La Prensa, 28.04.2018
Por Santiago Brugo Olmedo *
En la Argentina, el actual debate en torno a la
legislación sobre el aborto vuelve a poner bajo la luz el difícil y apasionante
debate sobre la identidad del embrión humano y su dignidad.
Luego de tantos años de trabajo en el campo de la
medicina reproductiva, creo que lo primero que hay que comprender es la
pluralidad de miradas en torno al tema (la mirada de la Ciencia, de la Fe, de
la Filosofía y de la Ley), y la necesidad de hallar denominadores comunes entre
las diferentes visiones existentes para arribar a acuerdos razonables y
sustentables.
En primer lugar está claro para todos los expertos en
Tratamientos de Reproducción Asistida, entre los que me incluyo, que las
cuestiones de Fe no son debatibles, son temas de la Filosofía, Etica o
Religión. Por esto hay que comenzar reconociendo que existen diferentes
concepciones morales, religiosas y culturales.
Reconocer aquello que el filósofo estadounidense John
Rawls llama concepciones abarcativas del bien, que nos advierten que debemos
entender que nuestra concepción del bien y del mal no es la única, sino que
existen otras que pueden no ser compatibles y que al mismo tiempo pueden ser
defendidas con razones públicas atendibles.
EL CODIGO
Es muy interesante conocer cómo define nuestro Código
Civil al embrión humano. Porque existen diferencias importantes relacionadas
con el proceso evolutivo de este embrión, diferencias que se aplican a los
embriones que tenemos en el laboratorio de embriología y al tema que nos ocupa
en este momento que es el aborto.
En su artículo 19, el actual Código Civil señala que
"la existencia de la persona humana comienza con la concepción"; en
el artículo 21, agrega: "Los derechos y obligaciones del concebido o
implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida. Si
no nace con vida, se considera que la persona nunca existió. El nacimiento con
vida se presume".
Esto introduce un cambio con respecto al código
anterior, que establecía: "Desde la concepción en el seno materno comienza
la existencia de las personas y antes de su nacimiento pueden adquirir algunos
derechos, como si ya hubiesen nacido".
LOS EMBRIONES
Quisiera aclarar un punto que me parece muy
importante, debido a que popularmente se asume que los embriones de Laboratorio
de Fertilización In Vitro son descartados. Tal como lo estipula el Código
Civil, el descarte de embriones no está permitido en la Argentina. Pero aún
antes de su reforma, en Seremas -el centro de medicina reproductiva que dirijo-
siempre hemos tenido una firme posición de respeto a la potencialidad de vida
de un embrión. Por ello nunca hemos descartado embriones viables, y esto vale incluso
para aquellos que se encuentran criopreservados; en casos en que los dueños de
las gametas originarias de los embriones dejan de responsabilizarse de ellos
por cualquier razón, en Seremas nos hacemos cargo de su cuidado y
mantenimiento.
Es que no hay ninguna razonable duda de que los embriones
obtenidos mediante Fertilización Asistida que se encuentran en el laboratorio
(criopreservados, por ejemplo), constituyen vida humana y que merecen un
respeto especial por su potencialidad.
Tal vez pudiera discutirse que no configuran en ese
instante de desarrollo una persona, pero sí lo serán como más tarde en el
momento de la indivisibilidad. Es decir, cuando ya estén implantados en el
endometrio de la mujer y no haya ninguna chance que se dividan dando lugar a
dos gemelos de un mismo embrión. En otras palabras, cuando hayan adquirido la
capacidad de la individualidad.
Mi opinión es que aunque solo fuera vida humana, como
mínimo posee un conjunto de derechos, entre otros, el derecho a la vida. El
embrión posee un valor moral que reside en el hecho de que (a diferencia de
otras células o conjunto de células) se va a convertir en una persona (si se
dan ciertas circunstancias) y no en otra cosa. Esto genera una serie de
obligaciones muy importantes; la más trascendente, respetar su vida.
De ahí que mi posición sea contraria al aborto. Desde
el momento en que trabajo por la vida, pienso que en lugar de favorecer los
abortos debería hacerse una política seria, responsable, drástica y muy
decidida en materia de educación. Que contemple también el apoyo a las madres
solteras, pero que por sobre todo facilite el acceso a todos los métodos
anticonceptivos disponibles, de manera tal de lograr la anticoncepción en lugar
del aborto. Hay dos sujetos vulnerables en esta situación, la madre y el
embrión. Podemos ayudar a ambos, pero ciertamente no mediante el aborto.
* Coautor de la primera fertilización in vitro de la
Argentina. Especialista en Medicina Reproductiva, Andrología y Embriología
Clínica, y director médico del Centro de Medicina para el Hombre y la Mujer
Seremas.