Las
riquezas, todas, vengan de donde vengan, están sometidas al bien común, son
para el sustento de todos los hijos de Dios (Juan Pablo II, LE 14; Gaudium et
Spes 69). El actual Papa solo está actualizando esta doctrina constante de la
Iglesia
Bernardo Pérez Andreo
La Opinión de Murcia,
02.05.2020
La famosa y tan mal
interpretada frase del Evangelio «Dad al César lo que es del César y a Dios lo
que es de Dios», ha vuelto a ser utilizada estos días contra el papa Francisco
por parte de un sector que se llama católico, pero que solo respeta las
manifestaciones del Papa cuando son de su agrado, que en este pontificado es en
muy contadas ocasiones. Esta vez ha sido a cuenta del apoyo del Papa a una
renta universal para cubrir las necesidades de todas las personas.
El pensamiento del Papa
sobre este tema ha sido manifestado en diversas ocasiones con anterioridad,
pero ahora coincide con la apuesta que Unidas Podemos realiza dentro del
Gobierno de coalición por una renta mínima garantizada para quienes no dispongan
de medios de subsistencia. Esto ha sido lo que más ha molestado entre estos
sectores integristas vinculados con un partido político extremista. Creen que
esta manifestación del pontífice se entromete en asuntos políticos locales y
usan la tan manida frase evangélica contra él, sin tener pajorera idea de qué
significa y cómo ha de ser interpretada.
Más allá de que la
aplicación de una renta básica para la subsistencia de los seres humanos está
recogida, con otra denominación, en la Doctrina Social de la Iglesia (véanse
los números 302 y 303 del Compendio de Doctrina Social), y de que estaría en lo
esencial de acuerdo con el núcleo del Evangelio, esta manifestación del Papa
caería completamente bajo la intención que expresa Jesús en el dicho famoso. El
problema es que hasta ahora no se ha extendido la interpretación correcta del
mismo. Para comprender cualquier dicho evangélico hay que conocer el contexto
literario y el histórico.
Haciendo un apretado resumen
diremos que a Jesús lo quieren coger con una trampa: ¿es lícito pagar
impuestos? Si la respuesta es negativa, los romanos se le echarán encima por
subversivo; si es positiva, lo acusarán de mal judío por apoyar la dominación
extranjera. Jesús saca el debate de ese contexto y lo introduce en otro: ¿a quién
debemos obediencia, a Dios o al César? La respuesta de Jesús, lejos de separar
los ámbitos, los mezcla aún más. La traducción correcta es «devolved al César
lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», es decir, no deis al César lo
que es de Dios. De Dios es la libertad, la justicia y la misericordia. ¿Las
monedas son del César? para el César; pero nuestro ser íntimo, personal y
social es de Dios. Aunque nos obliguen a pagar, no nos sometemos.
La respuesta de Jesús es
inteligente. No cae en la trampa, pero deja claro que no podemos colaborar con
la opresión del Imperio. Trasladado a hoy: aplicar una renta básica para suplir
las necesidades es romper con la lógica de explotación de las personas y la
naturaleza. Las riquezas, todas, vengan de donde vengan, están sometidas al
bien común, son para el sustento de todos los hijos de Dios (Juan Pablo II, LE
14; Gaudium et Spes 69). El actual Papa solo está actualizando esta doctrina
constante de la Iglesia.