Por Carlos Álvarez Cozzi
La agencia de noticias ACI/EWTN informa hoy que en Canadá
“los padres deberían ser capaces de decidir libremente sobre lo que
equivaldría al aborto postnatal” propuso recientemente Udo Schuklenk, docente
de filosofía en la Queen ’s
University de Ontario (Canadá).
En un artículo
publicado en el Journal of Thoracic and Cardiovascular Surgery (Revista de
Cirugía Torácica y Cardiovascular), Schuklenk señaló que causarle la muerte a
recién nacidos con discapacidad sería moralmente aceptable, aunque aún sea
ilegal en Canadá.
En Canadá actualmente es legal la suspensión de tratamiento o
alimentación a un paciente, considerándola “eutanasia pasiva”. La denominada
“eutanasia activa”, en la que se procura directamente la muerte del paciente,
es considerada asesinato.
El
aborto es legal en Canadá desde 1988, y es financiado a través del seguro de
salud estatal.
Para
Alex Schadenberg, jefe de la
Coalición para la Prevención de la Eutanasia en Canadá, lo
que está promoviendo Schuklenk es “declarar que ciertos tipos de seres humanos
tienen una vida que la sociedad ha determinado que no vale vivir”.
En declaraciones recogidas por el National Post, Schadenberg señaló que esto podría ser considerado “como una filosofía eugenésica”.
Se trata de un barbarismo inhumano y
eugenésico que en algunos Estados de Estados Unidos de América ya es una
práctica legal. Una vez nacido el niño, el médico, a pedido de los padres,
puede asesinarlo prácticamente en el mismo momento en que la madre lo da a
luz. Se trata de otra clara
manifestación del relativismo ético, en el cual el hombre se abroga el derecho
de decidir por sí y ante sí quien debe vivir y quien debe morir. Sin expresión
de causa alguna. Ante esto, suenan pueriles todos los movimientos de defensa de
la fauna, con lo importante que ello pueda ser, mientras algunos se hacen los
distraídos, miran para otro lado, y se permiten verdaderos y abominables
crímenes contra seres humanos vivos, inocentes, titulares de derechos humanos,
conforme a las Convenciones de Derechos Humanos vigentes tanto para Naciones
Unidas como para la
Organización de Estados Americanos.
Quizás lo más grave, además de esto,
sea la indiferencia con que el mundo en general trata estos temas, en tanto los
sin voz no tienen en general demasiados que velen por sus derechos y se alcen
ante la comunidad internacional a denunciar estos barbarismos indignos de la
modernidad, que hace muchas veces gárgaras con los derechos humanos pero
discrimina injustamente no sólo a los nonatos sino -como en este caso- ahora hasta
a los propios nacidos!!!