Urgente24,
17-3-16
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El
arzobispo de La Plata, Monseñor Rubén Aguer, se diferenció nuevamente del
papado, encabezado por Jorge Mario Bergoglio (Francisco I) al señalar que en el
país “ha reinado el consumismo, alentado desde arriba como una ilusión” y
señaló que eso es un “problema político” pero “sobre todo es un problema moral,
ético, de visión de la vida, de manera de encararla”.
En ese
sentido, apuntó que “comprar lo que no se necesita con la plata que no se
tiene” era “lo que ha ocurrido en los últimos años en la Argentina donde ha
habido un show de compras, pues parece que en los últimos años era fácil
comprar”.
“Parecería
que era barato comprar con créditos infinitos o con subsidios”, sostuvo el
prelado y consideró que esa conducta expresa “un efecto de teorías y decisiones
macroeconómicas, y es que se ha identificado equivocadamente el desarrollo
auténtico con el crecimiento y con un crecimiento basado en el consumo y un
consumo subsidiado por el Estado”.
Por
eso, desde su programa matinal en Canal 9 alertó que “es lógico que, ahora, el
Estado no tenga ni un mango partido por la mitad y llegamos a esta situación
que vamos a tener que enfrentar”.
“El
problema es que hemos adquirido el hábito del consumismo. Nos va a doler
terriblemente la abstinencia de las compras, el cuidar la energía tratando de
no dejar luces innecesariamente encendidas y tantas otras cosas que tenemos que
moderar porque los bolsillos no nos dan”, añadió.
En ese
marco, señaló que “la solución no son los planes, no son los subsidios, sino
que la cuestión de un trabajo genuino tiene que ver con un país que funciona
plenamente y no con un Estado que se mete en todo y se acostumbra a la
autofagia, a comerse a sí mismo sacando plata a todas sus instituciones y
dándole a la maquinita de imprimir papeles que cada vez valen menos”.
“Cuando
se rompen los platos siempre hay que preguntar quién los paga, y ¿quién los
paga? Lamentablemente siempre pagan más los más pobres”, alertó.
Aguer
sostuvo que en Argentina “hay platos que se rompieron, muchos platos rotos que
vamos a tener que pagar todos -más los pobres, insisto- porque nos hemos
acostumbrado mal. ¿Cómo se recomponen todas estas cosas? No se recomponen
fácilmente. Cada tantos años la Argentina tiene estos problemas; los llamamos
crisis, que se repiten periódicamente sin que aprendamos”.