Tiempo de revisar a la “ciencia” del invernadero
John O'Sullivan
Principia Scientific
International
Dado que el Panel de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático hizo un papelón con la publicación
de su Quinto Informe, a los políticos del mundo no les ha quedado ninguna duda
sobre el motivo. El escepticismo sobre el calentamiento antropogénico y las
dudas sobre la validez de la “ciencia” detrás de la teoría de los gases de
invernadero están en un máximo histórico.
¿La razón? A pesar de que los niveles
de dióxido de carbono (CO2) aumentaron un 40%, las temperaturas globales se
mantuvieron planas desde 1997. Ninguno de los modelos climáticos del IPCC
había previsto esto. De hecho, la teoría de los gases de invernadero, la piedra
basal de 30 años de alarmismo climático, declara de manera inequívoca que el
aumento del dióxido de carbono en la atmósfera provocará más calentamiento.
Pero la realidad contradice a la teoría.
El último informe del
IPCC se reduce ahora a conceder que la “variabilidad natural” juega una parte.
Esta admisión contradice otra de las piedras fundamentales del cimiento de su
tesis principal, que las causas naturales tienen poca o ninguna consecuencia.
Pero como hace mucho lo demostraron los “matadores” de la teoría, siempre
estuvo equivocada porque hizo demasiadas suposiciones dudosas incluyendo las
siguientes:
El sol brilla todo el
día y toda la noche con igual intensidad.
El intercambio de la
energía en el clima se enteramente por radiación.
La conducción, la
convección y la transferencia del calor latente no suceden.
Los parámetros del
flujo de energía son constantes y sin variabilidad.
Se ignoran a los
movimientos del aire, vientos, lluvias y huracanes.
El flujo de energía
está “equilibrado” siendo las entradas iguales a las salidas.
El caos fue abolido.
El cambio en el clima
está íntegramente causado por gases traza humanos emitidos a la atmósfera.
En este punto los
científicos honestos admitirían que la “teoría” parece estar desacreditada. Las
mentes racionales admitirían que es necesaria una mirada fresca a las críticas
y reconvenciones de los científicos disidentes. Tales científicos han
encontrado un punto de reunión en Principia Scientific International (PSI).
Para los que quieren
echar una mirada fresca a la ciencia PSI recomienda a los lectores comenzar
daño un vistazo a un estudio que abrió rumbos, de Gerlich y Tscheuschner
publicado en 2008. El 'paper' completo (revisado en 2009) puede hallarse aquí.
Pero como una introducción recomendamos la versión más resumida, aprobada por
Hans Schreuder que se encuentra aquí.
Para ir abriendo el
apetito de la curiosidad intelectual aquí están los párrafos finales del
resumen de G. & T.:
Desde ya el efecto
natural del invernadero es un mito sin ninguna realidad física. El efecto
invernadero del CO2, sin embargo, es un espejismo. La visión horrorosa de una
creciente nivel del mar, casquetes polares que se derriten, y desiertos que se
extienden en Norteamérica y Europa son consecuencias ficticias de mecanismos
físicos ficticios, que ni siquiera pueden verse en los cómputos de los modelos
del clima. La ocurrencia de tornados y huracanes no pueden predecirse mediante
los modelos climáticos porque todas estas desviaciones están descartadas.
“La principal
estrategia de los defensores modernos del gas invernadero CO2 parecen
esconderse detrás de más y más pseudo-explicaciones que no son parte de la
educación académica o del entrenamiento en física. Un buen ejemplo son los
cálculos del transporte de radiación, que probablemente no son conocidos por
muchos. Otro ejemplo son esos llamados mecanismos de realimentación que son
introducidos para amplificar un efecto que no es marginal sino que no existe en
absoluto. Evidentemente, los defensores de la tesis del invernadero del CO2 se
niegan a aceptar ningún cálculo reproducible como explicación y han recurrido a
cálculos irreproducibles.
“Un teórico físico
tiene que quejarse por una falta de transparencia aquí, y también tiene que
quejarse por un estilo de discusión científica donde los proponentes de la
tesis del invernadero afirman que la discusión está cerrada, y otros están
desacreditando argumentos justificados como una discusión de “Cuestiones de
ayer y del día antes de ayer”. En las ciencias exactas, en particular en la
física teórica, la discusión nunca se cierra y se continúa ad infinitum, aun si
existen pruebas o teoremas disponibles.
“Sin considerar al
campo específico de estudios, en las ciencias naturales debe cumplirse con una
regla bási-ca mínima, aun si los campos científicos están metodológicamente
separadas como la física y la meteorología: Por lo menos entre expertos, los
resultados y conclusiones deberían ser comprensibles o reproducibles. Y
de-bería distinguirse estrictamente entre una teoría y un modelo por un lado, y
entre un modelo y un escenario por el otro lado, como se clarifica en la
filosofía de la ciencia.
“Eso significa que si
las conclusiones de las simulaciones computadas tienen que ser más que simples
especu-laciones, entonces además del examen de la estabilidad numérica y la
estimación de los efectos de los muchos y vagos parámetros ingresados, por lo
menos las simplificaciones de las ecuaciones físicas originales deberían ser
expuestas críticamente.
“El punto discutido
aquí era responder la pregunta de si el supuesto efecto atmosférico tiene una
base física. Este no es el caso. En resumen, no existe un efecto invernadero
atmosférico, en particular el efecto invernadero del CO2, en la física teórica
y la termodinámica de la ingeniería. Por lo tanto, es ilegítimo deducir
predicciones que proporcionan una solución de consultoría para la economía y la
política intergubernamental".
Como el ex presidente
y cofundador del PSI, Dr. Tim Ball lo resumió esta semana:
"La ciencia del
IPCC asume que la temperatura tiene que aumentar si aumenta el CO2.” No lo
hizo. Como tal, el proceso del IPCC, su método y su ciencia son fracasos
completos.”
Fuente: Mitos y
Fraudes
Estrucplan, 4-10-13