Por Carlos Álvarez Cozzi
Como ya lo expresáramos en artículos anteriores nuestros sobre este tema,
primero fueron víctimas de la “dictadura del relativismo” los pastores
evangélicos y ahora le tocó a los prelados católicos. En los referidos
artículos nuestros, publicados por www.forumlibertas.com, tratamos el tema del matrimonio entre
personas del mismo sexo, que, concebido como derecho, se pretende extrapolar
del civil al religioso y ya varias parejas homosexuales han exigido, como si
ello fuera posible, la realización de bodas gays a ministros de Iglesias
Cristianas, sabiendo que la gran mayoría de ellas, no acceden a ello por
razones evangélicas y de derecho canónico. El matrimonio cristiano sólo puede
celebrarse entre mujer y varón bautizados.
Ahora el tema continuó, con una variante, atacando las expresiones de un
prelado de la Iglesia Católica que no hizo más que enseñar la doctrina de la
Iglesia que surge de los Evangelios. En efecto, nos cuentan las agencias de
noticias por Internet (http://www.religionenlibertad.com/furibunda-campana-y-peticion-de-carcel-contra-un-obispo-que-cito-44312.htm)
que el lobby gay ha lanzado una campaña contra un Obispo católico en Suiza por
haber citado el Antiguo Testamento para hablar de la homosexualidad en un
evento celebrado en Alemania.
Según señalan medios locales, Mons. Vitus
Huonder, Obispo de Coira en Suiza, habló en Alemania sobre el matrimonio y la
familia. En el evento citó un pasaje del Levítico (20, 13) que condena las
relaciones sexuales entre homosexuales. Esto confirma además, lamentablemente,
que mal está Europa Central, en particular Alemania y Austria. Mal que ha
contagiado incluso, a algunos Obispos que parecen querer adaptarse al mundo
para que no los compliquen.
La cita del citado Prelado hizo que grupos como “Pink
Cross” en Suiza y New Ways Ministry en Estados Unidos emprendan una feroz
campaña mediática en su contra. El colectivo suizo ha entablado una demanda
penal para usarla como precedente en casos similares.
Hasta el momento, explica Bill Donohue de la Liga Católica en Estados
Unidos, más de una docena de grupos se ha plegado a la demanda contra el Obispo
que, de ser hallado culpable de fomentar la violencia contra los homosexuales,
podría ser condenado hasta a tres años de prisión.
La libertad de expresión y la libertad de cultos son dos derechos humanos
de reconocimiento constitucional en la mayoría de los Estados. No obstante el
lobby gay presiona constantemente a los Estados, y lamentablemente algunos han
sucumbido para ser “políticamente correctos” incluso a prever como delitos la
mera expresión de opiniones contrarias al homosexualismo político.
De tal manera que a los que disientan, aun respetuosamente, con el
estilo de vida gay se los quiere incriminar a fin de hacerlos desistir, aunque
sean ministros consagrados que tienen la obligación de enseñar a los creyentes
cuales son las enseñanzas evangélicas, que no fueron creadas por los ministros
sino que sólo se limitan a trasmitirlas como corresponde a su sagrado
ministerio.
Por eso lo del título, como bien enseña Benedicto XVI.
Estamos ante el fenómeno de la “dictadura del relativismo”. A estos grupos
ya no les basta ejercer su derecho a vivir como quieren, lo que no está en
discusión, sino que pretenden acallar a quienes, con el mismo derecho disienten
con ese estilo de vida. Lo curioso es que esos grupos militantes hacen lo que
durante siglos se quejaron de lo que se consideraban víctimas: el no respeto a
las opciones ajenas.
Buscar que la legislación adopte tal dictadura y persiga
hasta penalmente la mera opinión respetuosa contraria a ese estilo de vida y
aún más grave, coartar la libertad constitucional de cultos es una práctica que
como la violencia, se sabe cuándo y como
se entra pero no se sabe cuándo y como se llega a su fin. A eso,
lamentablemente, nos está conduciendo la “ideología de género”.