DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

EL PFNU BUSCA LA BENDICIÓN DE PARTE DE LÍDERES RELIGIOSOS MÁS SECULARES DEL MUNDO

Rebecca Oas, Ph.D  


 4 de Agosto 2016 (C-Fam)

 Por muchos años la dirigencia de el FPNU ha considerado que la religión es una de las más grandes barreras al disfrute de los “derechos sexuales”. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) se ha aliado con la Iglesia de Suecia para convencer a los líderes religiosos para que acepten el aborto, la contracepción y la autonomía sexual de los niños.

Una actividad conjunta reciente, desarrollada en Suecia, que llevó el nombre de “Mujer, Fe y Derechos Humanos”, estuvo ostensiblemente dirigida a probar que no hay incompatibilidad entre fe y derechos humanos. Una mirada más detenida revela profundas líneas de fractura entre la religión como es practicada por la mayoría de los creyentes del mundo y los derechos humanos tal como son interpretados por las agencias de las Naciones Unidas.

Un informe del evento fue co-publicado con el FPNU por la Iglesia de Suecia, una denominación luterana con base en uno de los países menos religiosos del mundo, donde menos de un décimo de sus miembros asiste a los servicios religiosos, una vez al mes.

La Iglesia de Suecia, que celebra matrimonios homosexuales y apoya el aborto legal, publicó una declaración de posición favorable a los derechos sexuales y reproductivos (DSR). Este término, apoyado por el FPNU, no disfruta de consenso en las Naciones Unidas debido a inquietudes fundadas en que estos derechos incluyen el aborto y la homosexualidad.

La amplia mayoría de la gente del mundo se identifica como religiosa, pero en muchos países en vías de desarrollo, organizaciones de tipo religioso son las más grandes proveedoras de servicio de salud de calidad.

El FPNU frecuentemente se alía con líderes religiosos que apoyan sus objetivos—a veces oponiéndose a la enseñanza de su propia religión. En el 2009, el FPNU unió fuerzas con el grupo pro-aborto Católicos por el Derecho a Decidir, un grupo disidente que no provee ningún servicio de salud, a diferencia de un sinnúmero de organizaciones católicas que proveen servicio de salud gratuito a los más pobres del mundo.

El informe del FPNU fue extraído de un documento más largo, que contiene más detalle de la discusión en temas como el aborto, ausentes de la versión recortada.

Entre los participantes de la conferencia sueca que ofrecieron sus conocimientos sobre la doctrina católica, la profesora escocesa Julie Clague, finalizó su crítica a la Iglesia con este llamado: “Un fuerte fomento es necesario para presionar para un cambio.”  La hermana Dominica sueca Madeleine Fredell comenzó por manifestar su convencimiento de que no necesita aceptar toda la doctrina católica, y expresó también su disconformidad con que el entonces en curso Sínodo sobre la Familia no parecía estar moviéndose hacia una mayor aceptación de la homosexualidad. El Protestantismo Evangélico casi no es mencionado en el informe.

El FPNU sufrió un importante revés cuando en 1994 una coalición de líderes religiosos guiados por el Papa Juan Pablo II y varios países repelieron el intento de crear un derecho al aborto en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo del Cairo.

‘Hay algunas voces que están activamente desafiando la agenda en materia de derechos de las Naciones Unidas” dice el nuevo informe. “Entre éstos están aquellos que exigen que Naciones Unidas adopte el concepto de “familia tradicional”. Esto crea tensión entre la noción del FPNU sobre la “agenda de las Naciones Unidas en materia de derechos” y las recientes múltiples resoluciones del Consejo de los Derechos Humanos apoyando a la familia tradicional.


La familia es así mismo descripta como “elemento natural y fundamental de la sociedad” en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, declaración que es lo más cercano que tiene el sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas a un texto sagrado.