Por: Jesús Vicario
revista Hobby
Consolas 298, 7 Mayo 2016
La Iglesia Católica avisa: “piratear es pecado” y
atenta directamente contra el séptimo mandamiento: “No robarás”.
Así lo recoge
el documento titulado: La piratería en el cine. Una mirada desde la Doctrina
Social de la Iglesia, elaborado por los obispos españoles reunidos, el pasado 3
de mayo, en la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social (CEMCS).
Dicho documento será presentado oficialmente durante la L Jornada Mundial de
las Comunicaciones Sociales que se celebra este domingo, 8 de mayo.
El texto subraya "el gran valor" que tiene
el cine, constata "una cierta indiferencia moral, cuando no una clara
justificación, ante el hecho tan extendido de la piratería audiovisual, que
impide a toda la industria del cine recibir la justa recompensa que es
consecuencia de su actividad".
El cine como medio de evangelización
La Iglesia define al cine como "un medio de
comunicación de gran valor para la difusión de la cultura, el primero de los
llamados de comunicación de masas, y como una nueva herramienta valiosa también
para la evangelización". Aunque reconocen que las nuevas tecnologías están
permitiendo que el cine llegue a más personas, no obstante, alertan de que
"sin una pertinente educación moral, esta difusión puede lesionar los
legítimos derechos e intereses de un amplísimo número de profesionales que
trabajan en la industria del cine".
“Así ocurre cuando las creaciones audiovisuales se
ponen a libre disposición, fundamentalmente a través de Internet, al margen del
cauce de distribución previsto por los productores, o cuando se elaboran copias
de la película para la venta en mercadillos o por las calles", una
actividad que además, a su juicio, tiene especial gravedad "cuando en su
origen está el hurto de una copia de la obra, lo que implicaría un doble acto
delictivo".
Esta comisión señala que existe un "grave
desconocimiento de la doctrina social de la Iglesia en este campo, y a menudo,
una búsqueda de argumentos abstractos y parciales que difuminan la
responsabilidad personal apoyados en una impunidad de facto".
Además,
advierte de que la piratería es "un agravante" en el contexto de
dificultades económicas que vive la industria del cine.
La CEMCS agrupa en dos categorías las actividades que
se desarrollan en el marco de esta industria: las que están ligadas al proceso
creativo y las ligadas a la difusión de la obra, sector al que le afecta
fundamentalmente la piratería pues "impide la obtención del beneficio
legítimo".
El cine tiene que adaptarse como la música
Los obispos españoles señalan que la industria del
cine tiene que hacer un esfuerzo por adaptarse a la nueva situación tecnológica
a la hora de crear y difundir la obra creada, como realizó la industria musical
ante un entorno similar, una adaptación que, a su juicio, no elimina el
principio fundamental de que "las obras artísticas generan una serie de
derechos en sus creadores, productores intérpretes, distribuidores, exhibidores,
etc. que deben ser satisfechos". De hecho, recuerdan que las obras
cinematográficas generan al autor un derecho “moral y legal”.
Atenta contra el séptimo y décimo mandamiento
Así la iglesia que el tema de la piratería
"merece una triple consideración social". En primer lugar, indica que
incurre en un pecado contra el séptimo mandamiento de la Ley de Dios: "No
robarás", tal y como recoge el Catecismo; en segundo lugar, denuncia que
atenta contra el bien común y facilita la alienación social al "dañar un
cauce por el que pueden fluir las mejores ideas para el desarrollo
social"; y en tercer lugar, añade que la piratería también atenta contra
el décimo mandamiento: "No codiciarás los bienes ajenos".
Por último, los obispos muestran su esperanza de que
"el fenómeno de la piratería en el mundo del cine disminuya hasta
desaparecer, como fruto de una reflexión madura de personas sensibles al
auténtico valor del cine y al bien común de toda la sociedad".