DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Miseria y fundamentalismo ecológico



Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM


Los indicadores sociales y económicos del Nord Este Argentino, muestran claramente que es una de las regiones más pobres y subdesarrolladas de Argentina.

Con datos del año 2010, proyectados al 2011 según el crecimiento estimado del 6 %, el Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina será del orden de 400.000 millones de dólares, según el Fondo Monetario Internacional (FMI); mientras que aplicando la corrección por la supuesta subvaluación de nuestra moneda (según la Paridad del Poder Adquisitivo), nuestro PBI sería cercano a 700.000 millones de U$S.

Promediando ambos valores, obtenemos 550.000 millones de U$S de PBI de Argentina en 2011, solo expuesto a título referencial. Según datos del Ministerio de Economía de Argentina –fuente de los datos- la magnitud del PBI nominal es cercana a 400.000 millones de U$S, y esta magnitud será usada en el presente análisis.

La evolución de nuestra economía es satisfactoria, sobre todo si se considera que logró superar la crisis mundial, que nos afectó en 2008.

Con una población de 40.100.000 según el censo nacional, en 2011 deberíamos estar cerca de los 41.000.000 de habitantes.

Esas magnitudes significan un PBI per cápita cercano a U$S 10.000; por magnitud nominal.

Con ello, Argentina se ubicaría en el tercio superior del ranking mundial de riqueza por habitante, de un total de casi 200 países.

Si en cambio se considera el PBI “con corrección monetaria” PPA (según Paridad del Poder Adquisitivo), según la fuente de datos considerada, el PBI per cápita argentino sería de entre 14.000 a 16.000 U$S. Esta evaluación se descarta en este trabajo, citándose solo a título informativo.

El PBG (Producto Bruto Geográfico) de Misiones es aproximadamente el 1,3 % del PBI argentino, y con una población del orden de 1.100.000 habitantes, el PBG per cápita de Misiones sería de U$S 4.700, o sea poco más del 40 % de la media nacional.

Corrientes refleja guarismos muy semejantes, con población menor –de poco más de 900.000 habitantes, y un PBG levemente inferior, pues se lo estima en 1,2 % del total argentino.

Los ingresos per cápita de Misiones y Corrientes se ubicarían mucho más atrás que la media nacional, siendo equiparables a los de naciones pobres, bien debajo de la mitad de la escala mundial.

Todo ello lejos del ingreso promedio per cápita de regiones más ricas de nuestro país, como Capital Federal y otros puntos focales de la Gran Región Central y algunos de La Patagonia.

Considerando el crónico subdesarrollo que caracteriza a estas dos provincias, y sabiendo que la producción de energía abundante es una de las claves para el desarrollo socio económico, no tiene lógica alguna la oposición puramente emocional –sin bases científicas ni lógicas- que el fundamentalismo ecológico mantiene en contra de la utilización racional del enorme potencial hidroeléctrico que ambas provincias –sobre todo Misiones- poseen como gran recurso natural muy poco aprovechado.

Si el ecologismo ultra se expresa con todas las características de una nueva religión pagana –toman sus dogmas como “verdades reveladas” sin advertir las manipulaciones de los grandes centros del poder mundial, y principalmente de las grandes petroleras anglosajonas-; las posiciones muy livianas y huérfanas de fundamentos de ciertos políticos cortoplacistas –vulgares “pescadores de votos fáciles”- constituyen una inmoralidad, pues atentan contra el futuro de la respectiva propia provincia que dicen defender, pasando a ser meros agentes al servicio del subdesarrollo crónico, no expresando ninguna alternativa concreta de acción... ¡solo el “no a todo”!

Y el accionar afín al fundamentalismo (¿pro pagano?) de algunos religiosos que por ignorancia supina o por egos enormes y/o ambiciones políticas personales desmesuradas, se pliegan a esas posturas francamente retardatarias y ultramontanas, resulta muy difícil de justificar, por la incoherencia y negatividad de esas acciones.

Es lógico que Doña Rosa y Don Pepe (ciudadanos comunes) no sean expertos en energía, en ecología ni en desarrollo socio económico. Pero ante la contumacia de las mentiras y tergiversaciones reiteradas de ecologistas ultras, políticos de bajo vuelo y algunos “militantes caracterizados” del fundamentalismo anti hidroeléctrico, se entiende que las confusiones conceptuales y los miedos irracionales hayan desplazado a los razonamientos serenos y objetivos, que le permita al común de la gente evaluar las cosas desde el elemental sentido común.

Por el bien de estas pobres y marginales provincias y por el futuro de nuestros jóvenes, es de esperar que prime la coherencia, y no nos obliguen a mantenernos en el subdesarrollo crónico.

No debe olvidarse que todo proceso de desarrollo socio económico necesita imprescindiblemente disponer de crecientes y económicas cantidades de energía.

Tampoco debe olvidarse que los hechos con su simple contundencia, demuestran que toda demora en las obras hidroeléctricas, obliga a seguir instalando más usinas movidas a petróleo o gas, que no solo son mucho más caras por KWh, sino inmensamente más contaminantes que las hidroeléctricas.

¿Primará el sentido común en Misiones y Corrientes, o los violentos y exacerbados grupos de choque del fundamentalismo ecológico, aliados a políticos de bajo vuelo o de inexistentes valores patrióticos, nos harán perder una concreta posibilidad de apostar fuertemente al tan necesario desarrollo socio económico?

Estrucplan, 24-6-11