DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

MEDIA SANCIÓN PARA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL



NOTIVIDA, Año XIII, Nº 955, 12 de noviembre de 2014

Diputados aprobó y giró al Senado el proyecto del oficialismo que “operativiza” la ley 26.862 de “Técnicas de Reproducción Humana Asistida” y “complementa” lo dispuesto en el Código Civil recientemente promulgado. El proyecto obtuvo 205 votos positivos, 11 negativos y 6 abstenciones.

Por Mónica del Río

La Ley 26.994, de aprobación del Código Civil, dispone en la cláusula segunda del artículo 9° que “la protección del embrión no implantado será objeto de una ley especial”, lo que está mencionado en el primer artículo de este proyecto; pero los embriones podrán ser manipulados, analizados, seleccionados, donados, destinados a la investigación, criopreservados y “descartados” (o “cesada su crioconservación” conforme a la eufemística modificación introducida hoy en el artículo 12º).

Por eso se lee en los fundamentos de la disidencia parcial presentada por los diputados Bernardo Biella Calvet, Omar Duclós, Mario Fiad y María Gabriela Burgos: “la protección del embrión no implantado establecida en el artículo 1° no es más que otro título por el que se quiere implementar una política sanitaria que implique lo contrario a lo que se pretende legislar, es decir se está consagrando en realidad la desprotección del embrión no implantado”. Con otras palabras lo afirmaron también en sus disidencias parciales los diputados Graciela Boyadjian y Alberto Triaca, y en su disidencia total Juan Marcópulos.

Los diputados Berta Arenas, Ivana Bianchi y Agustín Portela presentaron un dictamen en minoría en el que afirman que: “el embrión es persona y, por lo tanto, sujeto de derechos desde la concepción. Esta se produce en el momento en que el espermatozoide humano penetra al óvulo femenino humano”.

El debate en el recinto
Andrea García (FpV, BsAs): la presidente de la Comisión de Salud actuó como miembro informante por lo que describió el proyecto. Aseguró que “la ley cubre un vació legislativo porque hace veinte años que esto se hace en Argentina”. Enfatizó que con esta ley se garantiza el “derecho a formar una familia”, “el derecho de toda persona a la maternidad y a la paternidad”. “Amplía derechos, prioriza derechos colectivos y evita asimetrías”, remató.

Ivana Bianchi (Compromiso Federal, San Luis): habló de la personalidad del embrión y afirmó que en las técnicas de reproducción artificial los pacientes son las parejas infértiles y también el embrión. Desde la fecundación, explicó, existe un individuo de la especie humana, un ser vivo con una información genética única e irrepetible. “No existe ningún salto cualitativo entre la concepción y la muerte”. Mencionó tratados internacionales de rango constitucional que protegen la vida desde la concepción. Alegó que en el proyecto del oficialismo se le niega al embrión su calidad de persona, “se lo manipula”, “se lo descarta”. “Con la selección embrionaria se va introduciendo una mentalidad eugenésica”. “El progreso de la técnica no justifica la experimentación con la vida humana”.

Agustín Portela (UCR, Ctes.): se hizo eco de las palabras de Bianchi. Recordó lo que el Código Civil menciona sobre el inicio de la vida y aludió a la Convención de los Derechos del Niño que taxativamente reconoce el derecho a la vida y tiene rango constitucional. Habló de un posible conflicto de intereses entre las parejas infértiles y los embriones concebidos in vitro, recordando que debe ser zanjado priorizando el “interés superior del niño”. “El proyecto cosifica al embrión”, dijo Portela y concluyó inquiriendo: este Estado que no puede controlar a las casas de cambio o las ventas a precios cuidados ¿podrá supervisar a las clínicas que hacen reproducción asistida?    

Mara Brawer (FpV, Cap.Fed.): “hoy cerramos el derecho a formar una familia”, “se cierra el circuito legislativo porque la ley sancionada en el 2013 sólo garantiza la cobertura”. Según Brawer el proyecto se rige por los principios de “igualdad y no discriminación”. Para la diputada oficialista “los embriones no son ni personas ni cosas” (sic). “Con esta técnica no se puede evitar que haya embriones sobrantes, se producen 4 ó 5 y se implantan 2”.

María del Carmen Bianchi (FpV, Cap.Fed.): “el fallo Artavia Murillo removió los obstáculos que encontraron los proyectos que presentamos con anterioridad”. Dijo que no se basaban sólo en sus convicciones, sino en las de los ciudadanos que la votaron. Remarcó que hace 25 años que estas prácticas se hacen en el país sin regulación. 
 
Araceli Ferreyra (FpV, Ctes.): una vez más hizo referencia al artículo 20° del Código Civil y aseguró que “la concepción ocurre dentro de embarazo”. “El ADN no es un bebé”. “Con esto terminamos con el mito de la maternidad como obligación, ahora la maternidad es un derecho”. “Se terminó el matrimonio eterno, la heterosexualidad obligatoria y las mujeres vistas como incubadoras”.

Mario Fiad (UCR, Jujuy): “todos deberíamos advertir la contradicción entre esta ley y el Código Civil”. “El Código dice que la persona comienza con la concepción y la ley descarta embriones”. Con acierto enfatizó: “la concepción es un momento, no un proceso”. “Estamos tratando de sobrevolar las contradicciones del Código Civil”. Dijo que esta norma no se animó a llamar a las cosas por su nombre y que estaban padeciendo, una vez más, el apresuramiento del oficialismo que no los quiere escuchar.    

Bernardo Biella Calvet (UDESO, Salta): estimó que la ley sólo le brinda a los embriones una protección temporal, que depende de la voluntad de los que prestaron el consentimiento para la práctica. Planteó vacíos que deja la ley, por ejemplo, “¿se podrá exportar embriones para que en otro país realicen las investigaciones?” “En el embrión hay vida y tiene derecho a que se reconozca su dignidad”, concluyó. 

Julio Cobos (UCR, Mza.): “estamos haciendo operativa la ley de fecundación asistida”. Estimó que es una buena ley y ponderó la capacidad de armonizar cuestiones científicas, bioéticas, legales y religiosas. Dijo que no hubieran tenido un debate así si el Senado no modificaba el art. 19° del Código Civil y anticipó que iban a acompañar la ley porque “no se puede limitar el avance de la ciencia”.

María Gabriela Burgos (UCR, Jujuy): comenzó diciendo que la ley es importante porque brinda solución a una problemática y siguió describiendo sus dudas: “si el embrión no es ni persona, ni cosa (como había dicho Brawer) ¿qué es?”, ¿qué status jurídico va a tener?  “El Código Civil dice que es persona desde la concepción, apoyo la ley pero me quedan dudas sobre lo que van a hacer con los embriones”. Con relación a la recurrente mención al fallo Artavia Murillo, bien explicó - basándose en el art. 68° del Pacto de San José de Costa Rica- que sólo afecta a Costa Rica que fue parte en el caso que resolvió la CIDH.  

Eduardo Santín (UCR, BsAs): “esta ley encaja en el derecho a la salud, la infertilidad es un problema a resolver”. “Se pone como tope al art. 19° del Código Civil, pero el Código es una ley más y nosotros estamos haciendo otra ley”. Según Santín no se puede comparar al embrión con una persona, “no puedo congelar a una persona”, ejemplificó. Dijo que “algunos ponen al embrión por encima del derecho de las personas a  tener un hijo”. Remató diciendo que “consolidaron el derecho a la paternidad”. 

José Manuel Cano (UCR, Tucumán): “los tratados internacionales de rango constitucional garantizan el derecho a la salud”. Hizo hincapié en las cuestiones económicas que impiden acceder a las técnicas y agregó: “estos temas forman parte de la deuda que tenemos  con la sociedad”. Elogió la movilización de las asociaciones que reclamaban la ley, mencionado en particular a la “marcha de los coches vacíos”. “Con esta ley el Estado garantiza las prácticas y elimina las barreras económicas”. “Estamos convencidos de que el Congreso salda una deuda con los que no cuentan con obra social o prepaga”.

Felipe Solá (FR, BsAs): habló en nombre del bloque del Frente Renovador aunque adelantó que iban a votar divididos por cuestiones de conciencia. Narró que los que se dedican a hacer fecundación artificial dicen que “hay vida desde que un embrión viable se afirma en el útero”. “La discusión es larga pero hay una necesidad cierta”. Anticipo que los vertiginosos cambios tecnológicos pueden ameritar otra ley en el corto plazo. Explicó que un embrión con alteraciones cromosómicas es desechado y que se descartan embriones que podrían terminar siendo viables. Concluyó reclamando una ley de adopción porque hay tres formas de tener hijos: naturalmente, por fecundación artificial o adoptando.   
 
Héctor Daer (Fr, BsAs): “teníamos que encontrar un marco normativo para un tema que se practicaba sin regulación”. Pidió que tuvieran presente lo que “esto significa para las parejas que no pueden concebir un hijo naturalmente”. “No es por la vía del amparo que tienen que conseguir que la prepaga o el estado les cubra las prácticas”.

Jorge Triaca (PRO, Cap.Fed.): habló de sus dos hijas concebidas in vitro, dijo que estaba dispuesto a adoptar si no tenían éxito con la práctica pero que “gracias a Dios y a la técnica” su esposa las había dado a luz. “Para los que creemos que la vida se inicia con la concepción estas técnicas generan incertidumbre”. Denunció que “el proyecto no es coherente cuando habla de la protección del embrión no implantado”,  invitó a sus pares a “rechazar la cultura del descarte” y agregó que su hija Esmeralda hoy no hubiera sido considerado un embrión viable. “Para nosotros el embrión humano es un ser humano y un médico no puede decidir su muerte”. “El embrión tiene derecho a nacer”.   
 
Pablo Tonelli (PRO, Cap.Fed.): “el proyecto nos pone frente a una de las decisiones más difíciles que tenemos que tenemos que adoptar como legisladores porque estamos hablando de la vida”. Aclaró que no es creyente pero estima que la vida comienza con la concepción y que por eso hay previsiones de la ley que no lo dejan satisfecho. Dijo que había pensado mucho en las familias que necesitan de la técnica y que finalmente las iba a privilegiar aunque la ley no le da tranquilidad respecto a la protección de los embriones.  

Sergio Bergman (PRO, Cap.Fed.): “esta cámara es ‘honorable’ y debería tratar los temas con otros tiempos”. Aunque estimó que todos estaban de acuerdo con la fecundación artificial pidió que no haya más improvisaciones. Afirmó que no hubo un debate serio y profundo. “Es un problema de ciencia sin conciencia”.

María Virginia Linares (GEN, BsAs): anticipó que acompañaba el proyecto del oficialismo. Refirió que si podían dar esa discusión era porque “gracias a Dios” en el 78 se logró el primer embarazo por fecundación artificial y que a partir de los 80 se comenzó con la estimulación ovárica lo que produjo embarazos múltiples, que desde 1983 se evitaron con la crioconservación. Dijo que la ley cumplía con todos los requisitos del Código de Ética de la Sociedad Argentina de Reproducción Asistida y con los principios de la bioética: autonomía, justicia y beneficencia. Para Linares “un embrión humano puede dar origen a una persona”. Terminó diciendo: “no podemos anteponer convicciones éticas o religiosas porque legislamos para todos”. 

Elisa Carrió (CC, Cap.Fed.): “estamos discutiendo técnicas y la técnica es neutral puede servir para lo mejor o para lo peor”. Según Lilita no se puede hablar del embrión como persona porque desde el punto de vista espiritual no se sabe cuándo es persona, “pero en todo embrión congelado hay una posibilidad de vida”.  “El problema es el descarte y el poder de decisión sobre el descarte que se lo damos a una burocracia que va a hacer la reglamentación tras hablar con los laboratorios”. Mencionó que está a favor de la técnica pero manifestó preocupación por los grandes negocios que puede disparar una ley que no contempla pena criminal para los infractores. “Se van a vender embriones como se venden hijos aunque está prohibido”.  
 
Berta Arenas (Compromiso Federal, San Luis): contó que es médica y que hizo su carrera en la salud pública. “La salud reproductiva ocupa un lugar muy importante en la salud pública pero a esta ley me voy a oponer”. “Las más de las consultas en el área de la salud pública provienen de los embarazos de riesgo”. Arenas aseguró que muchas de las causas de infertilidad son prevenibles y que si se trabajara sobre eso desde temprana edad el porcentaje de infertilidad sería bajísimo. “No podemos legislar con tantas dudas”. Dijo que el mercado estaba preparado para hacer sus ofertas pero “nunca hablan de los resultados”. Anticipó el voto negativo de Compromiso Federal, pero su compañero de bloque Fernando Salino aclaró que tenían libertad de conciencia y él iba a vota a favor. 
  
Alicia Comelli (MPN): “nuestra obligación es dar una respuesta desde el derecho”. Para Comelli la anidación es un hito muy importante para hablar de la presencia de un nuevo ser. “Con esta ley garantizamos la igualdad y la no discriminación para acceder a una familia”.

Pablo López (FIT, Salta): dijo que la ley se logró con la lucha de los trabajadores que no pueden acceder a la técnica. Se quejó de la redacción porque, según López, deja abierta la posibilidad a que alguna obra social se niegue a las prácticas ya que el art. 1º dice que complementa al Código Civil y el Código afirma, “por presión de la Iglesia Católica”, que el embrión es persona. Para el diputado del Frente de Izquierda el Código Civil es “reaccionario” y le pone obstáculos al proyecto de la “Campaña por el Derecho al Aborto”.   
   
Juan Schiaretti (Unión por Córdoba): “es indudable que hay que legislar sobre reproducción asistida porque es una técnica que se viene usando pero no es reconocida por las obras sociales, pero esta ley está plagada de contradicciones”. El diputado delasotista anticipó que su bloque se iba a abstener porque no podían votar una ley con esa redacción.  

Carlos Brown (FE, BsAs): comenzó diciendo que iba a votar favorablemente y después hizo propias todas las críticas del Episcopado en su reciente declaración “La vida humana no es descartable”.


Ramona Pucheta (Frente por la Inclusión Social, BsAs): la última oradora se limitó a decir que “acompaña totalmente el proyecto de la mayoría”.