Por Héctor GIULIANO
Con fecha 24.10.11 el Pontificio Consejo Justicia y Paz dio a conocer un documento titulado “Por una reforma del sistema financiero y monetario internacional en la prospectiva de una Autoridad Pública con competencia universal” (en adelante, el Documento).
En el mismo se hacen importantes aportes de Diagnóstico y Propuestas de Alternativa sobre el tema en cuestión.
El objeto de este breve trabajo - que es de carácter general y, por ende, no excluye la elaboración de otros referidos a subtemas específicos abarcados por dicho Documento – es formular algunas observaciones y comentarios personales sobre su contenido.
METODOLOGÍA.
El Documento plantea desde el comienzo que se trata de una reflexión sobre la actual crisis financiera internacional, que conlleva el análisis de sus causas y algunas propuestas de soluciones al respecto.
Dada la importancia de una manifestación directa de este tipo proveniente de un organismo oficial de la Iglesia frente a este grave problema de fondo vinculado con la realidad de nuestro tiempo, la iniciativa del Consejo es, en principio, positiva si bien – con todo el respeto que merece la autoridad del ente emisor – cabe recordar que se trata de un trabajo no relativo a cuestiones de Fe sino conceptuales dentro de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) y, más específicamente, en lo que hace al ámbito económico-financiero, por lo que se trata de textos de enseñanza pero también de materia opinable.
Y en este sentido cabe observar por lo menos tres cosas:
1. El Documento presenta cierta ambigüedad entre su carácter reflexivo y sus propuestas concretas de soluciones técnicas.
2. La Terminología utilizada – en línea con la semántica actualmente en uso - no aparece claramente definida, de modo que varios de los conceptos o palabras empleadas pueden dar lugar a interpretaciones muy diferentes (caso de Gobernanza, Autoridad Pública Mundial, Gobierno Mundial, Banco Central Mundial o Paz de Westfalia, por ejemplo).
3. Los Tiempos a los que se refiere el Documento son algo confusos porque, por un lado, se hace referencia a procesos de largo plazo cuyo inicio de discusión es de orden general y se plantea en el plano internacional pero, por otro, se efectúan propuestas técnicas concretas para el corto plazo.
En principio, no expresamos objeción acerca de esta forma de redacción del texto aunque la misma hace al armado del Documento y, consecuentemente, a la categoría o nivel del planteo que se realiza y al sentido de las ponencias que se formulan.
Hechas estas salvedades, pasamos a un balance del Documento, en cuanto a la evaluación de sus aspectos positivos y negativos o por lo menos cuestionables.
ASPECTOS POSITIVOS.
El Documento presenta toda una serie de conceptos que son claros y positivos por su carácter aleccionador o instructivo:
a) Que la grave Crisis Financiera del Mundo Actual se explica por la combinación de errores técnicos y responsabilidades morales.
b) Que el problema práctico de base subyace en la preponderancia y magnitud desproporcionada entre transacciones financieras y económico-comerciales: un extraordinario crecimiento de la brecha entre Economía y Finanzas.
c) Que el incremento de la liquidez mundial vía créditos bancarios que financiaron burbujas especulativas desde la Década del ´90 llevó a una generalizada Crisis de Solvencia.
d) Que las tendencias liberales predominantes, contrarias a la intervención y/o control del Estado, llevaron a la Crisis que afecta todo el Sistema Financiero Internacional.
e) Que la Crisis actual en la Económica Física o Real es consecuencia directa de esa Crisis Financiera.
f) Que la ideología utilitarista según la cual lo que es útil al individuo lleva al bien de la comunidad no es válida o automática: una refutación a la concepción liberal del supuesto que el Egoísmo individual conduce al desarrollo equilibrado de la Economía en su conjunto.
g) Que el rol de la Técnica y particularmente la Informática aplicada a la Economía y las Finanzas ha llevado a una Nueva Cuestión Social derivada de una Ideología de la Tecnocracia independiente de la Ética.
h) Que esa ausencia de Ética en materia económico-financiera se manifiesta en la codicia, el egoísmo y el acaparamiento, que están contrapuestos al principio de Solidaridad y al Bien Común.
i) Que esa misma falta de ética ha llevado a una Idolatría del Mercado, donde se estimula el Consumismo y la posesión de Bienes Materiales antes que los comportamientos morales.
j) Que es necesario ampliar el concepto de Bien Común del plano de las comunidades a la categoría de Bien Común Universal, tanto en su dimensión social – vinculada a Distribución equitativa del Ingreso y los problemas de la Pobreza – como en su dimensión inter-estatal, salvando las inequidades entre Países Desarrollados y Países Emergentes o en vías de Desarrollo.
k) Que para el buen funcionamiento de los Mercados y el logro del Bien Común Mundial es necesario aplicar el Principio Cristiano de Subsidiaridad.
l) Que, como regla general, es necesario aplicar criterios de Buen Gobierno tanto en el orden nacional como internacional.
m) Que las Instituciones de Bretton Woods – Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial – han fracasado y no garantizan hoy la estabilidad del Sistema Financiero Global.
n) Que, por ende, deviene necesario fijar nuevas reglas financieras a nivel internacional.
o) Que en la nueva organización de la Gobernanza internacional debe regir el Principio Representativo según el cual los Clubes informales (caso del Grupo de los 20) y los Países Desarrollados acepten la participación y la protección de los intereses económico-financieros de los Países en Desarrollo y Emergentes.
p) Que debe encararse la Reforma del Sistema Monetario Internacional y deben establecerse los controles globales pertinentes - especialmente en materia de cambios – para adecuarlos a debidos controles de capitales por medio de la Coordinación y la Supervisión.
q) Que se avale la creación de un Impuesto a las Transacciones Financieras – del tipo Tasa Tobin – para constituir un fondo de ayuda a los países con necesidades financieras (si bien existen proyectos disímiles en cuanto a su definición y operatoria).
r) Que del planteo del Documento surge claramente la contraposición del pensamiento de la Iglesia Católica con respecto al Capitalismo Liberal.
s) En suma, que tanto en materia económico-financiera nacional como internacional es necesario replantear las Relaciones entre Ética y Finanzas/Economía.
Hasta aquí los principales aspectos positivos desarrollados en el Documento, varios de los cuales se citan avalados por encíclicas y manifestaciones papales.
ASPECTOS NEGATIVOS.
Así como en este Documento se han señalado sus aspectos positivos o de avance dentro del marco de la Doctrina Social Católica existen otros, sin embargo, donde la falta de claridad expositiva, las omisiones relevantes y particularmente ciertas propuestas concretas devienen, en cambio, cuestionables.
Una característica común a la mayoría de estos puntos es que, a diferencia de los enunciados como Aspectos Positivos, en este caso los mismos no tocan a principios de la DSI sino prevalentemente a objeciones de carácter técnico-político que son materia de discusión y que, por lo mismo, pueden suponer un imprudente compromiso contradictorio en el marco de la Doctrina Social.
En este sentido es que se formulan las reservas que siguen:
a) Que el concepto de Globalización, en cuanto a su naturaleza y alcance, no esté claramente definido y que se proponga su aceptación como una suerte de realidad inevitable e independiente de su valoración ética.
b) Que la Iglesia – directa o indirectamente – aparezca proponiendo la creación de una imprecisa Autoridad Pública supra-nacional en materia económico-financiera.
c) Que se utilice la idea de Gobernanza – que debiera entenderse sólo como sinónimo de Buen Gobierno – sin diferenciarla de las posiciones sostenidas por los Organismos Multilaterales de Crédito al respecto, particularmente el Banco Mundial, que tiende a asimilar este concepto al proceso de adaptación de las estructuras del Estado a las exigencias del Liberalismo Económico. Y sin aclarar tampoco la asimilación o diferencia con las concepciones europeístas de Gobernanza.
d) Que en este marco de Gobernanza se proponga un Banco Central Mundial para regular el flujo de los intercambios monetarios cuando la función esencial de todo Banco Central es la emisión de Moneda.
e) Que el Documento omita referirse al problema de las Crisis de Deuda – y más específicamente al de las Deudas Públicas – que constituyen el común denominador del actual Sistema de Endeudamiento Perpetuo de los Estados sin capacidad de repago.
f) Que, como derivado del punto anterior, el Documento coloque su atención en los actores públicos – los Estados y los Organismos Internacionales – y soslaye el comportamiento de los grandes actores privados responsables y culpables de la Crisis Financiera Global, amparados precisamente por los intereses de las Grandes Potencias y los Entes Financieros Mundiales.
g) Que el Documento proponga la Recapitalización de los Bancos (“inclusive con fondos públicos”) cuando fueron y son precisamente los grandes bancos y fondos financieros los causantes de las Crisis de Deuda Externa y de los grandes desequilibrios financieros internacionales.
h) Que se soslaye el papel de los Paraísos Fiscales en el funcionamiento de los mecanismos de Corrupción Financiera Internacional.
i) Que se plantee – desde un Organismo de la Iglesia Católica - la instauración de una Autoridad Pública Mundial en materia económico-financiera y/o de un Banco Central Internacional; y que además se lo haga en forma ambivalente: dentro o fuera de las Instituciones de Bretton Woods y también dentro o fuera del ámbito de la Organización de las Naciones Unidas.
j) Que se haga una discutible referencia a la necesidad de superación de un “orden internacional westfaliano” cuando la Paz de Westfalia (1648) se toma como símbolo del nacimiento formal de los Estados-Nación Soberanos.
k) Que se proponga la idea de Bien Común Universal en base a la aceptación de hecho de un Mundo Globalizado y que se plantee para ello una transformación realizada al precio de una transferencia de parte de las competencias nacionales a una Autoridad Mundial y Autoridades Regionales.
l) Que se confundan los órdenes de razonamiento espiritual y temporal dentro de un documento de la Iglesia que se proyecta desde lo Financiero al plano de una Autoridad Mundial.
m) Que se altere así, en gran medida, la posición crítica tradicional de la Iglesia Católica frente al papel del Capital Financiero.
Esto último es particularmente importante en cuanto al orden de prelación de las encíclicas papales por encima de los documentos de cualquiera de los organismos del Vaticano.
La Encíclica Quadragesimo Anno, del Papa Pío XI (QA, de 1931) - uno de los principales textos papales relativos a las relaciones entre Economía, Finanzas y Estado - define claramente los grandes y graves problemas de fondo que vienen destruyendo el Orden Económico-Social Cristiano en el Mundo Moderno desde la época de su dictado y que se han acentuado exponencialmente en nuestro tiempo, pero que el Documento hoy soslaya y, en parte, incluso convalida.
En este campo, algunos de los planteos del Documento se encontrarían así fuertemente diferenciados del planteo tradicional de la Iglesia Católica.
La QA – que, como encíclica, es palabra del Papa de enseñanza en materias importantes y advertencia de errores ligados a la Fe – siguiendo los pasos de la Rerum Novarum de León XIII (1891) denunciaba los cambios económico-sociales producto de la Crisis Bursátil de 1929, derivada del accionar del Capitalismo Liberal a través de los grandes grupos financieros y los monopolios empresarios que destruyen la Libre Concurrencia y llevan a la Dictadura Económica.
La Encíclica denunciaba la Acumulación de Riqueza y la Tiranía Económica en manos de unos pocos (condena de la Concentración Económica) y el dominio más tiránico aún del Dinero sobre las Finanzas y el Crédito, controlando así la Economía (106).
Pío XI denunciaba en la QA (108) el proceso de acumulación de Riquezas y Poder que origina tres tipos de lucha: 1. La lucha por la hegemonía económica, 2. La lucha por el Poder Público (para obtener influencia en la Economía) y 3. La lucha entre los Estados para dirimir las pugnas por los intereses de sus grupos de poder económico-financiero.
La Encíclica Mater et Magistra, del Papa Juan XXIII (1961), cuando se refiere a los nuevos cambios en la Cuestión Social y a la Reforma del Orden Económico (35/40) se remite a la QA cuando reitera su condena a la Dictadura del Dinero, al camino del Lucro hacia el Poder, al problema de los poderes públicos subordinados a los grupos económicos poderosos y a la Tiranía del Dinero (36).
Todo este planteo de fondo, sin embargo, está hoy básicamente ausente en el Documento del Consejo Justicia y Paz pese a que en la actualidad las estructuras y los mecanismos de poder financiero que la QA y sus textos conexos denunciaban ya desde comienzos de la Década de 1930 no sólo no se han reducido sino, muy por el contrario, se han potenciado hasta niveles impensables.
En este sentido, los nuevos planteamientos actuales del Documento no están en línea con esta parte de la enseñanza de las encíclicas papales en materia de relaciones entre Finanzas/Economía y Ética Cristiana.
Hasta aquí las observaciones y comentarios personales sobre el Documento de la Comisión Justicia y Paz relativo a la posición de la Iglesia Católica frente a la Globalización y, más específicamente, a la Crisis Financiera Internacional.
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 13.11.11.