PREPARA LEYES PARA LA
POST-PANDEMIA
Por Mónica del Río
NOTIVIDA, Año XX, Nº 1196,
26 de mayo de 2020
El 15 de mayo entró en el
Senado un proyecto de ley (S-0939/2020) de la puntana María Eugenia Catalfamo
que intenta modificar la Ley Nº 23.592, Antidiscriminatoria, para incluir la no
discriminación por “orientación sexual o identidad de género”. A pesar de la
cuarentena el expediente recogió en la última semana la adhesión virtual de
varios senadores oficialistas: Inés Blas (Catamarca), Matías Rodríguez (T.del
Fuego), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), Roberto Mirabella (Sta.Fe) y María
Inés Pilatti Vergara (Chaco).
El proyecto añade la
modificación del Código Penal para agravar las penas de los delitos cometidos
en el marco de esos pretextos discriminatorios.
El Plan Nacional contra la
Discriminación que el presidente Néstor Kirchner aprobó con el Decreto 1086 del
2005 plasmó de algún modo el Plan del kirchnerismo en materia de Familia y
Vida.
Muchos
de los puntos de ese Plan estaban ligados a la promoción del estilo de vida
homosexual y, en general, ya los consiguieron, sólo uno quedó pendiente, el que
el lobby gay considera fundamental y puso en primer lugar, incluir en la Ley
Antidiscriminatoria la no discriminación por orientación sexual e identidad de
género.
Como los mismos activistas
remarcan, Argentina ha hecho un camino distinto al de otros países en la
consecución de esos objetivos. Lo usual es que primero consigan incorporar la
no discriminación por género u orientación sexual y que de allí se desgaje todo
lo demás, pero en nuestro país ya lograron “matrimonio igualitario”, “identidad
de género” y un largo etcétera al que le añadieron la semana pasada la adhesión
de la provincia de Tucumán a la Ley Micaela que obliga a capacitarse en género
a los miembros de los tres poderes del Estado. La norma rige ahora en todas las
provincias.
Aun así, todavía hay
docentes que enseñan que la unión de personas del mismo sexo no es un
matrimonio, aunque el Ministerio de Educación -so pretexto de la cuarentena-
imprima y distribuya los cuadernillos del programa “Seguimos Educando” en las
24 jurisdicciones educativas del país. Hay padres de familia que intentan
seguir educando en el pudor, aunque el Ministerio de Salud recomiende
reemplazar el sexo ocasional con el consumo de pornografía y la masturbación,
para mantener el distanciamiento social.
A
la policía del pensamiento único sólo le falta una herramienta de persecución
que amedrente y castigue a los que osan disentir. Una ley que les permita -como
advertimos desde hace más de 15 años- penalizar, incluso, la enseñanza del
catecismo (Vid Notivida 194). Recordemos que más de un obispo argentino ha
tenido que explicar ante el INADI que las expresiones por las que lo habían
denunciado “no eran otra cosa que la divulgación de la doctrina de la Iglesia
Católica”.
Dice Catalfamo en los
fundamentos de su proyecto:
“Cuando la Federación
Argentina LGBT (FALGBT) lanzó la campaña por el matrimonio igualitario lo que
se puso sobre la mesa no era, apenas, una disputa por el derecho a casarse,
sino la oportunidad de producir un cambio radical en la percepción social sobre
la homosexualidad y otras diversidades de índole sexual; un cambio cultural que
también transformaría, como consecuencia, las relaciones sociales…”.
“Tal es así, que dos años
después se sancionó la ley 26743 garantizando el derecho a la igualdad de
género. Fue tal la batalla cultural que, finalmente, se obtuvo como resultado
que el mundo pudiera ver la imagen de la entonces presidenta, Dra. Cristina
Fernández de Kirchner, entregando a un grupo de travestis y transexuales sus
nuevos documentos de identidad en la Casa de Gobierno de la Nación y pidiendo
perdón en nombre del Estado Argentino”.
“En ese mismo orden de
ideas, el pasado 4 marzo del corriente año, el presidente de la Nación, Dr.
Alberto A. Fernández, encabezó un acto de apertura por la Semana de la Mujer
Trabajadora en el Centro Cultural Kirchner y en su alocución expresó”:
“¡Qué
locura esta sociedad! Hacerle padecer a la gente del género que es. ¿Por qué
hicimos padecer ese daño a tanta gente? Por qué pensar que hay solo dos géneros
definidos si la realidad dice otra cosa”.
“¡Qué
sociedad tan injusta que fuimos! Porque a cuántas, cuántos y cuántes hicimos
padecer inútilmente…Eso es lo que no nos debemos perdonar.”