Por Austin Ruse
Las tasas de
fertilidad de las poblaciones musulmanas en todo el mundo casi literalmente han
caído a un precipicio, por lo pronunciado de su descenso. Los funcionarios que
establecen políticas en la ONU y en otros sitios apenas lo han advertido.
«Persiste la idea
generalizada (aún muy extendida en los círculos intelectuales, académicos y de
políticas, en Occidente y en otras partes) de que las sociedades
"musulmanas" son especialmente resistentes a emprender la senda del
cambio demográfico y familiar que ha transformado los perfiles poblacionales en
Europa, América del Norte y otras áreas "más desarrolladas"»,
escriben Nicholas Eberstadt y Apoorva Shah en la edición de Policy Review
publicada el 1 de junio.
Por lo general, se
piensa que las tasas de fertilidad musulmana crecen a pasos agigantados. Esto
ha introducido el pánico acerca de la creciente influencia musulmana,
especialmente en Europa. Aunque Eberstadt y Shah no tratan concretamente el
tema de los musulmanes en ese continente, sí indican que las tasas de
fecundidad han disminuido en todo el mundo musulmán y que los países con
predominio de este grupo han sufrido una caída más pronunciada que cualquier
otro en la historia.
Utilizando datos de
la División de Población de la ONU, que proyecta tasas de fecundidad para 190
países, Eberstadt y Shah «evalúan la magnitud de la disminución de la fertilidad
en 48 de los 49 países y territorios del mundo identificados con mayoría
musulmana». La información demuestra que «48 países y territorios con mayoría
musulmana fueron testigos de un descenso de la fecundidad durante las últimas
tres décadas».
Cuando se examina el
descenso absoluto de la fecundidad, los autores muestran «una caída estimada de
2,6 nacimientos por mujer entre 1975 y 1980, y 2005 y 2010 - disminución
absoluta notablemente superior a la estimada ya sea para el mundo en su
conjunto (-1,3) o para las regiones menos desarrolladas en su totalidad (-2,2)
durante los mismos años». Señalan que «Dieciocho de estos lugares con mayoría
musulmana vieron caer (las tasas de fecundidad total) en tres o más
(nacimientos por mujer) durante esos 30 años –,
nueve de ellos, en cuatro nacimientos por mujer o más».
Eberstadt y Shah
indican que, en términos de disminución relativa de la fertilidad, «el promedio
poblacional ponderado para las áreas con mayoría musulmana en su conjunto fue
de -41 % durante estas tres décadas». Ponen de relieve que «se estimó que 22
países y territorios con mayoría musulmana han sufrido disminuciones de la
fecundidad del 50 % o más durante esas tres décadas (10 de ellos en un 60 % o
más). Tanto para Irán como para las Maldivas, se calcula que las disminuciones
en las tasas totales de fertilidad durante esos 30 años superaron el 70 %».
De los diez mayores
descensos de las tasas totales de fecundidad en la era de la posguerra, «seis
ocurrieron en países con mayoría musulmana», dicen los autores.
Eberstadt y Shah
señalan varias consecuencias de este fenómeno en el mundo musulmán. Las
proyecciones poblacionales de la ONU deberán hacer lo mismo. En 2000, la ONU
proyectó que habría 102 millones de yemeníes para el año 2050. Este cálculo
aproximado se redujo a 62 millones diez años después.
Los autores dicen que
se avecina una «disminución de la población en edad de trabajar (15-64)». Dicen
que el mundo musulmán enfrentará una creciente y abrumadora falta de mano de
obra. Asimismo, proyectan poblaciones en rápido proceso de envejecimiento como
la que padecen en los países europeos que son mucho más ricos.
Los autores están
desconcertados por el hecho de que otros especialistas de la ONU o incluso de
los propios países musulmanes no debaten este problema cada vez mayor.
Traducido por Luciana
María Palazzo de Castellano
NUEVA YORK, 6 de
julio (C-FAM)