El país con menos abortos de la Unión Europea votará un histórico proyecto de ley en el que se consagraría la protección total de los niños en el vientre materno desde el momento de la concepción.
Para lograr la prohibición total del aborto por el Parlamento según el actual sistema legislativo polaco, los defensores de la iniciativa, la Fundación PRO de Varsovia, necesitaban juntar 100.000 firmas en tres meses y lograron conseguir en solo dos semanas 600.000 firmas. Los organizadores declararon que habían procurado que la noticia no se difundiera en el mundo de habla inglesa, para que el lobby pro aborto internacional no interfiriese el proceso.
La iniciativa popular a nivel nacional, iniciada por la Fundación PRO de Varsovia, y apoyada por los obispos del país y por un recién formado comité parlamentario pro-vida, logró, este jueves, una primera votación favorable a la propuesta en el ‘Sejm’ (la cámara baja) del Parlamento.
El aborto fue inicialmente impuesto en Polonia, pueblo profundamente católico, después de que los tanques militares de Hitler invadieron el país hace 70 años. Pero tras la desaparición de los nazis, vinieron sus sucesores soviéticos y su campaña estatal a favor del aborto a petición de la embarazada, que se mantuvo durante décadas.
“Este proyecto constituye una oportunidad para rechazar definitivamente la herencia del nazismo y del comunismo con que llegó el aborto a Polonia en primera instancia”, manifestó Jacek Sapa de la Fundación PRO. “Fueron Hitler y Stalin quienes impusieron esto a los polacos, y ya es hora de que nos separemos abiertamente de esas ideologías mortíferas”.
El estado actual del aborto
Desde que los comunistas fueron derrotados en 1989, Polonia se esfuerza en restaurar su herencia cultural y religiosa católica. Como parte de este proyecto, en 1993 el país aprobó una de las leyes de aborto más restrictivas de Occidente. Desde entonces la tasa de abortos cayó drásticamente: según las cifras del Ministerio de la Salud hubo una disminución desde los 82.000 abortos de 1989 a los cerca de 500 en 2008.
Según la legislación actual, sólo se puede practicar un aborto cuando se diagnostica al niño una deficiencia o enfermedad grave, cuando la madre tiene un problema de salud grave o cuando el embarazo se produjo como resultado de “un acto ilícito”.
Sin embargo los médicos abusan a menudo de la ley y de los supuestos despenalizados. Y aunque se supone que los abortos solamente pueden practicarse hasta llegar al punto de viabilidad, cerca de las 24 semanas, en la práctica los médicos dan fechas inexactas.
Además, a pesar de que se entendería que los embarazos como consecuencia de “actos ilícitos” se refieren a los casos de violación o incesto, la misma causal también es usada para referirse a los embarazos de adolescentes, con base en que la ley prohíbe la relación sexual con una persona menor de 15 años de edad.
Aunque los abortos en estos casos pueden practicarse sin que se imponga pena, lo que a menudo queda en el olvido es que, aun bajo la ley presente, el aborto es “ilegal” en cualquier caso en Polonia. La ley meramente dice que en los supuestos contemplados los abortos “no son punibles”.
Eliminando los supuestos de despenalización
El proyecto de ley de la Fundación PRO es el primer intento de institucionalizar una prohibición total del aborto, desde que la ley actual fue aprobada en 1993. El proyecto de ley eliminaría los tres supuestos de despenalización, y se aplicarían las penas vigentes en todos los casos.
Según la ley, los médicos que fueran arrestados en el momento en que practican los abortos ilícitos, se enfrentarían a penas de hasta 3 años de cárcel, o hasta 8 años si el niño era viable. Las mismas penas serían aplicables a toda persona que presione a una mujer para que aborte o que la ayude a realizarlo. La mujer no sería condenada.
El proyecto de ley ahora deberá ser enviado para su consideración por una comisión, y luego volverá al Sejm para una segunda votación, y luego una tercera. Sólo entonces se llevará al Senado para su debate y votación, y de ser aprobado, el presidente del país tendrá que decidir si pone su firma para que se convierta en ley. Si no la firma, el Parlamento tendrá que apoyar la medida legislativa con dos terceras partes de sus miembros, para poder anular el veto.
Sapa dijo que el proyecto de ley tiene posibilidad real de ser aprobada, y comentó además que el 90% de los parlamentarios son católicos, que tienen interés en manifestar que están a favor de la Iglesia. “Los políticos opuestos a esta ley pro-vida se arriesgan abiertamente a desafiar a la Iglesia y esto no los beneficia”, explicó.
“Los polacos constituyen todavía una nación católica, y con frecuencia los políticos procuran presentarse como católicos fieles durante las campañas electorales para ganar popularidad. Un voto a favor del aborto desmentiría su imagen pública de católico”, añadió.
Con el apoyo de los obispos
La Conferencia de obispos polacos realizó una campaña para obtener la aprobación del proyecto de ley mediante cartas enviadas a los líderes políticos, declaraciones públicas y esfuerzos para movilizar a los fieles para que hagan oración y difusión de la iniciativa.
En una carta firmada por monseñor Kazimierz Gorny, presidente del Consejo para la Familia, los obispos dijeron a los líderes políticos que “el destino de esta nación está en sus manos”. “Actúen de modo que cada niño concebido –sano o enfermo– cuente con el derecho a la vida, sin excepción, y sin que se vea amenazado por la ley que permita asesinarlo”, señalaron.
“Tenemos que detener esta oleada de matanzas en los hospitales polacos. Tenemos que elaborar una ley de tal forma en la que claramente se entienda que el derecho a la vida pertenece a cada niño, incluyendo a los niños enfermos”, dijo la semana pasada monseñor Stanislaw Gadecki, arzobispo de Poznan.
Movilizando a los líderes políticos pro-vida
Bogumil Lozinski, de Gosc Niedzielny, el principal periódico católico de la nación, dijo que la iniciativa popular movilizó no solamente al público en general, sino también a los líderes políticos pro-vida. “Uno de los mayores efectos de todo este debate es que se formó un grupo para la protección de la vida dentro del Parlamento”, señaló. “Los parlamentarios que la formaron dicen abiertamente que su meta principal es la de obtener la aprobación de este proyecto de ley y de animar a sus colegas para que voten a favor de él”.
Este comité parlamentario pro-vida cuenta con miembros de casi todos los partidos políticos, excepto de la Alianza Democrática de Izquierda que es pro-aborto y comunista. Uno de los miembros fundadores es Jacek Zalek del partido gobernante, la Plataforma Cívica.
“La defensa de la vida y la dignidad del pueblo es una obligación en cada sociedad, y no es sólo cuestión de religión”, escribió Zalek en el principal diario, Rzeczpospolita. “No hay que ser creyente para poder distinguir entre el bien y el mal. La afirmación del valor de la vida es el resultado de la ley natural, y va más allá de la competencia política entre los partidos”.
La decidida acción de los grupos pro-vida
Mariusz Dzierzawski, de la Fundación PRO, dijo que la campaña fue reforzada por un gran cambio cultural a favor de la vida producido en los últimos años, que hace que los polacos estén ahora fuertemente a favor de la plena protección para los concebidos. El cambio, afirmó, se debe a “los esfuerzos inexorables de los grupos pro-vida, que han organizado exposiciones, manifestaciones y otras campañas para formar al pueblo”.
Una encuesta realizada el 3 de junio mostró que los polacos están de acuerdo en que la ley “debe proteger incondicionalmente la vida de todos los niños desde su concepción”. Solamente el 23% apoyó los abortos en los casos en que los niños concebidos de 24 semanas o menos sean diagnosticados con “una enfermedad grave”.
De modo significativo, el 76% de los encuestados de edades entre 15 y 24 años querían una protección total para los concebidos. El nivel más bajo de apoyo estaba en el grupo de 55 a 70 años de edad, pero incluso en él había un 57% a favor de una protección total.
Jaroslaw Kniolek, de la Fundación PRO, comentó que esta generación de edad avanzada fue la que vivió bajo los comunistas, cuando el aborto estaba generalizado e impuesto por la cultura. “Los jóvenes, por otro lado, no solamente poseen el conocimiento de los datos sobre el aborto, sino que son unos ejemplos maravillosos, especialmente los jóvenes católicos, son ‘la generación de Juan Pablo II’”, dijo.
“Ahora contamos con una gran base social para un cambio en la ley, y vamos a cambiar la ley para que esté a favor de la vida”, dijo Dzierzawski. “Si no es este año, será en los años próximos”.+
Varsovia (Polonia), 8 Jul. 11 (AICA)