NOTIVIDA, Año XVI, Nº 1019, 14 de septiembre de 2016
Después de que las militantes de Nuevo Encuentro les
enseñaron a los alumnos del colegio Pellegrini a abortar con pastillas, un par
de diputadas insistieron con la necesidad de prohibir este fármaco abortivo
para proteger la salud de todos los argentinos.
El proyecto de ley (expte. 122/2016) que intenta
prohibir la “producción, distribución, comercialización y venta” del
misoprostol, sigue durmiendo en la Comisión de Salud de la cámara de diputados
a pesar de que las puntanas Ivana Bianchi y Berta Arenas lo presentaron este
año por quinta vez.
Tras el escándalo en el Pellegrini las diputadas de
Compromiso Federal enviaron una nota a la presidente de Salud, la abortista
Carolina Gaillard, para que ponga en tratamiento su proyecto. Le pidieron,
además, que convoque a especialistas para que expongan sobre las consecuencias
de utilizar esta droga.
En la carta dirigida a Gaillard las legisladoras
destacan que este medicamento usado como abortivo “puede generar hemorragias
letales”.
La medicación, sugerida con ligereza a los alumnos del
Pellegrini, puede producir un aborto incompleto con serias complicaciones para
la gestante que requerirá hospitalización y cirugía, y arriesgará, cuando
menos, su fertilidad. Si el intento de aborto falla, es muy probable que el
bebé nazca con malformaciones severas.
Por ello y “atendiendo a la necesidad de proteger la salud de los
habitantes de nuestro país”, como señala en los fundamentos de su proyecto,
Bianchi viene pidiendo desde el 2008 su prohibición.
Ahora espera que la entrerriana Carolina Gaillard lo
saque del cajón.