Susan Yoshihara, Ph.D.
Al autorizar el uso de una sola droga, la Organización Mundial de la Salud dio, al mismo tiempo, esperanzas de salvar las vidas de cientos de madres y suscitó temores de que también sea utilizada para matar a, quizás, millones de niños por nacer. El misoprostol se usa para ayudar a detener el sangrado durante el parto, que es la principal causa de muerte materna, pero también puede ser empleado para provocar abortos caseros, que son muy peligrosos, particularmente en áreas rurales que carecen de asistencia médica primaria o de emergencia.
Los temores se fundan en el hecho de que la OMS autorizó el uso de la droga por parte de personal no cualificado, y que tanto ella como Gynuity Health Projects, organización que procuró dicha aprobación, promueven el uso de mispoprostol para abortos fuera del ámbito hospitalario.
La OMS asegura que su «trabajo durante las últimas tres décadas ha contribuido significativamente en el surgimiento y la amplia aceptación del actual régimen recomendado» de aborto farmacológico, según uno de sus informes recientes. La OMS ha capacitado parteras en todo el mundo en desarrollo para practicar abortos, a fin de eliminar la necesidad de médicos, indica el informe. Sólo en Vietnam, los ensayos incluyeron a 1734 mujeres, y sus abortos inducidos con misoprostol son provocados hasta los 63 días, asegura la OMS.
Gynuity está trabajando para integrar el uso del misoprostol en abortos autoprovocados. Según un informe de esta organización elaborado en 2009, Gynuity trabaja a nivel comunitario para presentar esta clase de aborto desde una perspectiva positiva, y para «oponerse a la legislación introducida a nivel estatal o federal, que promueve el concepto de feto como ser humano».
La decisión de la OMS es similar a la de la Federal Drug Administration de Estados Unidos, que asegura que se legitimiza la droga para el uso sin supervisión médica y que estará disponible en farmacias de todo el mundo.
Otra inquietud es que el uso de misoprostol provoca defectos congénitos. Un informe de la propia Gynuity [http://gynuity.org/index.php/resources/info/misoprostol-and-teratogenicity-reviewing-the-evidence/] publicado en 2002 revela que cuando esta droga se utiliza para abortar, aumenta el riesgo de aparición de defectos genéticos, y normalmente origina casos de pie zambo, anomalías en los nervios craneales y ausencia de dedos.
Cuando se utiliza para reducir la hemorragia posparto, el misoprostol es una «droga maravillosa», según el médico pro-vida Joe DeCook, ya que no debe ser refrigerada ni inyectada en ambientes rurales sin esterilizar. «Pero es como la morfina. Puede ser empleada para el bien o para el mal».
Otros médicos son aún más escépticos. Maternal Life International (MLI) advirtió a la OMS que la aprobación de la droga fuera del ámbito hospitalario establece una doble moral. «Se supone que las mujeres de áreas con recursos limitados dan a luz asistidas por personal de salud no cualificado o semi cualificado», afirmó el dr. George Mulcaire-Jones, de MLI. «Sólo este hecho conduce a mayores índices de mortalidad materno infantil que aquellos en países desarrollados» y da a las mujeres «la falsa garantía de que sus partos serán "seguros"».
Un cuarto de los abortos provocados con misoprostol fracasan y requieren atención médica en un ambiente hospitalario, afirmó DeCook, y tras siete semanas, aumentan drásticamente los riesgos que atentan contra la vida de la madre. «Quizás puedan exhibir una disminución del número de muertes maternas porque reducirán el número de partos mediante el aborto», sostuvo DeCook, «pero no tendrán idea de cuántas mujeres morirán a raíz de ello».
Catholic Family and Human Rights Institute, 3-6-11