DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Hay que poner de relieve la dignidad de la política



El cardenal Martínez Sistach defiende la necesidad de políticos como Santo Tomás Moro

En una misa de celebración de Sto. Tomás Moro, patrono de los políticos, el cardenal Martínez Sistach recordó la actitud del santo mártir: «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres». En consecuencia, prosiguió, «sirvió fielmente al bien común de su país, conservando siempre las exigencias de la verdad y de la justicia». Instó a los políticos a alimentar la vida con la Eucaristía y la oración, a poner en práctica la doctrina social de la Iglesia y a no abandonar ante las dificultades o persecuciones.

La misa estaba organizada por la Archidiócesis de Barcelona, conjuntamente con la institución Persona y Democracia-Joaquim Xicoy y se celebró la semana pasada en la basílica de la Virgen de la Merced, con motivo de la fiesta de Santo Tomás Moro, patrono de los políticos.

En unos momentos en que miembros del movimiento 15-M han cuestionado a los profesionales de la política, y pocos días después de que algunos diputados autonómicos fueran agredidos, insultados e incluso rociados con pintura cuando acudían al Parlamento catalán, el Cardenal Lluis Mª Martínez Sistach defendió en la homilía el trabajo y la dignidad de los políticos.

“Queridos políticos, nadie puede negar que este compromiso político que habéis asumido tiene una gran dignidad moral, y si lo ejercéis como un acto de entrega personal al servicio de la sociedad os exige mucha generosidad y desinterés. Y eso ya sabéis que no siempre es fácil”, dijo el cardenal en su homilía durante la misa.

Se refirió a “las tentaciones de la ambición y del deseo de poder son muy fuertes” en la vida política, que ocasionan situaciones en las que “el horizonte del servicio a los demás se entenebrece y sólo prevalece el interés personal o del grupo o partido”. Pero animó a los políticos a no desalentarse, citando a Juan Pablo II:

“Las acusaciones de arribismo, de idolatría del poder, de egoísmo y corrupción que a menudo son dirigidas a los hombres de gobierno, del parlamento, de la clase dominante, del partido político, así como también la opinión tan extendida de que la política sea un lugar de necesario peligro moral, no justifican de ninguna manera ni la ausencia ni el escepticismo de los cristianos en relación con la cosa política”.

Es necesario, subrayó el cardenal Martínez Sistach, “revalorizar la política como actividad noble y necesaria para el bien común de la sociedad de la que todos formamos parte”. Se refirió a la encíclica "Dios es amor", en la que Benedicto XVI “ha puesto de relieve que ‘el orden justo de la sociedad y del Estado es tarea principal de la política’, y exhortó a los políticos presentes, “que os dedicáis como vocación a esta necesaria actividad social”, a encontrar “en la celebración de la fe y en la doctrina social de la Iglesia” la ayuda necesaria para realizarla “como un ejercicio del amor a los hermanos, especialmente a los más pobres y necesitados”.

El arzobispo de Barcelona reconoció que “hoy llevar el nombre de cristiano no resulta demasiado fácil y es políticamente incorrecto”, teniendo en cuenta el “fuerte contexto cultural laicista”, y recordó las palabras de San Pedro: “Si alguien debe sufrir porque es cristiano, que no se avergüence, sino que glorifique a Dios porque puede llevar este nombre”.

Para vivir con ese “coraje”, dijo, es necesario el “don de la fortaleza que el Espíritu Santo derrama en los corazones de los bautizados”, y alimentar “nuestra vida cristiana con la celebración de la Eucaristía y con la oración”, y poner en práctica “el amor fraterno a los hermanos”. Recordó las palabras de Santo Tomás Moro:

“Si me distraigo, la Eucaristía me ayuda a recogerme. Si se ofrecen cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me fortalezco cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía. Si necesito una luz especial y prudencia para ejercer mis pesadas obligaciones, me acerco a mi Señor y busco su consejo y su luz”.

El Cardenal se refirió a “la necesidad que siente el mundo político y administrativo de modelos creibles”, como dijo Juan Pablo II al proclamarlo patrono de los políticos y gobernantes, en un mundo en que los “fenómenos económicos muy innovadores están modificando las estructuras sociales”, haciendo necesarias “opciones políticas claras en favor de la familia, de la vida, los jóvenes, los ancianos y los marginados” y en el que “las conquistas científicas en el sector de las biotecnologías agudizan la exigencia de defender la vida humana en todas sus expresiones”.

(Agencias / InfoCatólica), 22-6-11