria (BM),
que ahora, según la modificación de la CO BCRA por la Ley 26.739, ha dejado de figurar como misión
principal del banco.
Esto significa que el BCRA
no sólo no tiene la cantidad de dólares necesaria para responder a una corrida
generalizada contra el peso con sus Reservas Brutas sino que además –
computando como corresponde la verdadera posición de reservas – mucho menos
puede responder a una emergencia menor con los 13.500 MD disponibles.
Con el agravante que se
sigue tomando parte de ese magro saldo de reservas para el pago de deuda
externa a través del FDA.
b)
LA DEUDA DEL TESORO.
El BCRA tiene registrados títulos
públicos del gobierno nacional en cartera por 149.100 M$, que corresponden a
Letras Intransferibles entregadas por la Tesorería contra los préstamos de reservas dados
por el banco para el pago de deuda externa vía FDA.
Estas letras son en dólares
– 33.000 MD – con plazo a 10 años (sus vencimientos caen entre 2016 y 2022) y
pagan el mismo interés que se cobra por la colocación externa de reservas, que
es bajísimo.
Además, el BCRA tiene
actualmente prestados al Tesoro 75.500 M$ (equivalentes a 16.700 MD) por
concepto de Adelantos Transitorios, que son créditos a corto plazo – un año –
renovables; de manera que lo de “transitorio” es un eufemismo porque tales
anticipos de fondos no se cancelan sino se renuevan continuamente. Con el
agravante que la Ley
26.739, como vimos, autoriza la duplicación de su monto.
Así, en total – sumando
títulos en cartera y adelantos al Tesoro – el gobierno le debe al BCRA casi
50.000 MD (49.700 MD ó su equivalente de 224.600 M$).
Nótese que la cifra de este
conjunto de deudas del Estado Central con el BCRA – que tiene un ritmo
fuertemente creciente – es superior al monto de las Reservas Brutas (209.700 M$
= 46.300 MD) y téngase en cuenta que no está demostrado que la Tesorería Nacional
posea la capacidad de repago para poder cumplir en el futuro con tales
obligaciones.
Esta situación de créditos
de muy difícil cobranza, unida a la debilidad de su posición de Reservas Netas,
coloca al BCRA en una situación financiera y contable muy riesgosa debido a la
baja calidad de sus activos.[9]
Y este problema, junto con
el de la deuda propia del BCRA con terceros afecta directamente su Patrimonio
Neto.
c)
LA DEUDA CUASIFISCAL DEL BCRA.
El BCRA compra Reservas con
Deuda: una parte relevante del actual stock de reservas ha sido adquirida, en
realidad, merced a la emisión de títulos de deuda por parte del banco.
Como lo hemos explicado en
diversos trabajos anteriores, el banco emite dinero para comprar dólares que
pasan a integrar las Reservas Brutas.
Pero luego rescata o
“esteriliza” la mayor parte de ese dinero emitido para contener los efectos
inflacionarios que provoca tal aumento de la BM sin destino económico productivo.
Para hacerlo, coloca letras
y notas, que son las Lebac/Nobac antes citadas (según lo visto en la nota 7).
El stock de estas
obligaciones cuasi fiscales del BCRA – 106.000 M$ (equivalentes a 23.400 MD)
pesa fuertemente en las cuentas del banco.
Y la magnitud comparativa
de las mismas es muy alta: del total de la Masa Monetaria
emitida por el BCRA – 350.200 M$ (244.200 de BM + 106.000 M$ de Lebac/Nobac)
resulta así que aproximadamente un tercio de la misma está retenida como deuda
del banco.
Las Lebac/Nobac pagan
una tasa de interés promedio del 14 %, de modo que el costo financiero anual
para el BCRA es de unos 15.000 M$ (106.000 x 0.14) ó 3.300 MD.
Se da así un circuito por
el cual el BCRA – trasponiendo los pasos, ya que primero emite y luego rescata
los pesos - compra Reservas con Deuda: a) el banco toma deuda para comprar
reservas, b) presta luego gran parte de las mismas al Tesoro para pagar deuda (en
este caso, específicamente deuda externa), c) el Tesoro le entrega a cambio Letras
Intransferibles a 10 años de plazo (como “vales de caja” de muy dudosa
cobrabilidad) que le quedan en el Activo, y d) el BCRA se queda con una “montaña”
de obligaciones ciertas con los bancos – por Lebac/Nobac - en el Pasivo.
Por este motivo (y también
por lo dicho en la nota 7 en relación a los seguros de cambio) es que restamos
el stock de estas letras y notas del total de Reservas Brutas del BCRA.
Como resultado de todo lo explicado
hasta aquí - y como ya ha sido observado – surge que la posición financiera y
patrimonial del BCRA está muy comprometida desde un punto de vista técnico.
Sin embargo, a pesar de
ello, el banco sigue comprando divisas para integrar reservas, reservas que
luego presta al Tesoro para pagar deuda, con lo que sigue aumentando su
tenencia de títulos públicos sin garantía de cobranza y por lo que sigue
renovando Lebac/Nobac con el consecuente costo cuasi fiscal (por la deuda propia).
Con el agravante que, en
función de este cuestionable Balance Contable, el BCRA muestra así un cuadro
realmente distorsionado de “utilidades”, ganancias éstas que gira al Tesoro
para que, a su vez, el gobierno trate de amortiguar con ellas el peso de su
Déficit Fiscal.
EL PROBLEMA DE LA POLITICA FINANCIERA.
La administración Kirchner
se encuentra hoy en crisis frente a una muy grave encerrona financiera fiscal:
a)
El gobierno ya
no tiene superávits sino déficits gemelos (fiscal y externo).
b)
La Inflación (oficial del 10 % pero real estimada en el orden
del 23 %) va carcomiendo el valor del peso y sus indicadores reales (Costo de
Vida, Precios Mayoristas, Construcción, Pobreza/Indigencia, Crecimiento
Económico).
d)
Esta elevada
Inflación – dadas las medidas restrictivas que se toman para mantener un tipo
de cambio estable y relativamente bajo (como “ancla” anti-inflacionaria) deriva
en una apreciación real del peso frente a otras monedas (fundamentalmente, el
dólar) y entonces se produce un fenómeno de inflación con apreciación cambiaria.
e)
El retraso
cambiario desequilibra la
Balanza de Pagos, particularmente por la vía de servicios
financieros – intereses pagados y giro de dividendos al exterior – así como por
salida de capitales. Y paralelamente estimula el negocio de los capitales
financieros que lucran con el arbitraje entre tipos de cambio y tasas de
interés diferenciales.
f)
Las medidas
prohibitivas que se están aplicando sobre el cambio minorista de moneda
extranjera (“cepo cambiario”) y las trabas a las importaciones para contener la
salida de divisas, tienen como objetivo práctico retener divisas para poder afrontar los próximos pagos de la
deuda externa. Pero estas mismas medidas generan peores expectativas
devaluatorias e inflacionarias, en la medida que llevan a un desdoblamiento
fáctico del mercado cambiario donde el dólar negro o paralelo tiende a tomarse
como referencia para los precios locales.
g)
La presión
inflacionaria se retro-alimenta porque el aumento de los precios no cede. Esto
se debe tanto a la continua emisión monetaria, que presiona sobre los precios,
hecha para comprar divisas – dólares que se usan principalmente para pagar
deuda externa – como al problema de la inflación estructural, que sigue vigente
por estímulo de Demanda superior a la capacidad de respuesta de la Oferta.
h)
Las autoridades
contribuyen al retraso cambiario – ritmo de devaluación inferior al de la
inflación - porque si dejaran deslizar el tipo de cambio hacia una devaluación
significativa el gobierno entraría en default dado el problema de la concentración
de vencimientos creciente por servicios de la deuda.
i)
La
administración Kirchner privilegia el pago a ultranza de los compromisos de
deuda pública con acreedores privados y organismos multilaterales de crédito a
costa de incrementar el monto de la Deuda Intra-Estado ,
con lo que desfinancia y/o descapitaliza al propio Estado.
j)
Como resultado
de este proceso, el gobierno necesita tomar más deuda, para sobrevivir sin
faltar a las reglas de juego del sistema de Deuda Perpetua. Y entonces el ciclo
vuelve a empezar.
Es el círculo vicioso de la Usura - en que el deudor
nunca deja de ser deudor – y bajo cuyos condicionamientos se desarrolla esquema
de las Finanzas del Estado y la Política Económica en general.
CONCLUSIONES.
Se ha dicho – y se ha dicho
con razón – que la situación actual del BCRA equivale técnicamente a un estado
de quiebra del banco, si se aplicase tal razonamiento a una entidad de tipo
privado.
Pero un interrogante que se
abre a partir de esta grave situación financiera y patrimonial del BCRA es si
realmente al Estado Argentino le conviene mantener un Banco Central en estas
condiciones.
Porque, una de dos: o el
BCRA es un Banco Central y actúa como tal, manejando y controlando la política
monetaria, cambiaria y bancaria del Estado; o se transforma en una agencia o
apéndice formal de la
Tesorería puesto al servicio del pago de la deuda pública,
externa e interna.
El tema obviamente se abre
entonces a un debate muchísimo más profundo y complejo, que excede este mero trabajo
personal al respecto; pero se entiende que el problema de fondo ya está
planteado en la práctica y que necesariamente habrá que pensar en serio en una
discusión que deberá conducir a una respuesta política formal en este campo:
una respuesta que deberá abarcar tanto los aspectos institucionales (por
ejemplo, la salida de un sistema de Banca Central y el paso a una Agencia
Monetaria/Cambiaria separada de la Superintendencia de Entidades Financieras) como la
forma de implementación de los aspectos operativos consiguientes (caso del
control de cambios y del reacomodamiento o distribución de funciones entre
organismos nacionales).
Y este debate es más que
importante porque lo que finalmente está en juego aquí no es sólo la cuestión conceptual
de la autonomía o dependencia del BCRA frente a la política financiera gubernamental
en general sino frente a una determinada política de gobierno de acumulación de
reservas que – independientemente de los cambios en la CO del BCRA pero en función del
cronograma de vencimientos del Ministerio de Economía – tal como están dadas
hoy las cosas supedita el rol del BCRA al servicio del pago de la Deuda Pública.-
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 20.7.2012
Archivo:
GIULIANO ARTICULO 2012 07 20 BCRA LIQUIDAC.
NOTAS:
[1] Otros trabajos del autor referidos a este tema:
Deuda Pública y Tipo de
Cambio (10.6.12).
Crisis de Deuda y
Emergencia Financiera (25.5.12).
Deuda, Convertibilidad y
Banco Central (31.3.12).
Pago de Deuda Externa con
reservas del BCRA (21.3.12).
Los pagos de la Deuda Pública
Argentina (6.2.12).
Las vulnerabilidades del
Banco Central (11.6.11).
El lavado de la Deuda Pública
(7.6.11).
Un debilitamiento del Banco
Central? (11.5.2011).
[2] Con la expresión “crisis de deuda” nos referimos aquí
a la crisis cíclica o inmediata de liquidez - derivada de una nueva
concentración del perfil de vencimientos – que es parte de la crisis
estructural o permanente de insolvencia que sufre el país por incapacidad de
repago de la deuda en su conjunto.
[3] Este punto del Decreto 298/10 – el uso de reservas
internacionales para pago de intereses y capital correspondientes a acreedores
privados – estaría en contradicción con el texto del propio artículo 23 de la Ley 26.739, que modifica a la
23.928, porque dicha autorización del FDA es válida sólo para el “pago de
obligaciones contraídas con organismos financieros internacionales o de deuda
externa bilateral” (agregado, este último, obviamente referido a las deudas con
los países del Club de París), pero no dice nada de acreedores privados.
[4] La observación corresponde al trabajo de Javier
Llorens sobre “El fraude a la
ANSES.. .”, del 25.5.2012.
[5] Esta observación también pertenece a Llorens, quien
en su escrito agrega el importante recordatorio que se trata de la misma medida
que adoptó en el 2001 el ministro Cavallo frente a la situación crítica de la Convertibilidad (y
que llevó a su enfrentamiento con el entonces titular del BCRA Pedro Pou).
[6] Las cifras que se citan en este capítulo – salvo
información en contrario - están tomadas de la página web del BCRA y del último
informe analítico del Balance del banco que elabora el Dr. Carlos Ragonesi, de la Fundación Buenos
Aires XXI (FBA XXI), correspondiente al 30.6.2012.
En todos los casos,
los importes se expresan en Millones de Pesos/Dólares (M$/MD) y con redondeo,
razón por la que puede haber mínimas diferencias entre totales y sumatoria de
términos.
[7] El monto de estas letras y notas del BCRA – que son
obligaciones cuasi fiscales a corto y muy mediano plazo – es de 106.000 M$ pero
estos fondos (por lo menos hasta el presente) han sido rápidamente convertibles
en moneda extranjera).
Por otra parte, se
entiende que tales operaciones – que se renuevan semanalmente con un grupo
oligopólico de grandes bancos que operan en la Argentina – están
calzadas con contratos de dólares a futuro que actúan como seguros de cambio
(Llorens).
[8] Una suma relevante pero no identificada exactamente
dentro del rubro Otros Pasivos del BCRA – que totaliza 19.400 M$ (equivalentes
a 4.300 MD) – corresponde a préstamos de divisas hechos por otros bancos
centrales al BCRA.
Se entiende que los
mismos corresponderían a préstamos del Banco de Inglaterra, de la Banca Central Suiza
y del Banco de Tokio.
Lógicamente, si se
trata de fondos prestados para integrar las reservas argentinas, cabe restarlos
de las reservas brutas para obtener el neto de divisas realmente disponibles.
[9] Dado que, en el caso de los títulos en cartera, se
trata de Letras Intransferibles – que por definición no cotizan en Bolsa y se
toman, por ende, a su valor nominal – estos títulos no tienen, en la práctica,
valor de mercado. Pero, en algún momento, pudieran tenerlo si se autorizase su
conversión para una eventual recapitalización del BCRA. Aunque ello se daría en
el supuesto de una suerte de privatización y/o composición mixta del capital
del banco.-