By Wendy Wright |
December 20, 2014
(C-Fam)
Diplomáticos dijeron
a un organismo de la ONU
la semana pasada que va demasiado lejos cuando dice a los países que
liberalicen las leyes relativas a asuntos como el «trabajo sexual». Pero la
directora de la agencia les interrumpió antes de que pudieran concluir.
Los diplomáticos
estaban criticando un informe del Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en
inglés) y de una coalición de agrupaciones en contra de los límites a la
actividad sexual denominada Sexual Rights Initiative. El informe calcula el
número de veces que se plantearon cuestiones sexuales y reproductivas durante la Revisión Periódica
Universal (RPU), proyecto de la
UNU iniciado en 2006 para ayudar a los países a rendir
cuentas entre sí por el cumplimiento de los compromisos de derechos humanos
asumidos.
Algunas
recomendaciones se basaron en interpretaciones de activistas, que no fueron
acordadas por los países.
En un lanzamiento del
informe en Nueva York, el Fondo de Población acusó a los países de «desatender»
estas recomendaciones.
Una delegada egipcia
observó que los criterios de evaluación de los países «contenían algunas
cuestiones culturales y polémicas». Una de ellas era «garantizar que los
trabajadores sexuales tuvieran acceso a la gama completa de derechos sexuales y
reproductivos».
«Por mi país, no
puedo aceptar esto», dijo.
«Los gobiernos no
están desatendiendo» las recomendaciones, señaló. «No pueden [aceptarlas]
debido a [cuestiones] culturales o religiosas…»
«Estamos apretados de
tiempo», dijo Kate Gilmore.
La diplomática
egipcia concluyó diciendo: «Si queremos que la RPU sea un mecanismo de rendición de cuentas,
debemos corregir los criterios para que sean aceptables».
A continuación,
Barbados hizo uso de la palabra. «¿Habrá una oportunidad para que los estados
miembros dialoguen con el UNFPA respecto de este informe?» Porque hay asuntos
clave que precisan ser discutidos».
Gilmore reconoció que
las recomendaciones son una «posibilidad» y que el informe es una «esperanza».
Los embajadores de Brasil y Fiyi, que se unieron Gilmore para presentar el
informe, admitieron que las recomendaciones son voluntarias.
Gilmore no accedió a
dialogar con los países.
El informe del UNFPA
sostiene que se exige a los países a cumplir con la salud y los derechos
sexuales y reproductivos «sin importar las normas sociales, políticas o
culturales que puedan prevalecer a nivel nacional».
Se centra en grupos
como los de «trabajadores sexuales» (término creado por proxenetas para
normalizar la prostitución), «hombres que tienen relaciones sexuales con
hombres, personas transgénero, personas con VIH/Sida» y otros. El UNFPA y SRI
buscan modificar las leyes y las políticas para «permitir activamente» el
«goce» de la actividad sexual sin consecuencias.
Sexual Rights
Initiative presentó casi setenta informes sobre países durante cuatro años, que
abordaron «una amplia gama de cuestiones de derechos sexuales». Algunos están
acordados universalmente, no obstante otros no están aceptados en líneas
generales.
Las recomendaciones
establecen que la educación sexual brinde información sobre orientación sexual
e identidad de género y sobre «servicios de aborto seguro» cuando «la vida y la
salud de la madre peligran». En Estados Unidos, la excepción de «salud» condujo
al aborto libre.
Este enfoque amplio
da una falsa impresión, indica la analista de C-Fam Rebecca Oas, quien explicó
cómo los países occidentales financian agrupaciones para presionar a otros
países sobre el aborto y sobre asuntos sexuales.
Si «un cuarto de
todas las recomendaciones de la
RPU entran dentro» del ámbito de los derechos sexuales y
reproductivos, se aumenta la exposición y se resta importancia a la naturaleza
polémica de esos temas.
Y se utiliza el
«sistema mundial de rendición de cuentas de la RPU » para «imponer normas sociales inaceptables
en otras naciones y regiones mediante la presión de los pares», escribe Oas.
La mayor parte de la
presión provino de Europa Occidental y de sus aliados. Respecto del aborto, fue
dirigida a América Latina. En cuanto a la orientación sexual, el objetivo
frecuente fue África.
Traducido por Luciana
María Palazzo de Castellano