Por Carlos Alvarez Cozzi (1)
El desvarío de la
sociedad desvinculada postmoderna (2) actual puede sin
dudas llegar a límites insospechados, pero los que se están dando como
consecuencia de la ideología de género, realmente se han “salido de madre” como
dicen los españoles.
Y si no le pedimos
al lector que en su computadora, ponga este link y vea el video recogido por la
web religiónenlibertad.com (3)
Los entrevistados
no son personas ignorantes ni carenciadas, incultas, sino por el contrario se
trata de estudiantes de la Universidad de Washington, Estados Unidos de
América.
Allí quien pregunta
va llevando con habilidad el tema para que los entrevistados comprendan
efectivamente que existe una realidad objetiva a la persona, que no puede ni
debe sustituirse con un voluntarismo buenista que haga aceptar que si quien
pregunta que es hombre, blanco y de talla mediana pueda ser efectivamente una
mujer, de otra raza y de talla superior a la que realmente se le aprecia.
Por lo grotesco, el
video demuestra a que punto de desvarío se puede llegar por quienes profesan la
ideología de género, estrella máxima del relativismo por estas épocas!!!
Justamente ese el
punto de quiebre de la pretensa seriedad de esa ideología. Porque, en temas
opinables, que se pueda afirmar A o B, cuando la observación de la realidad no es
incuestionable es un punto. Ahora, como cuando en el video citado se le muestra
a la persona que debe contestar que quien pregunta es notoriamente un ser
humano de sexo masculino, de raza blanca y de talla mediana, sólo quien esté
absolutamente ideologizado y sea parcial a la ideología que referimos puede
llegar, no sin dudas en algunos casos, a admitir que lo que está apreciando
ante sí no es lo que está viendo.
Adviértase que no
se le interrogó si la persona que le preguntaba micrófono en mano era hetero u
homosexual, sino si era varón o mujer. Y en lo demás más claramente no podía
haber duda alguna: en el color de piel y en la talla. Sin embargo todos terminaron
diciendo que si el cronista se considerba una mujer de otra raza y de gran
talla era posible porque simplemente él lo quería.
Así queda
patentizada la aberración de una ideología que ignora la realidad, simplemente
la manipula al servicio de sus fines.
Esa forma de ver la
realidad y el mundo, es patética, porque nos preguntamos, qué diferencia hay
que mañana quien escribe este artículo, jurista de profesión, por sí y ante sí
afirme que es médico cirujano y entre a un quirófano y exija realizar una
intervención quirúrjica a un paciente o afirme, con similar talante que es
piloto aviador comercial y pretenda guiar un avión en un vuelo transatlántico? Poniendo
en ambos casos la vida humana en forma incuestionable!!! La respuesta es clara:
absolutamente ninguna.
Entonces, hay que
denunciar clara y fuertemente este dislate del pensamiento humano que puede
llevanos a terribles desgracias, como ya efectivamente está sucediendo.
Una mujer que al
quedar embarazada y saber que esperaría un varón decidió abortarlo porque
consideró al feto un “injusto agresor”, simplemente por ser varón.
O una pareja de
lesbianas que habiendo adoptado legalmente a un niño lo criaron como una niña
causándole tremendos daños sicologicos al chico que lo llevaron al suicidio. O
niños que han solicitado operaciones transexuales por la presión que sus padres
ejercían sobre su identidad sexual. O pedidos de niños en Bélgica para que se
les practique el suicidio asistido sin conocimiento siquiera de sus padres.
A todos estos
desvaríos lleva este tipo de relativismo ético, recogido por algunas
legislaciones como las aprobadas entre otros en Holanda y Bélgica.
Denunciar ésto se
considera “políticamente incorrecto” por el temor a las represalias que caen
sobre los que se animan a hacerlo. Pero alguien tiene que advertir estos
dislates antes que sea demasiado tarde. El jurista que firma este artículo lo
ha hecho y está dispuesto a seguirlo haciendo por una razón de bien común
elemental, que no es necesario explicitar más, porque surge pura y diáfanamente
de lo expuesto. Y que no se diga que se trata del derecho a la libertad de
expresión de los demás, de una censura al mismo. Se trata solamente de apreciar
la realidad objetiva, que existe, y evitar que estando a un paso del
despeñadero... nos hagan dar un paso adelante.
--------------------------------------------------
(1)
Jusinternacionalista
uruguayo experto en Bioderecho.
(2)
“La sociedad
desvinculada”, Josep Miró, 2014.