NOTIVIDA, Año XV, Nº 971, 3 de junio de 2015
La Red Federal de Familias, por intermedio de su Junta
Ejecutiva, con motivo de la marcha convocada bajo el lema “Ni Una Menos” para
el día de la fecha, declara:
1°) Que, desde ya, condena todo tipo de violencia
injusta, sea quien sea su causante y, del mismo modo, sea quien sea la víctima
inocente que la padece.
2°) Que la violencia, así como cualquier otro tipo de
injusticia, adquiere especial gravedad cuando es ejercida sobre las personas
más débiles, indefensas y desprotegidas; del mismo modo que cuando es ejecutada
por quienes, por razón de su estado, vinculación u oficio, tienen a su cargo la
custodia, cuidado o protección de sus víctimas.
3°) Que la violencia ejercida contra la mujer
encuadra, lamentablemente en muchos casos, en alguno de los supuestos
anteriores, y como tal debe ser rechazada. La especial dignidad de la mujer,
llamada por naturaleza a ser madre y custodia de la vida y la especial
circunstancia de que suele encontrarse en inferioridad de condiciones para
responder eficazmente a la violencia física, llevan a que la mujer sea víctima
frecuente de la violencia, como lo son los niños y los ancianos.
4°) Que esta particular situación no impide considerar
que situaciones de “violencia psicológica, física, sexual, espiritual de muchas
mujeres que padecen por amenazas, humillaciones, golpes, acosos,
discriminación, explotación, esclavitud”, como han manifestado otros, son
padecidas en similar gravedad y número por distintos sectores de la sociedad
también necesitados de protección, como los aludidos en el párrafo anterior.
5°) Que enfocar el reclamo contra la violencia sólo en
las mujeres constituye un acto de injustificada discriminación, cuando la
sociedad entera se encuentra reclamando por la desaparición y comercio de niños
(varones y mujeres), el trabajo esclavo (que afecta a ambos sexos y a personas
de distinta edad y origen), la falta de escuelas y hospitales dignos y la
condición de pobreza extrema y miseria a la que se ve sometida un importante
sector de la población, así como el atropello a su dignidad al que también un
gran número de habitantes de nuestro suelo se ve sometido al no encontrar un
trabajo suficiente que le permita sostener con decoro sus necesidades y las de
quienes están encomendados a su cuidado, y que lo obliga a depender de
subsidios del Estado; el abandono al que se encuentran sometidos numerosos
ancianos que no encuentran cobijo y atención suficientes para transcurrir con
decencia el último tramo de sus vidas, etc.
6°) Que todos estos, y muchísimos otros, constituyen
casos de injustificada violencia que también exigen el reclamo de todo el
pueblo argentino.
7°) Que, en tales condiciones, convocar a una demanda
parcializada, frente a una tan generalizada situación de injusticia y violencia
constituye no sólo un acto de discriminación indebido sino el planteo
dialéctico de una oposición entre el varón y la mujer, inspirado en la
ideología de género, eje vertebral de la cultura de la muerte, sustentada por
el feminismo radicalizado, como una avanzada más en el camino de la
implementación del programa de descomposición social y destrucción de la
familia.
8°) Que, en particular, rechazamos la intención de la
convocatoria —expresada por algunos de sus organizadores— a través de la cual
y, bajo el engañoso lema de luchar contra la violencia hacia la mujer, se busca
consagrar la peor de las violencias que se ejercen contra ella: el ABORTO que,
al tiempo que cobra las vidas de inocentes e indefensos niños (y niñas) por
nacer, expone a las mujeres a innumerables secuelas físicas y psíquicas de
efectos devastadores.
9°) Que, así como rechazamos cualquier tipo de
violencia injusta y no queremos que se produzcan más muertes por esa causa, nos
vemos en la necesidad de resaltar que el aborto, expresamente reclamado en esta
convocatoria mediante el pedido de su despenalización y de su reconocimiento
como un derecho de la mujer, es la más injusta y vil de las violencias,
ejercida por los más fuertes sobre los más débiles entre los débiles,
absolutamente inocentes y totalmente indefensos, encomendados precisamente a la
custodia de quienes procuran su eliminación.
En consecuencia y por las razones expuestas:
I.- No apoyamos ni participaremos de la marcha
convocada bajo el lema “Ni Una Menos”.
II.- Advertimos a la población que dicha marcha está
inspirada en el feminismo radical y en la ideología de género y apunta a
provocar una división más en el pueblo argentino y en la célula constitutiva de
su ser como nación que es la familia, fundada en la unión de un hombre y una
mujer y abierta a la generación de la vida.
III.- Especialmente llamamos la atención de que la
intención encubierta en la convocatoria de marras es la despenalización y
legalización del aborto, práctica deleznable, groseramente violenta y
abiertamente contraria a la integridad física y psíquica de las mujeres.
Alertamos a las mujeres que de buena fe participan de esta marcha acerca de
cuál es su velado fin.
IV.- Apoyamos y alentamos toda manifestación genuina
de rechazo a la violencia y de apoyo a la vida, así como rechazamos cualquier
tipo de violencia injusta y pedimos al Estado que adopte medidas urgentes
tendientes a evitar los actos de violencia que se cometen en los ámbitos
públicos y también para que cumpla su deber de guardián del orden evitando los
hechos de violencia domésticos e intrafamiliares, en especial mediante el
juzgamiento, condena y pena de cumplimiento efectivo en lugares donde se
rehabilite a los delincuentes y no donde se los convierta en elementos más
peligrosos.
V.- Convocamos a toda la población a pensar en la
necesidad de la educación personal y comunitaria sobre el noviazgo, el
matrimonio, la amistad y las relaciones humanas en general. La formación, como
dice la Comisión Episcopal de Apostolado Laico y Pastoral Familiar (Celaf), es
—ante todo— formación del corazón y de los afectos, y “no puede realizarse sólo
en un aula, sino también en el seno de la familia y de los grupos sociales de
contención”.
VI.- Por lo tanto y por último, convocamos a todos los
habitantes de nuestra Patria a reunirse y movilizarse en defensa de la familia
rectamente fundada y orientada con lucidez y valor a la formación de hombres y
mujeres virtuosos para encarar la restauración de las instituciones y
costumbres que constituyen nuestro más rico acervo nacional.
República Argentina, 3 de junio de 2015.