Los mayores de 18 años serán donantes de órganos,
salvo que se hayan opuesto
Fabiola Czubaj
La Nación, 5 de julio de 2018
Por unanimidad, la Cámara de Diputados sancionó ayer
la nueva ley de trasplante. De pie, los legisladores aplaudieron al final de
una sesión cargada de discursos emotivos. En el recinto, siguieron el debate
los padres de Justina Lo Cane, la chica de 12 años que murió el año pasado a la
espera de un corazón.
El texto, que reemplaza la ley 24.193 y que el Senado
había aprobado el 30 de mayo, ayer no tuvo cambios. Los especialistas coinciden
en que moderniza y agiliza el sistema de procuración, ablación y trasplante de
órganos y tejidos .
Promueve la autosuficiencia del sistema. La nueva
norma establece que todos los mayores de 18 años son donantes, salvo que hayan
manifestado su voluntad de no serlo. La ley anterior obligaba a los
profesionales a cargo de la procuración a consultar a la familia sobre la voluntad
del presunto donante. A partir de ahora, si la persona no expresó su negativa,
el médico deberá verificar la voluntad según un protocolo que definirá la
reglamentación de la ley.
"La ablación de órganos puede realizarse sobre
toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de su
oposición a que después de su muerte se realice la extracción de sus órganos o
tejidos", se lee en el artículo 33 de la flamante ley. Y agrega que, en el
caso de no encontrarse esa manifestación en un registro del Instituto Nacional
Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), "el
profesional a cargo del proceso de donación debe verificar la misma conforme lo
determine la reglamentación".
Al eliminar el artículo 21 de la ley derogada, los
familiares hasta el cuarto grado de consanguineidad ya no deberán dar
testimonio de la voluntad sobre la ablación de órganos o tejidos del potencial
donante en el caso de muerte natural. Eso se consideraba un consentimiento
presunto atenuado. Con el cambio, dependerá de la reglamentación del artículo
33 si se mantiene ese enfoque o se avanza hacia la figura de un donante
presunto "duro".
Cómo cambia el trámite de donación de órganos tras la
Ley Justina 4:30
Ayer, desde el Incucai aclararon al respecto ante la
consulta de LA NACION que "se convocará a todas las organizaciones y
sociedades científicas relacionadas con la donación y el trasplante de órganos
y tejidos para que la reglamentación sea lo más efectiva y eficiente
posible".
En el caso de los chicos y los adolescentes, la nueva
norma determina que bastará la autorización de ambos padres o del que esté
presente o el representante legal para proceder a la donación. Pero "la
oposición de uno de los padres elimina la posibilidad de llevar adelante"
el procedimiento. Si ninguno estuviera disponible en ese momento, habrá que
notificar al Ministerio Pupilar "para autorizar la ablación".
Tras la votación en el Senado en mayo pasado, la
Sociedad Argentina de Trasplantes (SAT), la entidad científica que reúne a los
médicos trasplantólogos, envió una carta a las autoridades del Incucai para
expresar su desacuerdo con la eliminación de la consulta final a la familia del
presunto donante.
Ayer, desde Madrid, donde se anunció que la Argentina
será la sede del Congreso Mundial de Trasplante en 2022, el presidente de la
SAT, Carlos Díaz, dijo a LA NACION tras la aprobación de la ley: "Ante la
contundencia de la votación, como especialista en trasplantes y en contacto con
pacientes que están en lista de espera, no hay otra opinión que dar que confiar
en que todas las normas que se dicten permitan que la población tenga más
accesibilidad al trasplante. Confío en que en la nueva etapa que se abre, el
Incucai nos invite a participar de la reglamentación".
El profesional destacó que varios diputados hayan
señalado que hacen falta recursos y las responsabilidades del Estado para que
la nueva norma se transforme en más procedimientos. En lo que va del año, según
las estadísticas del Incucai, hubo 285 donantes reales (personas que
fallecieron y se pudo completar el proceso), 689 trasplantes de órganos y 466
de córneas. Hay 7734 personas que están en lista de espera de un órgano y 2944,
de córneas. Más de 3 millones de argentinos mayores de 18 expresaron su
voluntad de donar, de acuerdo con los registros del Incucai.
La madre de
Justina, muy emocionada en el momento de la votación en Diputados La madre de
Justina, muy emocionada en el momento de la votación en Diputados Crédito:
Gustavo García / HCDN
La ley concede también la posibilidad de limitar la
voluntad de donar ciertos órganos y tejidos ya sea para trasplante o
investigación. Si no, se dará por sentado que la voluntad de donar alcanza a
todos los órganos y tejidos, y para ambos fines.
La expresión de la voluntad se puede revocar en
cualquier momento y se podrá manifestar en el Incucai ( www.argentina.gob.ar/salud/incucai),
el Registro Nacional de las Personas (Renaper), los registros de estado civil y
capacidad, los centros de salud públicos y privados en las provincias y las
oficinas del Correo Argentino, como lo determinará la reglamentación de la
norma.
En los 74 artículos de la ley, que concentra cinco
propuestas, una de las cuales había impulsado la familia Lo Cane, se incorporan
principios bioéticos que protegen a los donantes y los receptores.
También, prevé la donación cruzada (entre dos parejas
de donante/receptor no relacionadas, pero compatibles) para los trasplantes de
riñón sin intervención judicial y obliga a los profesionales a notificar al
Incucai la indicación de diálisis o trasplante renal. Además promueve la
creación de servicios de procuración en los centros de salud.
Con la colaboración de Laura Serra