Por Claudia Peiró
Infobae, 24 de abril de 2018
Los números oficiales del Ministerio de Salud: de las
43 muertes maternas de 2016 causadas por embarazo terminado en aborto, 31
podrían corresponder a abortos provocados
La cifra puede incluso ser menor a 31, ya que, como se
observa en el gráfico, a los tres rubros resaltados todavía les faltan
precisiones, pero de los datos brindados hasta ahora, la primera conclusión que
surge es que el aborto provocado no es más la principal causa de muerte materna
(ver el siguiente cuadro), contra lo que se repite hasta el cansancio sin
fundamento real.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define
mortalidad materna o muerte de mujeres gestantes como "la muerte de una
mujer mientras está embarazada o dentro de los 42 días siguientes a la
terminación del embarazo" y "debida a cualquier causa relacionada con
el embarazo o agravada por el embarazo mismo o su atención".
En el año 2016 -último con datos oficiales-, hubo 245
muertes maternas y, según informó este mismo medio en febrero pasado, 43 de
ellas se debían a aborto. Ahora bien, la página de la Dirección de Estadísticas
e Información de Salud no aclaraba si esos abortos habían sido espontáneos o
provocados.
El cuadro que publica la DEIS, con las 43 muertes por
aborto sin desglosar entre aborto provocado y espontáneo. De hacerlo, se reduce
a 31 y no es la principal causa de muerte materna
El cuadro que publica la DEIS, con las 43 muertes por
aborto sin desglosar entre aborto provocado y espontáneo. De hacerlo, se reduce
a 31 y no es la principal causa de muerte materna
La precisión hecha ahora por el organismo responde a
un pedido promovido por la licenciada Mónica del Río, que fue la primera en
revelar las cifras a las que muchos aluden pero no citan (ver: ¿Cuántas son
realmente las muertes maternas por aborto en la Argentina?).
La diferencia entre el número inicial (43) y el
informado ahora (31) se explica porque Salud desglosó esas causas, como puede
verse en el cuadro que abre esta nota.
Los 5 primeros rubros claramente no son abortos
provocados sino debidos a trastornos del embarazo y otras causas (embarazo
ectópico, mola hidatiforme, otros productos anormales de la concepción, aborto
espontáneo y aborto médico).
Los 3 últimos rubros sí podrían corresponder a abortos
clandestinos, pero tampoco son concluyentes en su definición: "otro
aborto", "aborto no especificado" e "intento fallido de
aborto".
"Ahora tenemos un nuevo tope: 31. Seguimos sin
tener la cifra exacta -dijo la licenciada Mónica Del Río a Infobae-. Lo que sí
sabemos con certeza es que las muertes maternas de 2016 por aborto provocado
son a lo sumo 31".
Como explicó Del Río en los debates organizados por la
Comisión de Legislación General del Congreso, "hablar de números no
significa que el valor de una vida humana se pueda cuantificar", pero este
debate "se disparó por la supuesta cantidad de mujeres que mueren en
abortos clandestinos y por el efecto que podría tener sobre esa cifra la
legalización del aborto".
Efectivamente, la estrategia de quienes impulsan la
legalización de esta práctica es plantear la existencia de "un problema
urgente de salud pública". Casi una emergencia. De ahí la necesidad de ser
rigurosos en las cifras. Y lo cierto es que la estadística no respalda ese
diagnóstico alarmista.
Perdida la batalla de las cifras, es mejor obviarlas,
o apelar a eufemismos. O decir que en Argentina cada dos días muere una mujer
por practicarse un aborto, como declaró una diputada nacional con poco apego a
la matemática y a la verdad.
No hay duda de que es más impactante decir que la
muerte por aborto es la principal causa de muerte materna, sin aclarar las
cifras absolutas.
Pero lo cierto es que el aborto clandestino ya ha
dejado de ser el primer factor de muerte materna. Del total de las 245 muertes
de mujeres gestantes de 2016, el aborto representa el 17 por ciento sólo si no
se hace la diferencia entre aborto provocado y espontáneo. Con la nueva
precisión aportada por Salud, ese porcentaje cae a 12,7 y el aborto clandestino
deja de ser la primera causa de muerte materna.
"Esto desmiente también la cifra de 3030 muertes
como deuda de la democracia -dice Del Río-, que surge de sumar todas las
muertes por aborto desde el 84. De ese número catastrofista, deberíamos
descontar varios centenares si desglosamos los tipos de aborto, ya que dentro
de ese total hay muchos decesos por abortos espontáneos, como los producidos
por embarazos ectópicos".
"Este debate está superideologizado -sostiene
Mónica Del Río-. Por desnutrición han muerto muchas más mujeres en todos estos
años, si hablamos de deuda de la democracia. Además, en el total de muertes
maternas, la causa que más va en descenso es la de aborto. No descienden al
mismo ritmo las muertes por causas obstétricas, que son las que dependen de una
mejora en la atención de salud".
LA COMPARACIÓN CON EL CASO ESPAÑOL
Justamente, los promotores de la legalización del
aborto sostienen que, en los países en donde esta práctica es legal, la
disminución del número de muertes maternas es notorio.
Sin embargo, otra conclusión a la que llega esta
especialista, a partir de la comparación con el caso español, donde el aborto
fue legalizado, es que el porcentaje de "muertes por embarazos terminados
en aborto ronda el 20 por ciento del total, es decir, igual que en
Argentina". "La que es abrumadoramente alta en Argentina es la tasa
de mortalidad materna, pero por causas que se resolverían mejorando los
servicios de salud", agrega.
Es decir, si se quiere reducir el número de muertes
maternas, la prioridad no debería ser legalizar una práctica que tiene fuertes
implicancias éticas, sino mejorar la atención de la mujer embarazada
garantizando que exista una distribución geográfica de los centros de atención
obstétrica tal que todas las madres gestantes puedan ser monitoreadas y
atendidas en las mejores condiciones durante el embarazo y el parto.
Por su tasa de mortalidad materna -52 por cada cien
mil nacidos vivos-, Argentina ocupa el puesto 90 en un ranking de 183 países.
En el mundo desarrollado la tasa de mortalidad materna es menor a 10.
Sin embargo, explica Del Río, las muertes por
"embarazo terminado en aborto" y la cifra de mortalidad materna
guardan la misma proporción en Argentina que en países del llamado Primer
Mundo. Tanto en España (3 de 15) como en Argentina (43 de 245), por ejemplo,
las muertes por "embarazo terminado en aborto" oscilan en el 20% de
la mortalidad materna.
Lo que marca la
diferencia con el primer mundo no es la legalización del aborto sino la calidad
de atención en salud
"Si Argentina lograra erradicar todas las muertes
por 'embarazo terminado en aborto' (que incluyen las muertes por aborto
provocado) la tasa de mortalidad materna bajaría de 52 a 43 y pasaríamos al
puesto 83, muy lejos aún de las tasas del primer mundo", dijo Del Río en
su exposición en el Congreso.
"Lo que marca la diferencia con los países del
primer mundo no es la legalización del aborto sino la calidad de atención en
salud", concluyó.
¿Por qué el Ministerio no publica la cifra desglosada,
pese a disponer de ella? "No lo sabemos -responde Del Río-. En España por
poner un ejemplo, la cifra está desagregada en más de 8 rubros, por ejemplo, el
embarazo ectópico está a su vez desglosado en varias subcausas. Y la
información es totalmente accesible."
El caso español permite desmentir otra falacia: que la
legalización del aborto disminuye su número. Es algo contrario al sentido
común, pero dado que se lo afirma como argumento pro aborto legal, hay que
señalar primero que se parte de comparar estimaciones totalmente arbitrarias
sobre el número de abortos clandestinos, con el número que se verifica una vez
legalizado y que es ya una estadística oficial.
En la tabla que sigue, basada en cifras del Instituto
Nacional de Estadísticas de España, puede verse que el efecto de la legislación
es "un abrupto e ininterrumpido incremento de la cantidad de abortos
practicados", escribió Del Río en el informe que leyó parcialmente en el
Congreso (ver documento completo al pie de esta nota).
"A partir del 2009 la estadística se ve
enmascarada por la venta libre y masiva de PDD (píldora del día después) -se
lee en el informe-, que produce abortos tempranos que no ingresan en la
estadística. Aún con la tendencia decreciente que comienza en el 2009, la
cantidad se incrementa durante los siguientes 3 años por la ley de plazos
(aborto a petición hasta la semana 14, a partir de julio de 2010). Finalmente,
el número de abortos se ameseta con valores anuales similares".
Cabe notar que, en los años en que se afirma que en
Argentina se practica alrededor de medio millón de abortos por año, en España,
con una población comparable a la nuestra (46 contra 43 millones de habitantes)
se producen unos 100 mil.
Finalmente el argumento de "deuda de la democracia",
contiene una asociación arbitraria entre aborto y democracia, como si el aborto
fuese un "derecho" conculcado por regímenes dictatoriales. La
realidad es que las dictaduras comunistas fueron pioneras en la legalización
del aborto, con leyes ultrapermisivas, la Unión Soviética a la cabeza. Ni
hablar de Cuba. No hay ninguna contradicción entre aborto y autoritarismo. O
aborto y derechos básicos -libertad, expresión, voto- conculcados. No hay
ningún vínculo de necesidad entre democracia y aborto.