Drogas: ahora se interna el doble de adictos que hace
10 años
Valeria Román
Clarín, 26-6-16
Durante los últimos 10 años, se duplicaron los
subsidios para cobertura de internaciones para personas con adicción a drogas
en la Argentina. Con esos subsidios, que implican un total de 108 millones de
pesos para este año, los usuarios de drogas están en clínicas o en comunidades
cerradas y en abstinencia. Sin embargo, hay polémica por el tipo de tratamiento
que se promueve desde el Estado. Desde las Naciones Unidas y la Asociación
Toxicológica Argentina le están recomendando que impulse también una política
de reducción de riesgos y daños, que tiene eficacia científica comprobada para
cuidar la salud de las personas que no pueden dejar de consumir y se eviten más
enfermedades, como la infección por hepatitis C y el virus del sida, y muertes.
Según informó a Clarín Roberto Moro, el titular del
organismo público a cargo de la lucha contra la drogadicción (la Sedronar), “la
reducción de daños es una recomendación desde una mirada muy limitada. No es la
gran estrategia”, y especificó qué quiere hacer durante su gestión: “Vamos a
priorizar el trabajo en prevención, para trabajar en la educación y el deporte
desde el jardín de infantes en adelante. Hasta los 8 años, se trabajará con
juegos y cuentos para reafirmar la personalidad de los chicos. A partir de los
12 años, se buscará desarrollar una prevención más específica, por la cual se
hablará sobre las sustancias ilícitas que pueden producir adicción”.
Para las personas que consumen ocasionalmente drogas o
padecen dependencia, Moro sostuvo que están realizando 11 pruebas pilotos, con
profesionales que pueden indicar el tratamiento. Informó que se están
subsidiando 1.400 internaciones este año, y eran 590 en 2006.
El funcionario no
contempla incluir una política de reducción de daños, que fue recomendada por
el último informe de las Naciones Unidas, que se dio a conocer la semana
pasada. En ese reporte se sostiene: “Las intervenciones para reducir la demanda
de drogas son eficaces si se basan en medidas de eficacia demostrada, como las
orientadas a minimizar las consecuencias adversas del uso indebido de drogas en
los ámbitos social y de la salud pública, entre las que figuran programas
adecuados de distribución de agujas y jeringuillas, la terapia de sustitución
de opiáceos, la terapia antirretroviral y otras intervenciones pertinentes
destinadas a prevenir la transmisión del VIH, la hepatitis viral y otras
enfermedades de transmisión sanguínea relacionadas con el consumo de drogas.
En
cambio, el internamiento obligatorio en centros de tratamiento del abuso de
drogas con frecuencia dificulta la ya problemática vida de las personas que
consumen drogas y las que sufren drogadependencia, en particular las más
jóvenes y vulnerables”. Hoy, es el Día Internacional dedicado a la lucha contra
el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas. Se busca que se deje de
estigmatizar a los consumidores.
En el país, crecen las voces a favor de las medidas de
reducción de daño. En un ateneo de la Asociación Toxicológica Argentina, se
trató su beneficio. Empezaron en los años setenta en Holanda y luego en
Inglaterra. “Al principio la intervención de reducción de daños se usó para dar
las jeringas a los usuarios y así evitar que compartieran las inyecciones y
adquirieran infecciones como la hepatitis C y VIH”, recordó la toxicóloga
Silvia Cortese.
“El Estado debería incorporar las medidas de reducción de daño
para evitar más muertes, como las 5 que ocurrieron durante la tragedia de Costa
Salguero. En fiestas electrónicas se podría garantizar la hidratación, espacios
de descanso, y hacer análisis de las sustancias. Hay pruebas científicas de que
la reducción de daños es eficaz”, dijo Graciela Touzé, de Intercambios
Asociación Civil. En tanto, Carlos Damin, el único argentino de la Red
Científica Internacional de la Comisión de Drogas de Naciones Unidas, también
opinó: “El Estado debería establecer una política de prevención y promoción de
la salud, y la reducción de daños debería incorporarse para evitar que se
mueran los que no pueden dejar de consumir”.
En el Hospital Fernández de
Capital, ya tratan a los consumidores de opiáceos con el fármaco legal
metadona. Es una terapia de sustitución y está demostrado que los pacientes
tienen menores tasas de mortalidad que los que abandonan el tratamiento
convencional.