NOTIVIDA, 2 de
noviembre de 2014
En una declaración
emitida hoy, la Red
Federal de Familias expresó su alarma por la intempestiva
inclusión en el temario de la reunión de la Comisión de Legislación Penal, prevista para el 4
de noviembre próximo a las 17.30 hs., de los proyectos sobre “aborto no
punible”.
A través de su Junta
Ejecutiva Federal, la entidad señala que “el tratamiento de estas iniciativas
en esta etapa del año, cuando los tiempos se aceleran, no resulta acorde con la
seriedad de la temática y sus implicancias. La pretensión de legitimar este
atentado contra la vida humana, que vulnera disposiciones constitucionales
expresas y entra en conflicto con iguales previsiones de los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos vigentes en nuestro país, exige una
especial prudencia, que no puede garantizarse en esta instancia”.
Aún siendo
conscientes de las presiones sectoriales e ideológicas que impulsan un rápido
tratamiento de estas iniciativas –que exigen eludir incluso las audiencias
públicas que ameritaron otros temas de la misma envergadura-, la RFF afirma que la precipitada
convocatoria de la Comisión
que preside la diputada Patricia Bullrich “contrasta con la naturaleza misma
del Poder Legislativo como custodio del orden constitucional y de los derechos
fundamentales”.
Exhortan a los
legisladores a apoyar “el proyecto de ley de protección integral de los
derechos humanos de la mujer embarazada y de los niños por nacer, que impulsa la Red Federal de
Familias en la Cámara
de Diputados (expte. 2809-D-2014), que cuenta con un importante número de
firmas de legisladores de diferentes bloques. Sin desconocer la realidad pero
con sentido del bien común, el proyecto se ocupa de ambos (madre e hijo) y
brinda soluciones concretas a las penosas situaciones invocadas para justificar
el aborto, estipulando, entre otros beneficios, un efectivo sistema de apoyo
médico, económico y psicológico a las mujeres que cursen embarazos conflictivos
y/o se encuentren en situación de riesgo”.
Y convocan a todos
aquellos que, como ellos, “están convencidos de que la defensa de la vida y de
la dignidad del hombre, en todas las etapas de su existencia, es esencial para
la subsistencia de nuestra condición humana y de nuestra sociedad patria”; y
los invitan “a trabajar con decisión y vigor para evitar, concretamente, que el
asesinato de un niño por nacer sea legal e impune en la Argentina ”.
Anexan y ratifican
finalmente lo expresado en su Declaración sobre aborto:
— “La citología, embriología, genética y
biología molecular modernas no dejan duda acerca de la verdad científica de que
el embrión humano es un ser humano desde su concepción. No tiene valor
científico la tesis pro-abortista de que el embrión (y luego el feto) es parte
del cuerpo de la mujer embarazada. En la concepción surge un nuevo individuo de
la especie humana, un ser humano distinto del padre y de la madre, único e
irrepetible, capaz de desarrollarse de un modo gradual, continuo y autónomo. El
embrión humano no es un ser humano en potencia, ya es un ser humano total,
aunque pequeño en tamaño”.
— “Todo ser humano también es persona
humana, tiene toda la dignidad propia de cualquier persona humana y sus
derechos inalienables, en especial el derecho a la vida”.
— “Existe el deber moral de respetar la vida
de todo ser humano, de toda persona humana inocente y en especial, el más
inocente: el embrión; por lo tanto el aborto, por ser la eliminación deliberada
de un ser humano inocente, es un crimen abominable”.
— “Dado que existe el deber moral de
respetar la vida humana, existe también el derecho humano a la vida. El Estado
está para cuidar y promover el bien común de la sociedad y para ello, ante
todo, debe defender los derechos humanos, en particular el derecho a la vida,
necesario para poder ejercer todos los demás derechos humanos. De aquí se
deduce que el Estado no puede permitir el aborto sin atentar gravemente contra
su propia razón de ser. Por lo tanto el Estado debe prohibir el aborto y
también debe penalizarlo adecuadamente”.
— “Nuestra fe sobrenatural nos impulsa a
reconocer a los niños no nacidos no sólo como animales racionales, sino también
como seres creados a imagen y semejanza de Dios, llamados a ser hijos de Dios,
fuente de toda razón y justicia. La
Palabra de Dios no se opone ni contradice la razón humana,
por el contrario, la afirma. El argumento de fe expuesto complementa y
perfecciona los argumentos expresados con anterioridad”.