HAY QUE PROPONER UN
CANDIDATO PRESIDENCIAL
Hoy estuve en el acto
de la Asociación
por la Justicia
y la Concordia. El
Dr. Alberto Solanet leyó una clara invectiva contra Lorenzetti, indigno
presidente de la indigna Corte Suprema, que nombro así, a secas, porque no creo
que puedan agregarse a su designación las palabras "de Justicia de la Nación ", tal es el
engendro injusto que constituyen él y el resto de sus miembros. Y el Dr.
Gerardo Palacios Hardy pronunció un apasionado discurso contra la injusticia de
los jueces y contra la prepotencia del gobierno de la Sr. Kirchner , y dijo,
entre otras cosas: "esto tiene que acabar".
Felicitaciones a los
dos. Estoy de acuerdo. El asunto es cómo puede acabar "esto", cuando
“esto” no sólo está constituido por la usurpadora presidencial sino también por
toda la "dirigencia" corrupta e inepta. Ninguno de los políticos
actuales merece confianza como para pensar que alguno de ellos podría gobernar
para el bien común y terminar con la hegemonía nefasta del peronismo, escuela
de latrocinio, demagogia igualitaria y vulgaridad.
El mismo Dr. Palacios
Hardy mencionó que la usurpadora, en el acto para celebrar el 9 de Julio que se
hizo en Tucumán, convocó a la "unión nacional", con lo cual, dijo,
plagió el lema de la
Asociación que pide "concordia".
Me llamó la atención
que el Dr. Palacios Hardy no celebrara ese plagio porque de alguna manera
implica un triunfo para la
Asociación. La propia Sra. Kirchner parece haber aceptado
públicamente la propuesta del grupo de abogados que aquel integra. Que este sea
un gobierno de ex-terroristas, de tiranos y de ladrones no debería
sorprenderlos puesto que ya lo eran antes de que la Asociación fuera
fundada, de manera que debería haber estado previsto que la
"concordia" implicaba un llamado a esa misma gente para
"concordar" puesto que excluirlos haría imposible toda pacificación.
Tampoco debería negarse al llamado de “unión nacional” alegando, como lo hizo,
que es precisamente la Sra.
de Kirchner la que atiza el odio con su política. Ellos tienen el poder y la Asociación no lo tiene,
de manera que la paz social y política debe incluis de alguna manera al actual
gobierno.
Por lo tanto, la Asociación en vez de
disputar la autoría de la idea de pacificación, debería hablar con los
personeros del régimen para analizar de qué forma y en qué condiciones puede
alcanzarse la "unión nacional" sugerida por la Sra. de Kirchner.
Sin embargo, es
evidente que ni los de la Asociación , ni la
tiranía creen que sea posible semejante mescolanza. Los tiranos sólo usan el
argumento porque les conviene reinar sin oposición real, y los de la Asociación saben que
cualquier invitación de paz que provenga de los fautores del odio y de la
injusticia, es falsa e inaceptable.
Entonces, me quedo
con la idea del Dr. Palacios Hardy de que "esto tiene que acabar".
¿Qué quiso decir con eso? Acabo de descartar que él y sus amigos realmente
crean que la "concordia" acabará con "esto". Como acabo de
decir, muy por el contrario, sólo servirá para consolidarlo. ¿Entonces qué se
debe hacer?
Creo que la única
forma de "acabar con esto" es organizarse políticamente para terminar
con la tiranía lo cual exige necesariamente proponer un candidato a Presidente
que reúna las condiciones necesarias para gobernar con Justicia al servicio del
bien común.
Hay que descartar a
los actuales políticos, porque todos forman parte de este "sistema"
corrupto, más o menos peronista, totalmente inmoral y sin las mínimas
cualidades necesarias para recuperar la Patria.
Ni se le ocurra
decirme que Macri puede ser ese candidato. Es público y notorio que Macri es un
oportunista, que rechaza la moral cristiana y la ha ofendido de varias maneras,
que no hace mucho dijo: "cada día soy más peronista" cosa obvia, por
otra parte porque su partido fue creado con la indispensable colaboración de
uno de los peores peronistas de Buenos Aires (Miguel Angel Toma), muchos de los
militantes, legisladores y funcionarios macristas son de la misma filiación, es
un campeón del "far niente" que se divierte tanto cuanto puede (y
puede mucho) y trabaja lo menos posible. ¿Moyano, Scioli o algún otro peronista
"disidente"? La pregunta se contesta a sí misma por un NO sin
atenuantes.
¿Entonces, qué?
Entonces hay que reunir a los buenos patriotas sobre la base de un programa
mínimo de restablecimiento de la
Justicia y de la vigencia de la moral cristiana, con un
criterio, ese sí de concordia y de lealtad, dejando de lado las diferencias
personales y apreciando a cada uno según sus calidades y sus antecedentes y,
entre todos, elegir un candidato presidencial para proponerle al país. De esa
forma, organizarse y empezar una intensa campaña de verdadera oposición a la
tiranía y de recuperación nacional.
Sin un candidato
presidencial no existe posibilidad de "hacer política". La Historia argentina nos
muestra que en todos los tiempos la política se hizo en torno a candidaturas.
Casi todas las impuso la masonería anticristiana, eliminando a los argentinos de
bien que podían derrotarlas. Esa eliminación llegó hasta el asesinato, cuando
la difamación no era suficiente. Así terminaron Don Santiago de Liniers, el
gran José Manuel Estrada y muchos otros en nuestra malhadada historia
Ese sistema viene
desde 1810 hasta la fecha. Es hora de que los argentinos de bien dejen de ser
esclavos sin derechos políticos activos, y para eso es necesario que tengan la
generosidad de aceptar un "primus inter pares" es decir, un candidato
presidencial moral e intelectualmente capaz que no por eso deje de
considerarse, con hidalga modestia, más o menos igual que quienes lo proponen.
En otra parte de su
discurso el Dr. Palacios Hardy dijo que la Argentina tiene todas las condiciones para ser
uno de los países más ricos y felices del mundo y que no lo es por culpa de los
argentinos.
Estoy totalmente de
acuerdo, sólo que me parece justo repartir esa culpa y adjudicarla en primer
lugar a los argentinos de las "clases cultas", especialmente a los de
las familias más antiguas y a los que tienen una buena formación que han
desertado de sus deberes patrióticos y han dejado la política en manos de esa
banda de delincuentes que Duhalde denominó la "dirigencia" y que
calificó como una m......
No basta haberse
dedicado a campañas sobre asuntos puntuales por nobles que sean, aunque se
ubiquen de alguna manera en el plano político. Política es aspirar al gobierno
y gobernar. Y no se puede aspirar al gobierno sin tener un candidato
presidencial.
De nada sirven las
críticas, por severas que sean, a quienes hoy nos tiranizan y nos empuercan.
Hay que intentar por todos los medios lícitos reemplazarlos. Y como el vacío no
existe, no puede reemplazarse a alguien sin que otro ocupe su lugar. Una
usurpadora presidencial y los otros pseudo-candidatos opositores, no se
reemplazan sino por medio de una candidatura auténtica y valiosa.
Casi oigo que alguien
me objeta diciendo. "¡No hay nadie para eso!". A esa objeción cínica
respondo diciendo. "Hay argentinos de bien que podrían ser candidatos, pero
no se los conoce porque sus "pares", por falta de generosidad, por
falta de patriotismo, por falta de inteligencia y hasta por envidia, se han
negado siempre a proponerlos públicamente. A veces, esos mismos candidatos
posibles se retraen por las mismas razones con lo cual se convierten en tristes
desertores. ¿No le parece que es hora y ya se va haciendo tarde, de que ese
círculo vicioso sea quebrado con decisión y valentía?"
Me acuerdo de un
verso de Eugenio D,Ors en el que dirigiéndose a Eduardo VIII, el rey de
Inglaterra que abdicó para juntarse con la norteamericana Simpson, le decía más
o menos lo siguiente: "Vergüenza debiera darte, aborto de monarquías, tú
traicionaste a Dios, a Dios que rey te quería."
Eso mismo podría
reprocharse, salvando las distancias, a los promotores posibles de candidatura
justas y a los candidatos posibles que se retraen.
Lo malo es que la
pena de esa deserción la pagamos todos, especialmente los pobres, que son los
que más sufren el desorden criminal de las tiranías. Dios nos pedirá cuentas de
los talentos que nos dio y que hemos abandonado miserablemente.
Cosme Beccar Varela