Camino al desastre
Por Eduardo Mariano
Lualdi
Foro Patriótico y
Popular
Profesionales en
Santa Fe, organizaron un Simposio para debatir sobre narcotráfico y
drogodependencia.
Allí se teorizó sobre
la conveniencia e inevitabilidad de legalizar el consumo de drogas. Apuestan a
lo que ellos denominan “mitigar el daño”, es decir, no combatir el narcotráfico
ni el consumo de drogas que provocan el flagelo de la drogodependencia con sus
secuelas destructivas para la salud humana, sino asistir al enfermo en sus
consecuencias, procurando que estas sean controlables.
La “teoría” de la
sola posibilidad de mitigar el daño, se basa en una falsificación de los
derechos humanos que dice que cualquier persona tiene derecho a elegir que
quiere hacer, por ejemplo, drogarse, y lo único que le cabe al sistema de salud
y al Estado, es dedicarse a mitigar el daño para que el individuo que
supuestamente adopta libremente como hábito el consumo de estupefacientes, se
perjudique de manera “acotada” y asistida.
Esta “doctrina”, es
la “base teórica” de las declaraciones del jefe del Sedronar, del Secretario de
Estado Coronel Sergio Berni, de senadores, diputados, y de la trouppe de
infinidad de funcionarios estatales oficialistas y/u “opositores”, etc., que
impulsan la legalización de la droga. ¿En qué país se embanderan con esta
posición? En aquel cuya realidad es haberse transformado en una país de
tránsito, consumo y producción de drogas, en el que “con el menemismo llegó la
droga (principalmente la cocaína), con Duhalde se masificó el consumo y con los
Kirchner llegaron los cárteles”, y que, según las Naciones Unidas, ha pasado a
ser el tercer exportador de cocaína del mundo, con evidentes signos de
transformación en un narcoestado.
Hay varias cuestiones
que merecen ser seriamente analizadas pero que exceden el marco de este
comentario (el concepto de la libertad, de la libertad individual en
particular, etc.). Pero hay dos coordenadas de pensamiento que, para nosotros,
son orientadoras en el tratamiento de la cuestión del narcotráfico y la
drogodependencia.
La primera es trazar
una clara línea divisoria: se está a favor o se está en contra de la droga.
Nosotros estamos en contra.
La segunda: jamás la
droga ha sido un producto introducido en una sociedad para asistir o satisfacer
necesidades vinculadas al libre albedrío y la felicidad humana, por el
contrario, siempre ha sido un instrumento de dominación, de embrutecimiento, de
sumisión al sistema de opresión impuesto en el mundo a la inmensa mayoría de
las naciones y a miles de millones de habitantes del planeta.
La teoría de la
“mitigación del daño” ante el narcotráfico y la drogodependencia, en algunos
casos, responde a individuos encaramados en posiciones de dirección estatal en
todos sus niveles, cuyo pensamiento político e ideológico está imbuido de un
profunda insensibilidad, que les impide avizorar una sociedad, un país y un
mundo, en el que sean posibles los cambios profundos requeridos para alcanzar
el objetivo de eliminar las podredumbres y sufrimientos que padecen millones de
personas.
Son intrínsecamente
escépticos, y sus aspiraciones y propuestas se circunscriben a “adaptarse” a la
realidad que nos rodea, negando toda posibilidad de actuar para cambiarla.
En otros casos, se
trata de personas que directamente trabajan para liquidar a la Nación y llevarla a un tal
estado de postración que aleje toda posibilidad liberadora en el mediano plazo.
Esto requiere la destrucción de la juventud como condición sine qua non para su
realización y es por ello que el centro del ataque del conglomerado
narcotráfico-poder estatal está puesto en las jóvenes camadas. Buscan destruir
nuestro futuro que es la juventud.
A aquellos que por
escepticismo, indiferencia e insensibilidad reniegan de actuar para cambiar la
realidad, les convendría reflexionar sobre hechos históricos. A lo largo de la
historia de la humanidad, los esclavos, los siervos, los oprimidos, tuvieron
dos actitudes posibles: luchar por destruir las cadenas de la esclavitud, la
servidumbre, la opresión, o adaptarse a ellas, procurando “mitigar el daño” de
no ser libre. Aquí sí pueden disponer del libre albedrío: elegir luchar por no
ser esclavo o conformarse con ello y arrastrar con alegría las cadenas de la opresión.
Preferimos a Espartaco y los miles que como él, lucharon por la más noble de
todas las causas: la libertad.
Resumiendo: estamos
situados frente a dos oposiciones:
1º.- Se está a favor
o en contra del narcotráfico. Nosotros estamos en contra y procuramos su total
erradicación del suelo de nuestra Patria; desde esta posición trabajamos para
lograr todo lo necesario para devolver la salud a quienes padecen esta horrible
enfermedad;
2º.- Se está a favor
de destruir todas las formas de esclavitud, servidumbre y subordinación de las
personas, tengan estas las formas que tengan como es el caso del narcotráfico,
o se está a favor de mantener las cadenas de la opresión, procurando “mitigar”
en algo la esclavitud, como todo objetivo posible.
Nosotros, desde
nuestra constitución como Foro Patriótico y Popular, definimos actuar para
transformar la realidad y estos ideales se condensan en nuestro Documento
Fundacional y las tres consignas generales que vinculan nuestras labores en
todo el país, por ello, en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción que
envenena la Nación
hemos tomado decidido partido por su total y completa erradicación.