NOTIVIDA, Año XIV, Nº 957, 18 de noviembre de
2014
LOS EMBRIONES EN LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL
El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos
Aires en reunión especial del 17 de Noviembre de 2014, expresa su rechazo a que
la Cámara de Diputados de la Nación siguiendo la línea de la “cultura de la
muerte”, haya aprobado con media sanción una ley que amplía los términos de la
ley Nº 26 862 de fertilización artificial, mal llamada de “Técnicas de
reproducción humana asistida” y de la ley Nº 26 994 que aprobó el nuevo Código
Civil, que en su Art. 9 se refiere a los embriones. En efecto, este nuevo
Código Civil expresa textualmente: “la protección del embrión no implantado
será objeto de una ley especial”.
Lamentablemente, los parlamentarios
argentinos por una mayoría abrumadora de 205 votos positivos y con sólo 11
honrosos y valientes votos negativos, dio media sanción a una ley que
justamente expresa lo opuesto y se refiere al destino de los embriones que no
se utilizan en la fertilización artificial.
La ley con media sanción aprobada, dice
textualmente que: “los embriones podrán ser manipulados, analizados,
seleccionados, donados, destinados a la investigación, criopreservados y cesada
su criopreservación”. Es decir, para esta ley, los embriones son “cosas” a las
que se puede tratar de cualquier manera e incluso destruir, congelar y después
de un tiempo, descongelar buscando su muerte.
Paradójicamente, para los legisladores que
aprobaron esta media sanción de la ley, “la protección del embrión” que indica
el nuevo Código Civil, es exactamente lo contrario: manipularlos o destruirlos.
El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos
Aires protesta en forma enfática por esta ley homicida que sigue la línea de
otras leyes y Reglamentos aprobados recientemente por legislaturas y
Ministerios de la Salud de la Nación y de las Provincias.
Destacamos que en los casos de fertilización
artificial, no es natural que la concepción de un nuevo ser se haga en un
laboratorio y no en la unión normal íntima de un hombre con una mujer en un
acto, que debe ser personalista y no utilitarista. Pero lo que transforma a ese
acto no natural, en una acción homicida, es que tratando de conseguir un niño,
siempre se provoca la muerte de gran número de embriones.
Por ello,
es importante destacar que los huevos y los embriones humanos deben ser
respetados y tratados ontológicamente como personas “en acto”, dignos del más
elemental y primero de los derechos personalísimos: el derecho a la vida.
Embriones que tienen además “en potencia”, el llegar a ser después de días,
semanas, meses o años, un niño, un joven o un adulto.
Expresamos lo anterior como médicos que hemos
jurado al graduarnos defender la vida y la salud de los pacientes. Como médicos
católicos, recordamos además a los legisladores que ya Moisés en el Éxodo (Cap
23) dice: “No te dejes arrastrar al mal por la muchedumbre” … y “No hagas morir
al inocente y al justo”. A su vez, Jesús en las “Bienaventuranzas habló de los
que lloran y de los perseguidos”. Los embriones en esta nueva ley, serán
perseguidos y asesinados premeditadamente con traición, alevosía y en banda.
Hace pocos días, el 15 de Noviembre de 2014
en una audiencia a los médicos católicos italianos el Papa Francisco, expresó:
“No es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema. … Y lo mismo
vale para la eutanasia”. Y agregó: ”Estamos viviendo un tiempo en el que se
experimenta mal con la vida. Se hacen hijos en cambio de aceptarlos como un
don. Se juega allí con la vida. Tengan cuidado que esto es un pecado contra el
creador. Contra Dios creador que ha creado las cosas”.
Finalmente: nuestra Constitución Nacional
expresa: “Dios es fuente de toda razón y justicia”.
Dr. Alejandro Martínez Wagner, Presidente
Dr. Antonio Catalán Pellet, Secretario
Dres. Hugo Obiglio y Carlos Ray, Consultores